España dedica a investigación privada un capital 4 veces menor que la empresa Volkswagen. Mal asunto.
La empresa española dedica un 1.1% del total de recursos destinados a I+D en la Unión Europea. En Alemania es el 35%, en Francia el 20% y en Reino Unido el 15%.
Las empresas españolas que más dinero destinan a I+D son Telefónica, Repsol, Iberdrola, Acciona, Abengoa y Gamesa. También se encuentran en el ranking europeo Indra, Amper Almirall, Zeltia, Faes Farma, Ercros, Grifols, Industria de Turbo Propulsores y Cie Automotive, Ebro Puleva, Pescanova, Fagor, Fluidra, Obrascon y CAF.
El mal endémico proviene del hecho de que la economía española se resiste a abandonar el turismo y la construcción como principales impulsores de su desarrollo.
Mientras que Telefónica ocupa el puesto 40 de las 1.000 empresas europeas consideradas en ese ranking, con una inversión en I+D de 668 millones de euros, Volkswagen, que es la empresa líder, invierte 7.600 millones de euros.
Los europeos deben reforzar el Espacio Europeo de Investigación. Es la única posibilidad de salir airosos de la competición con Asia y América.
Los sectores que invierten más en I+D corresponden a la industria farmacéutica y de biotecnología. Pero las mayores tasas de crecimiento en inversión I+D se concentran en países en vías de desarrollo como China (40%), India (27%), Taiwan (25%) y Brasil (19%).
Junto con esta tesitura, recientemente 3.000 investigadores españoles han publicado un manifiesto denunciando las consecuencias del recorte en I+D anunciado por el gobierno español, y del que ya hemos hablado en este blog. El progreso, dicen, no debería asociarse a legislaturas, crisis, opiniones o modas. Estos investigadores manifiestan su desazón por la fuga de cerebros.
Nunca antes ha disfrutado este país de gente tan formada y dispuesta a acelerar nuestro desarrollo como sociedad. Si no se les da cobertura aquí, gravitarán hacia otros horizontes. Cuando salen del país para completar su formación, son tentados en el centro de destino debido a su excelente nivel. Si se une a eso que regresar al país es realmente complicado (endogamia, etc.) tenemos un coctel que facilita que se queden donde están, incrementando así el capital humano de los demás países. En resumen, el país invierte en su formación para que se aproveche el resto de los demás países. No parece demasiado inteligente por nuestra parte.
A esto se une la destrucción de la empresa española. Como muestra basta un botón (aunque haya tantos como para abrochar varias camisas). La industria de zapatos de España fue magnífica, si no la mejor del mundo, una de las mejores. Ahora no somos nadie. ¿Por qué?
La explicación raya el delirio. Los chinos nos compran nuestra excelente materia prima, el empresario especulador soborna al maestro español que sabe construir la parte más complicada, y estrictamente necesaria, del proceso de producción (la horma) para que instruya a los chinos. Ese mismo empresario especulador paga a los chinos por la producción y lo vende en Europa y América con pingües beneficios.
Por tanto, nosotros, aquí en España, disponemos tanto de una excelente materia prima como del conocimiento para producir los mejores zapatos del mundo, pero como la mano de obra en China es extraordinariamente barata, un especulador francés se lleva el beneficio comprándonos la materia prima y el conocimiento. La consecuencia es que agonizamos.
¿Seremos lo suficientemente listos para darnos cuenta de lo que estamos haciendo? Dicen que el futuro es de China. No me extraña. Están demostrando que pueden destruir nuestro tejido industrial tentando nuestros instintos primarios. Quien posee la materia prima y quien ostenta el conocimiento para convertirla en un excelente producto, quiere dinero fácil, sin complicaciones. Pero, como siempre se ha dicho, eso es pan para hoy y hambre para mañana. Cuánto sabe el pueblo y cuanto decide ignorar el gobernante que debería ayudar al pueblo que le dio su apoyo…
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