Ya se ha expresado aquí, hasta quizá producir la saciedad del
lector, que la capacidad intelectual es un factor
psicológico que despierta un enorme interés en la sociedad actual. Sin
embargo, entre una buena parte de los psicólogos académicos, y, por tanto, en
los planes de formación de los futuros profesionales del ramo, ese hecho parece
no estar nada claro (más bien azul oscuro, casi negro).
La sociedad desea que los psicólogos (o, para el caso, el
científico que sea) hallemos el modo de mejorar la inteligencia. Saben de su
importancia y de lo limitante que puede ser en sus vidas no disponer de la
dosis suficiente.
Susanne Jaeggi (originaria de Suiza y actualmente
en California) publicó un impactante estudio en 2008 en la revista PNAS. Allí se mostraba que un
entrenamiento cognitivo breve (apenas un mes) pero intenso, producía una mejora
del rendimiento en un test de inteligencia. Desde entonces su equipo de
investigación ha logrado replicar, más o menos, ese resultado.
Pero hay desacuerdo en la comunidad científica. Se han
publicado algunos estudios en los que se ha fracasado al obtener los resultados
esperados.
Uno de los más recientes se puede encontrar,
incomprensiblemente, en la revista ‘Psychological
Science’.
Harrison, T. L. et al. (2013). Working Memory Training may Increase Working Memory
Capacity but not Fluid Intelligence. Psychological Science, October 3, 2013, 0956797613492984.
Esa revista es famosa por rechazar masivamente artículos que,
según el editor, no suponen un avance en nuestro conocimiento. Publicar este
artículo es una excepción a su agresiva estrategia, así que supuse que debía
haber una razón.
Los autores entrenan en una serie de tareas de memoria
operativa (working memory) en lugar
de usar la más habitual en los estudios de Jaeggi (la famosa n-back). Se hace
la siguiente predicción: si las diferencias
individuales de memoria operativa son una causa de las diferencias individuales
en inteligencia fluida y el entrenamiento mejora la memoria operativa, entonces
deberán observarse mejoras en inteligencia fluida.
21 personas se someten a un entrenamiento de la memoria
operativa (dos tareas adaptativas), 17 a un entrenamiento en memoria a corto
plazo (dos tareas adaptativas) y 17 a un entrenamiento de búsqueda visual (una
sola tarea adaptativa). Todos resuelven una batería de pruebas antes y después
de las veinte sesiones de entrenamiento.
Para valorar los cambios del pretest al postest se usan
cuatro tareas de memoria operativa (transfer próximo), cinco de actualización
de contenidos en la memoria a corto plazo (transfer intermedio) y tres tests de
inteligencia fluida (transfer remoto).
Los participantes muestran sustanciales mejoras durante el
entrenamiento. Además, se observan indicios de mejora en algunas taras de
memoria operativa y de memoria a corto plazo del pretest al postest, pero ‘nada’
se aprecia en ninguno de los tests de inteligencia fluida.
Por tanto, no existe transfer remoto. La predicción no se
confirma.
Me sorprende que no sea posible encontrar ningún estadístico
descriptivo en el artículo. El lector desconoce los valores de los grupos
comparados en las pruebas del pretest y del posttest, aunque las abundantes figuras
permiten intuir qué significa eso de que no se produce absolutamente ningún
cambio del prestest al postest en los tests de inteligencia fluida.
Esta ausencia total de cambio es una tónica habitual en los
intentos (fallidos) de réplica del equipo responsable del artículo que se está
comentando. Y, como imaginarán, es muy difícil de entender debido a que debería haber
movimientos en esas puntuaciones aunque solo fuese por el mero efecto de la
práctica.
Recientemente, el equipo de investigación en el que trabajo
ha publicado una réplica sirviéndose de la tarea usada originalmente por Jaeggi
(con ligeras modificaciones).
Colom,
R., Román, F. J., Abad, F. J., Shih, P. C., Privado, J., Froufe, M., Escorial,
S., Martínez, K., Burgaleta, M., Quiroga, M. A., Karama, S., Haier, R. J.,
Thompson, P. M., Jaeggi, S. (2013). Adaptive
n-back training does not improve general ability at the construct level; gains
on individual tests suggest training may enhance visuospatial processing. Intelligence,
41, 712-727.
En otra ocasión hablaremos de nuestro propio artículo con
alguna extensión. Ahora solamente me interesa destacar que tuvimos la oportunidad
de expresar nuestras reservas sobre la clase de resultados producidos por el
equipo del artículo publicado en ‘Psychological Science’.
No apreciar absolutamente ningún efecto en tests de inteligencia fluida aplicados en dos ocasiones separadas por un mes es, por lo menos, raro.
No apreciar absolutamente ningún efecto en tests de inteligencia fluida aplicados en dos ocasiones separadas por un mes es, por lo menos, raro.
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