La revista ‘Nature’
publica, difunde, se expande por la prensa escrita y de ahí salta a los
telediarios. En este caso se trata del artículo de J. A. Anguera et al. (2013),
Video
game training enhances cognitive control in older adults (doi:10.1038/nature12486).
Usando
una especie de videojuego en 3D (NeuroRacer)
este equipo científico de California ha observado que personas mayores de
sesenta años de edad mejoran su capacidad para la multitarea. Por supuesto, el
nivel de dificultad del juego se va adaptando a las habilidades del individuo
para que sea retador pero no disuasor.
El
diseño es sencillo y bastante usual en esta clase de investigación sobre
presuntos efectos del entrenamiento cognitivo.
Un
grupo de 16 viejos practica la versión de multitarea de NeuroRacer, 15
practican con una versión sin multitarea (el grupo control activo) y 15 no
hacen nada (el grupo control pasivo).
Quienes
entrenan lo hacen en su casa un total de 12 horas, a razón de 3 horas por
semana durante cuatro semanas.
Además,
a los tres grupos se les miden una serie de factores psicológicos antes y
después del periodo de entrenamiento (atención sostenida, memoria operativa,
control motor y velocidad mental) generalmente usando una sola tarea. También
se hace un seguimiento a los 6 meses (algo menos usual).
Al
estudio conductual recién descrito se le añade un análisis de patrones EEG
cuando los participantes juegan a una versión adaptada de NeuroRacer para esta
clase de análisis cerebral.
Naturalmente,
los resultados son bastante menos llamativos de lo que las noticias de prensa
(o los portavoces oficiales del equipo) dan a entender. En el artículo se lee
que “hay varias tendencias
estadísticamente significativas que sugieren mejoras en una serie de
tareas de control cognitivo”.
Obsérvese
que son tendencias que, por qué no, podrían deberse al azar. Además, en las
medidas de memoria operativa (working
memory) y atención, se evalúa el tiempo de respuesta, pero no se consigna
el nivel de precisión. Me sorprende, por lo menos.
Los
resultados biológicos parecen señalar una desactivación de la corteza
prefrontal, lo que se interpreta como síntoma de una “reducción en la susceptibilidad a la
distracción por estímulos internos y un mejor rendimiento en la tarea”.
De
hecho, los autores concluyen que “el entrenamiento con NeuroRacer puede beneficiar las
capacidades para el control cognitivo al mejorar la capacidad de los viejos
para suprimir la actividad de la red por defecto (default network) al realizar
una determinada tarea, un proceso que se asocia a la edad”.
Como
es también frecuente, al cerrar su artículo este equipo científico augura extraordinarias aplicaciones derivadas de su
estudio a trastornos como el ADHD, la depresión o la demencia. Hay que capturar
fondos.
Hay
que aplaudir que los científicos se hayan lanzado a una carrera por demostrar
que las capacidades mentales se pueden estimular. Sin embargo, los responsables
de la revista ‘Nature’ podrían esmerarse en la selección de trabajos que decide
publicar.
Es
sorprendente que en este estudio se considere un número tan reducido de
individuos por grupo. Se mire como se mire, quince es un número realmente
escaso. El poder estadístico deja mucho que desear. También llama la atención
que el entrenamiento se haga en el domicilio sin supervisión directa de los
investigadores. El número de potenciales variables extrañas puede ser
arrollador. Y, por supuesto, hace temblar que se concluya que se mejora en
memoria y atención usando una única medida/tarea y valorando, no el nivel de
precisión alcanzando, sino el tiempo de respuesta.
Si se
miran con mayor detenimiento los resultados se encontrarán más cosas sorprendentes
(por ejemplo, que el grupo experimental pase de un 70% de imprecisión al
comienzo a una precisión prácticamente perfecta después del periodo de práctica,
mientras que el grupo de control activo solo pueda mejorar hasta un 40% de
coste a pesar de que su tarea es más simple –véase gráfica), pero no quiero
aburrirles.
Mantengan
alerta su capacidad crítica. Eso si que es positivo para su inteligencia y su
control cognitivo a largo plazo.
No se donde va a llegar Nature a este paso. Science por lo menos utiliza una enorme muestra de 100 voluntarios de un supermercado como muestra representativa de los USA :-)
ResponderEliminarhttp://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/08/29/actualidad/1377801701_416816.html
Creo que el formato de publicación de los artículos de Nature (y no es la única, Science también lo utiliza), consistente en separar en documentos distintos, lo que consideran cuerpo principal del artículo y lo que consideran material complementario, es nefasto. Induce a error, como te ha pasado a ti. Revisando las 28 páginas de material complementario verás que usan más de una medida por constructo.
ResponderEliminarEl número de individuos por grupo es ciertamente pequeño, pero están emparejados en funcionamiento cognitivo previo y demás VV físicas y psicológicas, excepto, lógicamente, el tipo de entrenamiento.
Las tareas que utilizan para medir Memoria Operativa y Atención (sostenida y control atencional) pertenecen a ese amplio grupo de tareas cognitivas elementales en las que la variabilidad se refleja en los TR pero no en la exactitud.
No me extiendo más, es un artículo muy complejo que se acomoda mal al formato reducido de tres-cuatro páginas, llevando a error incluso a investigadores experimentados.
Muchas gracias por los comentarios MA.
ResponderEliminar¿Cuál es tu conclusión?
Aquí se puede encontrar un análisis bastante exhaustivo:
http://blog.dansimons.com/2013/09/19-questions-about-video-games.html
Saludos, Roberto
Andreu, ya comentaré en su momento ese artículo de 'Science'. Es la bomba!
ResponderEliminarSe te ha olvidado la parte del estudio hecho con granjeros de la India. Impresionante...
Roberto, no se me habían olvidado los indios pero lo mencionaba en relación con el problema de tamaño de muestra que señalabas en el del post. Lo de los indios demuestra que el dia que explicaron diseños quasiexperimentales en clase hicieron campana. Por otra parte la conclusión que mi simplista mente obtiene de este estudio es que cuando estamos preocupados por algo rendimos peor, ¡espectacular oiga!
ResponderEliminarAndreu, es una conclusión apabullante. No estaría de más obviar esos pequeños problemas metodológicos...
ResponderEliminarR