lunes, 21 de octubre de 2013

Entrenamiento cognitivo y mejora intelectual

Ya se ha expresado aquí, hasta quizá producir la saciedad del lector, que la capacidad intelectual es un factor psicológico que despierta un enorme interés en la sociedad actual. Sin embargo, entre una buena parte de los psicólogos académicos, y, por tanto, en los planes de formación de los futuros profesionales del ramo, ese hecho parece no estar nada claro (más bien azul oscuro, casi negro).

La sociedad desea que los psicólogos (o, para el caso, el científico que sea) hallemos el modo de mejorar la inteligencia. Saben de su importancia y de lo limitante que puede ser en sus vidas no disponer de la dosis suficiente.

Susanne Jaeggi (originaria de Suiza y actualmente en California) publicó un impactante estudio en 2008 en la revista PNAS. Allí se mostraba que un entrenamiento cognitivo breve (apenas un mes) pero intenso, producía una mejora del rendimiento en un test de inteligencia. Desde entonces su equipo de investigación ha logrado replicar, más o menos, ese resultado.


Pero hay desacuerdo en la comunidad científica. Se han publicado algunos estudios en los que se ha fracasado al obtener los resultados esperados.


Uno de los más recientes se puede encontrar, incomprensiblemente, en la revista ‘Psychological Science’.

Harrison, T. L. et al. (2013). Working Memory Training may Increase Working Memory Capacity but not Fluid Intelligence. Psychological Science, October 3, 2013, 0956797613492984.

Esa revista es famosa por rechazar masivamente artículos que, según el editor, no suponen un avance en nuestro conocimiento. Publicar este artículo es una excepción a su agresiva estrategia, así que supuse que debía haber una razón.

Los autores entrenan en una serie de tareas de memoria operativa (working memory) en lugar de usar la más habitual en los estudios de Jaeggi (la famosa n-back). Se hace la siguiente predicción: si las diferencias individuales de memoria operativa son una causa de las diferencias individuales en inteligencia fluida y el entrenamiento mejora la memoria operativa, entonces deberán observarse mejoras en inteligencia fluida.

21 personas se someten a un entrenamiento de la memoria operativa (dos tareas adaptativas), 17 a un entrenamiento en memoria a corto plazo (dos tareas adaptativas) y 17 a un entrenamiento de búsqueda visual (una sola tarea adaptativa). Todos resuelven una batería de pruebas antes y después de las veinte sesiones de entrenamiento.

Para valorar los cambios del pretest al postest se usan cuatro tareas de memoria operativa (transfer próximo), cinco de actualización de contenidos en la memoria a corto plazo (transfer intermedio) y tres tests de inteligencia fluida (transfer remoto).

Los participantes muestran sustanciales mejoras durante el entrenamiento. Además, se observan indicios de mejora en algunas taras de memoria operativa y de memoria a corto plazo del pretest al postest, pero ‘nada’ se aprecia en ninguno de los tests de inteligencia fluida.

Por tanto, no existe transfer remoto. La predicción no se confirma.


Me sorprende que no sea posible encontrar ningún estadístico descriptivo en el artículo. El lector desconoce los valores de los grupos comparados en las pruebas del pretest y del posttest, aunque las abundantes figuras permiten intuir qué significa eso de que no se produce absolutamente ningún cambio del prestest al postest en los tests de inteligencia fluida.

Esta ausencia total de cambio es una tónica habitual en los intentos (fallidos) de réplica del equipo responsable del artículo que se está comentando. Y, como imaginarán, es muy difícil de entender debido a que debería haber movimientos en esas puntuaciones aunque solo fuese por el mero efecto de la práctica.

Recientemente, el equipo de investigación en el que trabajo ha publicado una réplica sirviéndose de la tarea usada originalmente por Jaeggi (con ligeras modificaciones).

Colom, R., Román, F. J., Abad, F. J., Shih, P. C., Privado, J., Froufe, M., Escorial, S., Martínez, K., Burgaleta, M., Quiroga, M. A., Karama, S., Haier, R. J., Thompson, P. M., Jaeggi, S. (2013). Adaptive n-back training does not improve general ability at the construct level; gains on individual tests suggest training may enhance visuospatial processing. Intelligence, 41, 712-727.

En otra ocasión hablaremos de nuestro propio artículo con alguna extensión. Ahora solamente me interesa destacar que tuvimos la oportunidad de expresar nuestras reservas sobre la clase de resultados producidos por el equipo del artículo publicado en ‘Psychological Science’.

No apreciar absolutamente ningún efecto en tests de inteligencia fluida aplicados en dos ocasiones separadas por un mes es, por lo menos, raro.

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