miércoles, 1 de octubre de 2014

Javier Gómez Noya (lecciones para nosotros)

Este gallego, concretamente de Ferrol, ha ganado cuatro Campeonatos del Mundo (durante siete años consecutivos estuvo en el pódium) y tres Campeonatos de Europa, de Triatlón, así como dos campeonatos de Iron-Man, entre otros logros.

El triatlón es una disciplina deportiva que incluye natación (1.500 metros), ciclismo (40 kilómetros) y carrera (10 kilómetros). Es una de los deportes más duros, tanto física como psicológicamente. En la versión Iron-Man (la original del triatlón) las distancias son: natación (3.800 metros), ciclismo (180 kilómetros) y carrera (42 kilómetros).


Óscar Campillo, director de MARCA, declaraba lo siguiente al entregarle a Gómez Noya el premio LEYENDA del famoso diario deportivo:

Durante 76 años hemos contado las gestas más increíbles y más insólitas, pero pocas veces, o ninguna, hemos encontrado un caso como Javier, modelo de espíritu de sacrificio máximo”.

Noya respondió agradeciendo el premio y subrayando que “no estamos acostumbrados a que se hable de nosotros”. Ya sabemos, lo que no sea fútbol carece del atractivo suficiente para concitar nuestra caprichosa admiración.

El atleta reconoce que ha sacrificado bastantes cosas durante los años de competición para poder triunfar. Uno se pregunta cuáles serán esas cosas.

Nació en 1983 y comenzó su carrera en el triatlón en 1998. Sin embargo, en 1999 se le detectó un problema de corazón, retirándosele la licencia para competir. La dolencia correspondía a una valvulopatía aórtica congénita:

Si llegara a conocer mi límite pararía, pero en caso contrario quisiera seguir porque el triatlón es mi vida”.

Y quizá sea su vida porque está dotado para esa disciplina. Tiene un consumo máximo de oxígeno de 85 ml/min/kg, mientras que el de la persona promedio es de 53 ml/min/kg. Para quienes piensan que todo es cuestión de práctica, conviene saber que esta característica metabólica mejora bastante poco con el entrenamiento (entre un 15 y un 20% en el mejor de los casos).

Su ADN es probablemente responsable de privilegiadas variables fisiológicas asociadas a la ventilación pulmonar, el tamaño del órgano que bombea la sangre y la naturaleza de sus fibras musculares.

Pero, naturalmente, aún con ese hardware, el entrenamiento y la dieta son esenciales. Comienza la temporada con un peso de 72 kilos y suele cerrar con 4 kilos menos:

Psicológicamente es muy difícil salir a entrenar diariamente cuando la cabeza te pide parar, liberarte y descansar”.

Una liberación que consigue, en parte, rasgando la guitarra.

Solamente este año el atleta ha logrado un patrocinio nacional (Pamesa). En su carrera siempre tuvo patrocinadores extranjeros. Ahí queda eso.

El 1 de Junio de 2014 escribía Alejandro Hernández-Sampelayo López para el diario El País una nota terrible que quisiera compartir con ustedes por si se la perdieron (algo de probable a muy probable):

El pasado sábado 24 de mayo me encontraba yo paseando por los canales deportivos de la televisión en mi casa, en la ciudad de México, cuando en uno de los canales de Estados Unidos, concretamente en Fox, me pareció ver entre las camisetas de un montón de participantes en el triatlón de la ciudad de Yokohama (Japón) compitiendo por el campeonato del mundo a dos que indudablemente eran españoles.

Y ahí me quedé viendo cómo los dos chavales terminaban la prueba ciclista y comenzaban la última prueba de 10 kilómetros de carrera.

Naturalmente seguí viendo el programa hasta el final y, después de varios minutos y de una carrera muy competida, los dos españoles, Javier Gómez y Mario Mola, entraron los dos primeros delante del sudafricano, tercero, y de dos hermanos británicos, cuarto y quinto.

Minutos después, en el podio, se izaron dos banderas españolas y la sudafricana, mientras sonaba el himno nacional.

Al día siguiente busqué en periódicos españoles y en la programación deportiva de RTVE y no encontré ni una mínima reseña del hecho.

Algo incomprensible ya que se trataba del campeonato del mundo.

Me imagino la frustración de estos dos atletas magníficos que sí venden marca España”.

No ubicaré más palabras en este post porque me voy a llorar un rato agarrado a la almohada.



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