Lo que peor lleva la gente es que se vulnere la intimidad de determinadas figuras populares por parte de los chicos de la prensa rosa (en breve tendremos que dedicarnos al superdotado carácter de Belén Esteban).
También reniegan los encuestados de la falta de objetividad y de la manipulación, debido a la politización y el partidismo de los ‘profesionales’ de la comunicación. La politización es brutal (casi 8 sobre 10 puntos).
El sensacionalismo no se queda atrás. Vender ante todo.
Los periodistas se defienden afirmando que son presionados por sus jefes para decir lo que realmente no desean decir. La crisis parece haber obligado a que los medios de comunicación se vendan al mejor postor.
Sin embargo, resulta enigmático que seis de cada diez encuestados le den credibilidad a la información publicada por los medios de comunicación (¿saben lo que están respondiendo o se están haciendo un lío?). Y, lo que es todavía más sobrecogedor: el medio más creíble es la televisión.
La independencia del periodista, como la del político, no existe a día de hoy. El científico comienza a coquetear seriamente con arrimarse a esa corriente.
Obama dijo recientemente que los políticos no pueden vivir a golpe de encuesta y que deben actuar responsablemente para servir a quienes les eligieron, a pesar de que lo crean que deben hacer no sea popular a corto plazo. Los periodistas y los científicos deberían escuchar la charla de Barack y procurar reflexionar, sin música de fondo, sobre lo que significan sus palabras.
Desolador. Es lamentable que sigamos comprando periódicos. De Saez de 'BuRRuaga', el Gato al agua & Co prefiero no decir nada concreto porque se me expulsaría de las redes. El ciudadano debe huir de Kane...
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