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lunes, 31 de enero de 2011

La Conspiración de Daniel Estulin

'La verdadera historia del Club Bilderberg' es un libro que me resultó estimulante. Realmente no decía nada que no supiéramos, pero al menos era entretenido.

Ahora el autor, Daniel Estulin, se ha metido a novelista, pero con resultados catastróficos. Leyendo 'Conspiración Octopus' uno logra aburrirse como no recordaba que era posible.

La historia, si se le puede llamar así, es ramplona hasta la nausea: un genio de la informática roba una ingente cantidad de dinero que sitúa la economía mundial al borde del colapso.

La situación es posible porque la globalización lo permite. Las identidades pueden ser borradas con la yema de los dedos. Y cuando eso no es posible, se recurre a lo de siempre: manos negras sin escrúpulos que asesinan ciegamente obedeciendo a quienes pretenden gobernar el mundo sin nuestro consentimiento.

Vale, de acuerdo, a algunos personajes ilustres, banqueros, políticos, etcétera, les fascina la idea de hacer lo que les venga en gana, siempre que eso valga para lucrarse a dos manos.

Si eso supone cargarse a unos cuantos intrépidos que rechazan que se controlen sus vidas, no pasa nada.

¿Cuál es el problema de Estulin?

En su ensayo recurría a argumentos de peso, como el manejo del miedo para someter a la ciudadanía. Pero, bien pensando, ¿cuál es el disfrute para una mente macabra si los sometidos no son conscientes?

Lo que realmente satisface a un sádico, del tipo que nos pinta el autor, es que la víctima sea consciente de que lo es, pero que no pueda hacer nada para evitarlo.

Estulin nos califica de estúpidos por no darnos cuenta de los tejemanejes de los que él es perfectamente consciente.

Como parece que no tuvo demasiado éxito con su ensayo, intenta ahora su particular imposición de manos a través de la novela.

'Ediciones B' debería elegir mejor sus apuestas...

viernes, 4 de enero de 2008

EL CLUB BILDERBERG

Si el Club Bilderberg existiese habría que destruirlo.

Porque si existiese:

1.- Trataría de romper la fortaleza psicológica del individuo y dejarlo sin defensas, mediante la potenciación del trabajo en equipo en la educación y en el ámbito laboral. La gente debería acostumbrarse a renunciar a sus propias ideas en beneficio de las ideas del grupo y cada vez serían menos los que defenderían el pensamiento individual y crítico.

2.- Reduciría progresivamente el nivel educativo de los ciudadanos mediante la degradación de la calidad de la enseñanza.

3.- Evitaría estimular el intelecto de los ciudadanos, sirviéndose, por ejemplo, de los programas basura de la televisión: cuantos más tontos seamos, menos será nuestra capacidad de resistencia al sistema.

4.- No habría clase media, sólo sirvientes y gobernantes.

5.- Las crisis artificiales permitirían mantener a la gente en perpetuo estado de desequilibrio físico, mental y emocional.

6.- Se esforzaría porque la juventud de hoy ignorase la historia, las libertades individuales y el significado del concepto de libertad.

7.- Se haría realidad la declaración de David Rockefeller (1991): “la soberanía supranacional de una elite intelectual y banquera es absolutamente preferible a la autodeterminación nacional practicada durante los siglos pasados”.

8.- Y también cobraría protagonismo la confesión de Henry Kissinger (1992): “los estadounidenses de hoy se indignarían si tropas de la ONU entraran en Los Ángeles para restaurar el orden, ¡pero qué duda cabe que al día siguiente esas mismas personas nos lo agradecerían!, y más aún si se les dijese que hay una amenaza externa en algún lugar, real o inventada, que pone en peligro la existencia de todos. La gente suplicaría entonces la intervención de los líderes mundiales para librarlos de tal amenaza. Todo ser humano teme lo desconocido. Si les presentamos ese escenario, estarán más dispuestos a cedernos sus derechos individuales, para que un Gobierno Mundial les garantice el bienestar”.

9.- Buscarían un gobierno mundial con un solo mercado globalizado, controlado por ese gobierno, que controlase a su vez los tribunales, las escuelas, los hábitos de lectura y los pensamientos de las personas, vigilado por un ejercito mundial, regulado financieramente por un banco mundial a través de una sola moneda global y poblado por una ciudadanía conectada a un ordenador global a través de microchips.

10-. Las ONGs servirían a la estrategia de avanzar hacia el objetivo del gobierno global con programas para desacreditar a individuos y organizaciones que provoquen presión política interna o acciones populistas que no apoyen a la nueva ética global.

11.- Tratarían de convencernos de que el resurgir del nacionalismo, el crecimiento de los fundamentalismos y la intolerancia religiosa es una amenaza global. La independencia sería vendida a las masas como la incapacidad de un gobierno para tratar a su pueblo en conformidad con los criterios de la ONU

12.- Lucharían para acabar con el dinero en efectivo. El dinero en metálico nos garantiza intimidad y anonimato, es decir, libertad. El dinero en efectivo también es sinónimo de descentralización y eso no sería del agrado del Club.

12 + 1.- Usarían a los medios de comunicación para controlar la opinión pública y crear tensiones entre naciones precavidas en cuanto a no perder su identidad nacional, costumbres y cultura. Facilitarían estados de guerra y hostilidades perpetuas que se usarían para justificar medidas de emergencia nacional en tiempos de paz y monstruosos presupuestos militares.

Si el Club Bilderberg existiese, ¿habría que destruirlo?