Este fin de semana tenemos carrera de F1.
Pero en la anterior vivimos un excitante
suceso que quiero recordar ahora, antes de que el circo vuelva a ponerse en
marcha.
Un combate a muerte, a más de 300 por hora,
entre los dos miembros del equipo Red Bull.
Les cuelgo un fragmento de esa carrera de
Malasia para contribuir a que se les pongan los pelos como escarpias.
El equipo dio claras órdenes de equipo, pero
el actual campeón del mundo demostró que esas órdenes le importan un comino.
Acosó a su compañero hasta superarle en la pista.
Ignoró a su equipo porque se sabía más rápido
y quiso ganar la carrera.
¿Es ese el espíritu de un campeón?
Estas seguro que ignoro a su equipo, porque yo después del episodio de la gasolina de hoy ya me lo creo todo. En el próximo GP yo recomendaría a Webber que cuente cuantas ruedas tiene el coche antes de la clasificación.
ResponderEliminarCiertamente ya es difícil aventurar nada. Weber debería cometer un crimen pasional y todo arreglado. A hacer puñetas...
ResponderEliminarA veces como profeta me doy miedo, has visto lo que le ha pasado por no contar las ruedas!!!!!!
ResponderEliminarAcojonas macho! Yo que tu me haría un escáner o algo. Ya te veo sentado en la posición del loto y soltando sonidos en plan Gyuto Monks y tal.
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