domingo, 30 de octubre de 2016

El peligroso juego de las sillas –por Andreu Vigil

Seguro que ustedes han jugado, o han visto jugar, al tradicional juego de las sillas. Ya saben, aquel en el que cuando para la música, el que se queda sin silla pierde.

Pues bien, parece que nuestra clase política, y más específicamente nuestra clase gobernante, parece dedicarse a este juego con un tema que nos afecta a todos (a algunos más porque lo empezamos a ver como un futuro no tan lejano) y es el de las pensiones de jubilación.

Creo que en este país queda poca gente con dos dedos de frente que no se haya dado cuenta que el sistema es insostenible y, que antes o después, va a quebrar. Ante este hecho parece ser que nuestros gobernantes han decidido cruzar los dedos y esperar que cuando pare la música el gobernante de turno sea otro.

Los motivos de dicha insostenibilidad son múltiples y han decidido presentarse de forma conjunta en una especie de tormenta perfecta. Los principales serían los siguientes:

1. Pirámide demográfica.

Aquí hay poco que contar. La población española está cada vez más envejecida, presentando una baja tasa de natalidad. Dentro de poco van a incorporarse al sistema de pensiones más y más babyboomers y, obviamente, cuantos más jubilados, más pensiones a pagar.

Conviene recordar que, en el sistema español, los trabajadores en activo son los que financian las pensiones, con lo que, además de más pensionistas, habrá proporcionalmente muchos menos cotizantes.


2. No sólo habrá más pensionistas, sino que además sus pensiones serán mayores.

Hay que tener en cuenta que los pensionistas que se incorporan actualmente al sistema, afortunadamente, han disfrutado, en muchos casos, de contratos de larga duración y con una cotización notable. Como consecuencia, la pensión media se ha incrementado en España a lo largo de los últimos años. De este modo, además de ser proporcionalmente más, cobran pensiones cada vez mayores.


3. Además de ser más y tener pensiones más altas que las anteriores, la esperanza de vida en España ha aumentado notablemente.

Por ejemplo, del 2004 al 2014 aumentó en 2 años. Y la previsión es que siga incrementándose. De este modo, el periodo durante el cual se cobra la pensión se ve incrementado.

4. Debido a la crisis económica, se ha producido un incremento del número de desocupados.

Actualmente dicha cifra ronda el 20%. Lógicamente ello implica que un 20% de los posibles cotizantes no están pudiendo contribuir al pago de las pensiones. Es decir, hay menos posibles cotizantes y de ellos el 20% no puede contribuir.

5. Debida a la misma crisis, el salario medio actual en España se sitúa en niveles muy semejantes a los de 2004.

Si descontamos los efectos de la inflación, eso implica, de facto, una disminución de los salarios. De hecho, no hace falta ninguna estadística. Simplemente pregunten a la gente, especialmente a los jóvenes, la cuantía del salario que reciben. Lógicamente a menores salarios menor cotización.

6. ¿Recuerdan el 80% de posibles cotizantes que no están en el paro?

Pues bien, un 14,5% del empleo en España es a tiempo parcial teórico (digo teórico porque en la práctica muchos tienen que hacer más horas que un reloj), cifra que también se ha incrementado con la crisis. Lógicamente, un empleado a tiempo parcial, si no me equivoco, también cotiza menos.

7. Y, para finalizar, el famoso fondo de pensiones, pensado para solucionar emergencias, está prácticamente vacío.

Y las previsiones apuntan a que en Diciembre de 2017 se habrá vaciado completamente. Es decir, el sistema se queda sin red de seguridad y se oyen rumores que apuntan a dificultades para pagar la paga doble de Diciembre de 2017 a los pensionistas. 

Como pueden ver, esto si es una “tormenta perfecta” y no la que ahogó al pobre George Clooney.

Mientras tanto, ¿que medidas se han adoptado?

Pues bien, básicamente incrementar la edad de jubilación y el computo de años a tener en cuenta para establecer la pensión. Medidas a todas luces insuficientes a corto/medio plazo, como demuestran las cifras de déficit de la seguridad social que están batiendo records.

