Estudiando de modo pormenorizado los
resultados de más de 100 mil individuos a partir de 240 muestras
independientes, los
autores de este meta-análisis llegan a un valor de correlación en la
población de 0.54.
Por tanto, las diferencias valoradas
por los test estandarizados de inteligencia predicen las calificaciones
escolares: los chavales más inteligentes aprenden más en la escuela, según las
valoraciones de sus profesores.
Hay que observar que esas diferencias
de rendimiento intelectual se relacionan aquí con las calificaciones escolares,
no con el rendimiento en un test estándar de conocimientos académicos. Por
tanto, se supone que variables que pudieran influir sobre una evaluación
puntual de sus conocimientos (p. e. el nivel de ansiedad) se mantienen bajo
control. Lo que se valora es si las calificaciones que otorga el profesor durante
el curso académico, pueden ser pronosticadas por el rendimiento de los chavales
en un test estandarizado de rendimiento intelectual.
Varios son los moderadores que se
consideran en esta investigación: tipo de medida intelectual (verbal y
no-verbal), materia escolar, nivel educativo, sexo y año de publicación del
informe.
Una vez revisada la literatura
disponible se introducen en los cálculos 162 estudios primarios, publicados
entre 1922 y 2014, en los que se consideran las 240 muestras independientes señaladas
arriba. La variabilidad en el tamaño de los grupos analizados resultó enorme
(desde 15 a 9776). La edad promedio fue de 14 años (con una desviación típica
de 4 años).
Los países que contribuyeron a la
base de datos superan la treintena: Alemania, Australia, Austria, Brasil,
Canadá, Croacia, Chequia, China, Dubái, Eslovenia, España, Estados Unidos,
Estonia, Filipinas, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Guatemala, Holanda,
India, Irak, Irán, Italia, Kenia, Líbano, Luxemburgo, Polonia, Portugal, Rusia,
Sudáfrica, Suecia, Suiza y Yemen.
Los valores de correlación según
materia escolar son: Ciencias y Matemáticas = 0.49, Lengua = 0.44, Ciencias
sociales = 0.43, Bellas artes = 0.31, Deporte = 0.09.
En cuanto a nivel educativo: ‘Elementary’ = 0.45, ‘Middle’ = 0.54, ‘High’ = 0.58.
No hubo diferencias según la variable
sexo (r = 0.58).
Sin embargo, es menor en épocas
recientes (r = 0.47), es decir, posterior
a 1983, que en periodos anteriores a esa fecha (r = 0.68).
Las siguientes son las principales conclusiones
de este meta-análisis:
1. Es más eficiente usar medidas de
inteligencia en general (g), es
decir, test verbales y no-verbales.
2. La predicción es mejor para
ciencias y matemáticas. Este resultados puede significar que los test de
inteligencia valoran un razonamiento similar al exigido por estas materias, pero
también pudiera darse el caso de que la evaluación de esos conocimientos
resultase más fiable que en otras materias escolares. Personalmente me inclino
por la relevancia de esta segunda posibilidad.
3. Las mayores exigencias cognitivas
de las materias escolares a medida que se avanza en los ciclos educativos,
puede explicar la mayor correlación con la capacidad intelectual en periodos
más avanzados.
4. La menor correlación en épocas
recientes puede atribuirse a una creciente inflación de las calificaciones
escolares. Es decir, la moda de premiar el trabajo escolar, en lugar de lo que
realmente se ha aprendido. Los estudiantes reciben ahora mejores calificaciones
que las que realmente merecen.
En resumen, las diferencias de
capacidad intelectual que separan a los estudiantes es el mejor predictor de
sus diferencias escolares. Y, más en concreto, el nivel en el factor g resulta particularmente poderoso en la
predicción, aumentando su relevancia a medida que los escolares se enfrentan a
retos cognitivos de mayor envergadura. Eso si, las modas recientes de premiar
variables colaterales al objetivo primordial de aprender lo que se debe, reduce
algo el valor predictivo del factor g.
