viernes, 25 de septiembre de 2009

ENSEÑANZA DE LA CIENCIA

La Unión Europea está preocupada por la enseñanza de la ciencia. Buscan, desesperadamente, jóvenes que se interesen por ella. Ahora se intenta alcanzar la meta mediante el programa DYNALEARN.

Se supone que hay tres razones por las que los jóvenes no se interesan por la ciencia. Primero, la escasa variedad en cómo se enseña. Segundo, porque en las clases no se explican los conceptos en los que se apoyan los datos. Tercero, porque la ciencia es más compleja que otras materias.

Como antídoto, DYNALEARN se basa en el uso de ordenadores para adaptar la enseñanza al estudiante. Se persigue que aprendan como si estuvieran interactuando con un videojuego.

Por tanto, se trata de un sistema visual, destinado a estudiantes de secundaria y de universidad.

Diagnóstico: no funcionará.
Se pueden dar por perdidos los 2.5 millones de euros invertidos.

Hay una larga tradición ya en el uso de sistemas de instrucción asistida por ordenador –o tutores informáticos—y el resultado invariable de su aplicación ha sido que los chavales terminan aburriéndose como ovejas.

No me cabe duda de que la idea es atractiva, pero también tengo claro que las perspectivas de éxito son de pobres a tirando a nulas.

Las razones por las que los estudiantes se interesan cada vez menos por la ciencia no son las que están detrás de la creación de DYNALEARN. O, mejor dicho, solamente una de ellas es la responsable de su escaso interés: es compleja y abstracta.

Los científicos saben que la ciencia es absolutamente genial, una de las actividades más fascinantes a las que puede dedicarse un ser humano. Pero lo saben porque han logrado superar un largo y tedioso proceso de formación y un sin número de sinsabores, de fracasos, de caminos sin retorno y de errores, antes de llegar a algo que ha contribuido, de alguna manera, a cambiar el modo de vida de los habitantes del planeta o el prisma a través del que ven el cosmos.

Desgraciadamente eso no se puede enseñar, igual que no se puede enseñar a alguien a convertirse en Pasteur, Edison o Ramón y Cajal.

¿Hay alguna alternativa constructiva?
Si, yo creo que si, pero eso será objeto de un post posterior…

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