Evidentemente no existe una solución fácil al problema y, sea cual sea, será dolorosa. Pero cuanto más tiempo se prorrogue la decisión, más duro tendrá que ser el ajuste. Entonces, ¿Por qué no se está llevando a cabo ningún ajuste más drástico?

Sería iluso pensar que una sola causa explica esta inacción pero, en mi opinión, es una cuestión muy relacionada con la estrategia electoral de los partidos.

A principios de la crisis económica, Jean Claude Juncker, en un raro momento de sinceridad, pronuncio la siguiente frase:

Sabemos lo que hay que hacer, pero no sabemos cómo ser reelegidos después de hacerlo”.

Algo así considero que está pasando con este problema. El gobierno que coja el toro por los cuernos sabe que va a recibir una fuerte cornada en las siguientes elecciones así que, mientras suene la música, continuamos igual y ya veremos quién se queda sin silla.

Todo ello se ve agravado, a mi entender, por un nuevo fenómeno que se da en las democracias occidentales como consecuencia de la nueva pirámide demográfica.

Dicho fenómeno refiere a que la tercera edad se ha convertido en uno de los mayores lobbies de presión de la clase política. El porcentaje de electorado “pensionista”, o cercano a dicha edad, cada vez representa a una porción mayor del electorado. De este modo, cualquier política que afecte negativamente a dicho sector de la sociedad, tiene un enorme coste en términos de votos. De hecho, el efecto de la tercera edad sobre el resultado de las elecciones ya ha empezado.

Un primer ejemplo se dio en el referéndum de independencia escocés. Si analizamos los resultados por grupo de edad veremos que el “No” se impuso especialmente en el grupo de mayores de 70 años.

Mucho más claros aún son los resultados del referéndum que dio lugar al Brexit y que podemos observar en la siguiente gráfica. Se ve claramente que los partidarios del Brexit eran mayoritarios en el rango 55-65+, mientras los más jóvenes se decantaban claramente por continuar en la UE. De hecho, una de las quejas de algunos jóvenes iban en el sentido: “quienes no van a estar van a decidir como viviremos nosotros en el futuro”.


Resulta también muy curioso ver el perfil de los votantes españoles de la siguiente tabla. Francamente, viendo los porcentajes de voto a partir de los 55 años de los partidos que tradicionalmente han gobernado España…

¿Les sorprende el juego de las sillas?


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Actualización 1: Una vez terminé de escribir este post aparecieron dos propuestas para paliar el problema. Establecer una cotización a los robots y permitir que los pensionistas continúen trabajando y percibiendo la pensión. Ninguna de ellas me parece oportuna por los siguientes motivos.

La lógica de la cotización a los robots me parece irreprochable. Si los robots (que no cotizan a la SS) substituyen a obreros que cotizan a la seguridad social, entonces para que no quiebre el sistema deberían compensarlo cotizando. El problema es que considero que esto sería una especie de impuesto indirecto, ya que si los robots que, por ejemplo, construyen coches, pasan a cotizar, entonces ello incrementará el precio del producto, y ya saben quien lo va a terminar pagando.

La otra medida refiere a que los pensionistas puedan continuar trabajando, de tal modo que, a pesar de recibir una pensión, continúen aportando una cotización. El problema es que considero que no es una idea genial que con un 20% de paro se reduzca el número de personas que al jubilarse liberen un empleo.

Actualización 2: Al parecer, y vista la gravedad del asunto, se está planteando una reunión del Pacto de Toledo para afrontar el problema para la próxima Primavera (se ve que no hay prisa).

Ya veremos qué medidas plantean, pero en mi opinión tan sólo hay dos medidas posibles y ambas son dolorosas, tanto para la sociedad como para los resultados electorales: una subida de los impuestos/cotizaciones o una reducción del importe de las pensiones.

Tal vez mis escasos conocimientos en economía no me permitan ver otras soluciones menos dolorosas, pero si las únicas posibles son las que apunto, veo difícil que un gobierno tan inestable como el que previsiblemente se va a formar en España pueda llevarlas a cabo.


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