Si ustedes consideran que hay otras
variables verdaderamente relevantes para comprender las diferencias que separan
a los chavales en su nivel de aprovechamiento escolar (más allá de los azares
del destino) háganme saber cuáles son. Y, después, díganme cuál es su
importancia con respecto a la capacidad intelectual. Una vez lleguemos a un
acuerdo, podremos ponernos manos a la obra para mejorar el
actual panorama y dejar de marear la perdiz. Mientras tanto seguiremos desperdiciando
el valioso tiempo de los escolares mientras los especuladores se divierten muchísimo.
Está bien que los estudios serios revaliden algunas tesis que ya todos conocemos, o debiéramos conocer. Los antiguos decía que lo que Natura non dat, Salamanca non prestat.
ResponderEliminarTu hipótesis explicativa de la bajada de la correlación (bastante plausible, pues hoy día se incluyen muchas variables en la calificación) la podríamos verificar si PISA midiera también CI. Nuestro estudio longitudinal terminará diciendo algo también
Gracias, Félix. Me temo que los responsables de PISA prefieren no medir el CI, por si acaso. Una pena. Saludos, R
ResponderEliminarUn post muy interesante. Solo por alimentar el debate que planteas, una interpretación alternativa a la mayor correlación en ciclos avanzados podría basarse en el efecto Mateo: los buenos estudiantes son mejores año tras año, y lo opuesto ocurre con los peores. La mayor diferencia entre ambos grupos en el aprendizaje en cursos más avanzados podría aumentar la 'escala' de notas y quizá hacerla más sensible a las diferencias en CI. Por último, un predictor alternativo podrían ser las expectativas de los profesores. Aunque el efecto Pigmalión original tenga sus pegas metodológicas, no descartaría que explique parte de esa correlación.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Lalo. Tu observación es interesante. Sin embargo, ¿cómo se explicaría que las relaciones fuesen aún mayores cuando se usan pruebas estandarizadas de conocimientos escolares en las que el profesor es irrelevante? Por alimentar el debate... Saludos, R
ResponderEliminarHola. Me gustaría saber si en Finlandia existe una mayor correlación que en Kenia. Porque sospecho que son entornos escolares tan distintos, que incluso llamar a estos entornos por el mismo nombre (escolares) es hacer la vista gorda a que son entornos sociales cuya dinámica interna puede ser muy muy distinta. Ah no ser que la muestra de Kenia sea una donde se ha tomado como muestra representativa a estudiantes de colegios donde asisten los hijos e hijas de familias adineradas y con mayor exposición a las pautas que propone occidente respecto a lo uno podría entender como "mejor educación".
ResponderEliminarGracias Sergio. Es posible que este post responda en parte tu pregunta:
ResponderEliminarhttp://robertocolom.blogspot.com.es/2015/01/study-of-latin-american-intelligence.html
Gracias Roberto por responder a mi comentario y proporcionarme más información. Rescato del artículo que me enviaste: «Por tanto, las diferencias de nivel socioeconómico contribuyen seis veces más a explicar las diferencias de conocimientos escolares que de inteligencia.
ResponderEliminarEl informe destila la sensación de que la inteligencia fluida no puede ser modificada, y, por tanto, se deben dirigir los esfuerzos hacia la mejora en el nivel de conocimientos escolares
Es absurdo estudiar las variaciones en conocimientos escolares ignorando el nivel intelectual de quienes son evaluados.
Ojalá esta investigación se convierta en un referente para los futuros estudios en los que organizaciones como la OCDE se pregunten por el capital humano de las naciones» Por otro lado añado otro elemento más al asunto que trata este post: Habiendo ya señalado este elemento (por así llamarlo: "factor socioeconómico")me pregunto yo: siendo uno pobre, o más precisamente hijo de una madre soltera pobre, ¿es posible siquiera poner de manifiesto la propia inteligencia cuando tú y tus hermanitos (y posiblemente tu abuela) trabajan para vivir y viven para trabajar, en el aquí y ahora, preocupándose por sobrevivir, por cubrir las necesidades más urgentes del presente inmediato? ¿es posible ser un estudiante con un alto rendimiento? Creo que sí, pero allí las variables clave para explicarlo en caso suceda serán posiblemente más del orden de la personalidad que del factor G, aunque una buena ración de inteligencia sea requisito previo. Saludos desde Perú, Roberto.