miércoles, 19 de marzo de 2014

El gran delirio colectivo (y algunas gotitas de docencia-ficción)

Es falso que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero también puede ser ingenuo suponer que el futuro superará al pretérito. O, lo que es aún más interesante, que el presente expresa lo máximo que podemos hacer.

Algunos profesores universitarios pensamos que los actuales planes de estudio son francamente mejorables, que son el producto de alguna clase de gran delirio colectivo que materializa más una carrera de obstáculos que un sistema integrado y útil para que los chavales aprendan lo que deben.

Quien esto escribe piensa que la cosa puede hacerse mejor, mucho mejor y con menos esfuerzo (es decir, de modo más eficiente). Sin embargo, para lograrlo primero debe dejarse de personalizar (“esta es mi materia (my precious)”, “yo solo puedo impartir modelos de simulación sobre el comportamiento de los roedores de lomo blanco”, etc.) y, después, hay que comprobar con qué fuerzas contamos en nuestro ejército para alcanzar la cima de la colina (“aquí tenemos un modelo ideal, pero no podemos cubrir todos los frentes por ahora”).

Construir un plan de estudios sensato requiere olvidarse momentáneamente de los residentes de la casa y pensar globalmente. Quienes se pongan a ello deben ser psicológicamente competentes, honestos, responsables y, como me sugería un comentarista de un primer borrador de este breve escrito, “estar viajados”.

Además, sería inexcusable poner encima de la mesa la evidencia científica disponible para apoyar la correspondiente propuesta. ‘Evidencia científica’ en sentido duro, nada de modas o presuntas relevancias defendidas con vehemencia por calenturientas mentes creativas.

Si eso hiciésemos, me aventuro a pronosticar que se llegaría a algo parecido a lo siguiente (pienso en tres años de grado, que es a lo que vamos):

Primer Curso

1. Fundamentos de Psicología (contenidos básicos de carácter introductorio incluyendo historia de la Psicología)
2. Estadística (la necesidad de medir)
3. Procesos psicológicos I (p. e. percepción, atención, aprendizaje, memoria)
4. Fundamentos biológicos de la conducta (la visión es importante, pero el cerebro más aún)
5. Fundamentos sociales de la conducta (la Psicología no es Sociología)

Segundo Curso

6. Psicometría (aplicaciones de la medida)
7. Procesos psicológicos II (p. e. lenguaje, pensamiento)
8. Neuropsicología
9. Psicología diferencial (inteligencia, personalidad)
10. Psicología del ciclo vital (los niños crecen)

Tercer Curso

11. Evaluación e intervención psicológica
12. Psicología de la salud (y de los trastornos)
13. Psicología aplicada a la educación
14. Psicología aplicada a las organizaciones
15. Trabajo Fin de Grado (TFG)

Obsérvese que hay un total de 15 asignaturas. Punto.

No hagan cábalas sobre los nombres, puesto que es lo menos relevante para una propuesta digna. Lo verdaderamente importante es entrar en los contenidos, en la evidencia científica comentada antes. Un estudiante de grado no puede considerarse formado si carece de conocimientos relativamente sólidos sobre lenguaje, memoria, medición psicológica, psicopatología, comportamiento social, el cerebro humano o inteligencia.

Pero esta propuesta sería aún más escandalosa teniendo en cuenta la actual situación: ¡las asignaturas serían anuales! Naturalmente, los contenidos puede agruparse en periodos semestrales o trimestrales. Eso es lo de menos. La logística debe estar a nuestro servicio, no al revés.

Trabajar desde Octubre a Mayo sobre una misma materia facilitaría la asimilación de conocimientos. La práctica distribuida siempre fue mejor que la intensiva. Y lo seguirá siendo aunque ignoremos los hechos. La naturaleza anual de los contenidos de las asignaturas permitiría que los chavales pudieran hacer algo que ahora, simplemente, no pueden: profundizar, pensar, razonar, preguntar, indagar.

Sin embargo, desgraciadamente este es un mero ejercicio de docencia-ficción que sería comprendido, en el mejor de los casos, por Asimov, Dick, o (seguro) Clarke.

La realidad actual dificulta extraordinariamente cualquier posibilidad de mejora real. En esa realidad cada cual va a lo suyo (y las áreas de conocimiento y departamentos también), cada uno piensa, seriamente, que lo más importante en su vida como docente es que el discente comprenda, que comprenda mucho, que lo que él explicará en sus clases es lo único que puede serle de utilidad en algún momento de su vida.

Por poner algunos ejemplos, sin ninguna intención que no sea meramente ilustrativa, hay profesores universitarios que piensan que una asignatura de ‘Psicología de la vejez’, de ‘Salud laboral’, de ‘Psicología comunitaria’, de ‘Necesidades y derechos de la infancia’, de ‘Aprendizaje y formación’, de ‘Psicología social crítica’, de ‘Género y Psicología’, o de ‘Violencia en relaciones interpersonales’, es fundamental. Y, por supuesto, piensan, también, que únicamente ellos están capacitados para impartir la correspondiente doctrina.

Quizá tengan razón pero, ¿para un grado?

Recientemente se encuestó a casi 500 estudiantes de mi centro haciéndoles la siguiente pregunta: “si pudieras matricularte libremente, ¿cuáles de las siguientes asignaturas elegirías?”.

Tirando por lo alto, entre un 1 y un 5% elegirían las materias consignadas en los ejemplos anteriores. Entre el 30 y el 50% elegirían materias como ‘Psicología Clínica’, ‘Neuropsicología clínica’, ‘Psicología de la salud’, ‘Psicología Forense’ o ‘Terapias psicológicas’.

Obsérvese que no todos los chavales desearían cursar, por ejemplo, ‘Psicología clínica’ o ‘Psicología de la Salud’. De hecho, nunca se superó el 50%.

Eso es así.

La Psicología no es clínica, ni organizacional, ni educativa. Es Psicología y los chavales se lo huelen, aunque algunos docentes se esfuercen por convencerles perversamente de lo contrario.

Acabemos con la división entre áreas de conocimiento y departamentos para enseñar Psicología. Punto. Si hay que conminar a las autoridades competentes a que nos dejen hacer, hágase. Y si fallamos, que quienes pagan nos pidan cuentas.


2 comentarios:

  1. Roberto

    Tienes, como siempre, razon el algunas cosas pero en este tema, en bastantes cosas. Ya es hora de que pasemos página al efecto que el "cambio democrático" en la Universidad. Los PNN (ahora funcionarios) ya se estan jubilando y muchos de los "idóneos" también... es hora de que nos dejen hacer las cosas en la Universidad mucho mejor. Seguro que los estudiantes y la Sociedad lo notarán.
    Saludos

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  2. Gracias Antonio. Tengo poca confianza en que nos dejen hacer, pero no nula. Algo es algo. Como decía alguien en algún momento, que no sea por no intentarlo.

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