miércoles, 18 de febrero de 2015

Una conducción segura

Admitámoslo: coger el coche es peligroso. Bastante peligroso.

Las autoridades se preocupan por disminuir el número de muertos en las carreteras y los ciudadanos seguimos la corriente.

Pisamos el acelerador para que el vehículo se mueva y tendemos a ignorar esas señales rojas, blancas y negras que limitan la velocidad a la que se puede circular.

Solamente dejamos de presionar el pedal cuando no hay más remedio. Pero cuando no hay más remedio de verdad, es decir, cuando nos avisan de que hay un control de velocidad o cuando vemos fugazmente que un papá parece decidido a cruzar un paso de cebra con su retoño cabalgando en su bicicleta.

Los guardias civiles detienen vehículos para que el conductor sople por un aparato que delatará su nivel de alcohol en sangre. Llegado el caso, el individuo podrá continuar con su conducción, será multado, o, en su caso, obligado a abandonar el habitáculo por su incapacidad para seguir al volante.

Fui incapaz de encontrar pruebas contundentes, o sencillamente alguna prueba, sobre la fiabilidad de la medida en cuestión. La autoridad se limita a leer lo que el aparato dice como resultado del soplido. Si se supera un determinado punto de corte (nada de márgenes de error, el dispositivo se supone absolutamente preciso), entonces caerá la preceptiva amonestación.

Hay multitud de leyendas urbanas sobre las lecturas repetidas del mismo individuo en momentos temporalmente próximos que producen lecturas diferentes. Pero no importa. El aparato se supone infalible.

Como psicólogo me pregunto si no sería más sensato olvidarse del dichoso dispositivo recogedor de soplidos y aplicar in situ, en su lugar, dos tests conductuales breves que señalen en qué percentil se sitúa el conductor con respecto a los márgenes aceptables de disposición a la conducción.

Algo similar a las pruebas que se hacen al renovar el carnet de conducir. El primero de coordinación viso-motora y el segundo de predicción espacio-temporal. No supondría más de dos minutos y estoy seguro de que sería mucho más justo. Justo en un sentido literal.

Sabemos que la misma cantidad de alcohol en sangre posee efectos muy diferentes en distintos individuos. No solamente en cuanto a la capacidad para metabolizarlo y, por tanto, en su repercusión real sobre las puras habilidades de conducción.

También influye sobre la actitud al volante. Están aquellos en los que se produce una peligrosa desinhibición y en quienes aumenta en dos tercios el nivel de prudencia al volante. Por ejemplo.

Lo que las autoridades deberían demostrar es que el conductor no se encuentra en disposición de conducir. Y el acto de conducir se encuentran influido por una elevado número de factores, es multivariado.

Reducir el fenómeno a una única cifra dictada por un dispositivo sin ninguna clase de matización es, por sí mismo, un acto bárbaro.

Si el alcohol está implicado en uno de cada cuatro accidentes, eso quiere decir que en tres de cada cuatro no lo está. Y, por tanto, (a) se ignoran los factores que necesariamente son relevantes para comprender la mayor parte de los accidentes de tráfico y (b) se escurre el bulto ante la pregunta de cómo prevenir las conductas que promueven una conducción más segura.


Admito que se habla de despistes, de exceso de velocidad o de fumar al volante como otros potenciales factores de riesgo. Pero, obviamente, es mucho más sencillo detener al presunto culpable para que sople y demuestre su inocencia.

Seguramente la clave de la accidentabilidad se encuentra en el famoso factor humano, no en la ingesta de dos o tres cervezas, y, por tanto, nada de lo que se haga eliminará el problema.

Los individuos menos inteligentes valoran peor el riesgo. Eso es un hecho. Pero también los buscadores de sensaciones, los impulsivos o los agresivos. Ignorar estas variables psicológicas, fácilmente medibles, es una grave error.


3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con su idea pero a que pruebas se refiere?

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  2. Los tests que se mencionan en el post, similares a las pruebas de renovación del carnet de conducir.

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  3. Perdone pero me refería a las pruebas a realizar in situ. Nistagmo, sobre un pie, caminar sobre línea recta o tocarse la nariz con los ojos cerrados.
    Estoy de acuerdo que no a todos afecta por igual una tasa de alcohol en aire espirado.
    Por eso le pedía si son estas u otras prueba de campo a las que hacía referencia.
    Un saludo

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