miércoles, 7 de octubre de 2009

LAS DECISIONES DEL CEREBRO

Acertar al tomar una decisión es algo que parece estar relacionado con una estructura cerebral denominada ‘hipocampo’, situada en el lóbulo temporal. Es una novedad interesante porque, hasta ahora, la evidencia parecía señalar a la zona pre-frontal del cerebro como principal protagonista en esta clase de actividad mental.

Ahora empieza a pensarse que el hipocampo se relaciona con la corteza pre-frontal en el proceso de aprender a tomar decisiones. Esta es una prueba más de que el cerebro humano es altamente complejo e interactivo. Empeñarse en encontrar la ‘glándula pineal’ de la que habó Descartes no parece tener demasiado sentido.

El hipocampo se encuentra implicado en una actividad mental sobre la que cualquiera puede ponderar su relevancia: retiene temporalmente la información que nos rodea. Por ejemplo, los coches que tenemos alrededor cuando debemos tomar la salida de una autopista. No podemos verlos todos a la vez, pero imaginamos dónde están los que vimos segundos antes cuando miramos a otros vehículos.

Al tomar la decisión de salir de la autopista deben considerarse varias cosas simultáneamente: la mecánica que está detrás de la acción (frenar suavemente, pisar el embrague, reducir la marcha, etc.), los coches que se encuentran próximos, la velocidad a la que viajamos y la que debemos alcanzar para tomar una curva cerrada o hacia dónde deseamos dirigirnos exactamente una vez nos ubicamos en el carril de deceleración. Estamos tan acostumbrados que lo hacemos casi automáticamente, pero el proceso es verdaderamente complicado.

En un estudio publicado recientemente por la revista ‘Neuron’ se consideró un grupo de casi treinta personas. Se les pedía predecir el tiempo que haría un día determinado teniendo en cuenta el estado del cielo el día anterior. El hipocampo presentó una significativa mayor actividad cuando la predicción resultaba ser correcta. Como siempre, el resultado se debe verificar por algún equipo independiente de investigación, pero el dato es interesante. Aunque debe recordarse, y no solo temporalmente, que no solo del hipocampo vive el hombre…

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