Mi colega Verónica Benet-Martínez compartió en FB una interesantísima y
extensa entrevista
a Jaime Miquel, antiguo responsable de Gallup-España.
Sus contenidos lograron atraparme
desde el principio y no me soltaron hasta la traca final. Por desgracia, el
texto está en inglés, así que no cabe esperar que tenga una gran audiencia por
estos lares. Una situación que intentaré ayudar a paliar con algunas pinceladas
en este post.
Miquel denuncia el sustrato
dictatorial de la democracia en nuestro país y cómo solamente las nuevas
generaciones, representadas esencialmente por PODEMOS (y aunque con poca mano
izquierda también por CIUDADANOS), lograrán que España se adentre realmente en
el siglo XXI. No comprende por qué se han reído de Iglesias cuando ha declarado que su partido representa la socialdemocracia
del siglo en curso, algo que es un hecho indiscutible, según él.
El PP y el PSOE están acabados, pero
se resisten a admitirlo porque aún existe una base de votantes, sin la
suficiente formación educativa, que les sigue otorgando su confianza a pesar de
los pesares (durante todos estos años “han gobernado a una base social ignorante, muy ignorante (…)
el electorado está perfectamente definido”). Existe un claro gap generacional –quizá algo similar a
lo manifestado en Reino Unido con el Brexit,
donde se ha visto el sesgo ‘remain’
de los jóvenes y ‘leave’ de los
viejos.
Los partidos políticos de nuestro
país que han gobernado hasta ahora tuvieron su papel durante la transición a la
democracia en los años 70, pero esa parte de nuestra historia se cerró con el
15M (“the
Spanish revolution”). El país está cambiando de modo espontáneo, a
pesar del establishment:
“España es un poder económico en el mundo actual”.
La tecnología está ayudando a promover
una necesaria transparencia y hace todo más dinámico. Los ciudadanos con escasa
formación no podrán seguir el ritmo.
Una gran parte de la población
española quedó al margen del pacto, entre las antiguas y las nuevas élites,
durante la transición a la democracia. En ese proceso se estableció un pacto
territorial que hace tiempo quedó obsoleto. España es un país plurinacional y
complejo:
“La idea de que una España desunida quebraría es idiota.
Eso
no sucederá porque el país le debe al mundo treinta premios Nobel.
Ya
es un país poderoso.
Con
compañías en todos los sectores y con excelentes recursos humanos.
Eso
es España.
Un
diamante en bruto que las dos familias políticas y los grandes propietarios se han
guardado en su bolsillo durante cuarenta años.
Eso
es España.
Pero
eso es lo que se está terminando.
España
pertenece a sus ciudadanos”.
Miquel muestra su orgullo por el
hecho de que el país haya estado sin gobierno durante medio año y que, sin
embargo, las cosas hayan seguido funcionando. Los ciudadanos españoles trabajan
duro y bien:
“Eso es lo que caracteriza a España: gente de primera clase”.
Arremete contra los medios de
comunicación, que están al servicio del establishment,
aunque salva a ‘La Vanguardia’ y ‘La Voz de Galicia’ –los únicos verdaderamente
independientes.
En cuanto a PODEMOS, piensa Miquel
que Errejón es el chico listo,
mientras que Iglesias se está quemando a lo bonzo para facilitar la transición
al nuevo modelo político. Vaticina que en dos años, a contar desde las
elecciones del 26 de Junio de 2016, viviremos un vuelco social sin precedentes.
Rajoy abandonará el barco en un año para ir dejando paso a “the PODEMOS man,
the 21st Century social democrat”.
El PSOE apoyará indirectamente al breve
gobierno del PP, mientras que PODEMOS se mantendrá en la oposición aguardando
su turno. El papel desechable de Iglesias será manifiesto en ese momento y Ada Colau heredará la tierra prometida (o el cielo que dijeron que tomarían al asalto).
La veremos en la Moncloa en 2018:
“La realidad ya ha cambiado, pero los cerebros siguen
adelante, no pueden cambiar, no saben cómo adaptarse, siguen viviendo en su
mundo de jefes y negocios”.
En el tramo final de la entrevista,
Miquel mira de frente al modelo territorial en España, un país de naciones (United
Kingdom of Spain).
Los políticos se resisten al cambio porque son miopes, pero cuando se materialice pasaremos, en una década, de
ser una gran economía a un gran poder:
“Estamos entrando en la sociedad del conocimiento y se están
arrinconando las posiciones dogmáticas para abrazar la racionalidad.
Pienso
que los cambios serán satisfactorios.
Vislumbro
una agradable convivencia entre vascos, catalanes y madrileños.
Tengo
una enorme confianza en la gente, en nosotros”.
Naturalmente, esta apretada reseña no
puede hacer justicia a la riqueza de contenidos que se encuentra en el
original. Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con algunas de las
declaraciones de este analista. Por ejemplo, hay pruebas
de sobra para demostrar que su percepción de que la evolución social en
España ha sido esencialmente diferente a la del resto de los países
occidentales es falsa.
Pero su idea de que España es, en
realidad, las ‘Españas de los Reyes
Católicos’, merece ser considerada. Y, si es inteligente, Felipe VI debería contemplar
la posibilidad de abrazar y promover esa new
age. Replantearse el modelo territorial de un modo racional parece
necesario.
El hecho de que el siglo XXI exige
mentes cultivadas es indiscutible, aunque eso suponga dejar en el banquillo a
una parte no despreciable de la población. No son pocos los ciudadanos que desconocen las reglas del nuevo mundo y que tampoco desean aprendérselas. Eso es un auténtico reto social que
tendremos que resolver y que no se puede ignorar.
P. S. Disfruten del verano. Si no hay
novedad, nos veremos por aquí en Septiembre. Gracias por su compañía.
Estimado Roberto:
ResponderEliminarQuisiera saber tu opinión de este párrafo: "Observemos: Damasio explica que el hombre totalmente libre de emociones era incapaz de tomar la decisión más sencilla. No podía levantarse de la cama por la mañana, y desperdiciaba sus días infructuosamente ponderando decisiones. ¡Sorpresa! Va en contra de lo que cualquiera hubiera esperado: no se pueden tomar decisiones sin emociones. Ahora bien, las matemáticas ofrecen la misma respuesta: si hubiera que realizar una operación de optimización con un gran conjunto de variables, incluso con un cerebro tan grande como el nuestro, se tardaría mucho tiempo en decidir la más sencilla de las tareas. Así que necesitamos un atajo; las emociones están ahí para impedirnos temporizar. ¿Le recuerda a la idea de Herbert Simon? Parece que las emociones son las que están haciendo el trabajo. Los psicólogos las llaman «lubricantes de la razón»".
Es de Taleb, de su libro ¿Existe la suerte?
Gracias y saludos.
M.
La calidad de los ciudadanos españoles es bastante baja. Son irreflexivos, poco dados a profundizar en conocimientos que no les reporten ganancias a corto plazo, aparte de muy dados a hablar de lo que no entienden.
ResponderEliminarDecir que España es un diamante en bruto es una tomadura de pelo. Ya Ortega y Gasset comentó "La desventura de España es la escasez de hombres dotados de talento".
El futuro de España es ser la Argentina de Europa. Y nos lo tenemos bien merecido porque hemos trabajado duro para conseguirlo.
El señor de la entrevista tiene un perfil muy español, los míos son muy listo y mis rivales muy tontos, porque yo lo valgo.
Qué susto! Espero que falle en sus predicciones el señor de la entrevista, como en tantas encuestas.
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