370 puntos y 5,3%

Acabo de ver pancartas de 'Rajoy corrupto' en una manifestación celebrada en Alemania ante la visita de nuestro Presidente a aquel país europeo para solicitar a Merkel que contribuya con entusiasmo a estimular los mercados.

Aquí en casa los medios nos machacan incesantemente con batallitas sobre la presunta corrupción de las personas que ahora tienen el cometido de gobernar el país y sacarnos del atolladero en el que nos encontramos.

Los medios internacionales, por supuesto, se hacen eco de los papeles de Bárcenas y difunden un tenebroso panorama sobre España.

http://politica.elpais.com/politica/2013/01/31/actualidad/1359637038_568989.html

La consecuencia es que los ciudadanos de este país nos vemos obligados a pagar más por nuestras ya abultadas deudas: la prima de riesgo supera los 370 puntos básicos y el bono sube al 5,3%

http://economia.elpais.com/economia/2013/02/04/actualidad/1359979526_439283.html

Me pregunto: ¿estamos perdiendo masa encefálica los españoles?

Haciendo gala de nuestra tradición taurina, entramos a saco cuando los medios alientan nuestra ira con una capa carmesí, pero ¿no deberíamos exigirles a esos medios responsabilidad social? Sus caprichosas actuaciones destinadas a capturar la atención del ciudadano, y, por tanto, a sacarles la poca pasta que todavía les queda, son de juzgado de guardia.

Entre los medios de comunicación y los políticos --y al revés-- nos están colocando en una horrible posición ante el mundo a los más de cuarenta y cinco millones de ciudadanos este país, obligándonos a pagar más de lo debido por nuestras deudas e impidiendo que vayamos levantado cabeza. Quieren hundirnos y lo van a lograr.

¿Por qué nos importan tanto esa batallitas? ¿Por qué estamos dispuestos a cavarnos nuestra propia tumba? ¿Por qué los políticos rechazan comportarse como creen que deben hacerlo mandando a hacer puñetas a los medios?

Ya mantuve esta postura aquí en varias ocasiones, pero nunca es suficiente. Los medios de comunicación nos envenenan nada sutilmente para hacer negocio. Y nosotros ingerimos su cicuta con aparente indiferencia, olvidándonos de calibrar inteligentemente lo que eso implica.

Ahora hasta acosan a nuestros representantes políticos en otros países. Hace que recuerde con nostalgia aquellas admirables palabras de reprobación que espontáneamente le dirigió Zapatero a Chavez cuando el presidente venezolano lanzó improperios sobre Aznar en plena cumbre iberoamericana. ¿Están desapareciendo los caballeros?

España no es ni más ni menos corrupta que la mayor parte de los países europeos (véase mapa). Quienes caigan en la corrupción deben ser castigados por ello, pero es una barbaridad (y, hoy en día, un suicidio económico) linchar a algunos ciudadanos por noticias aparecidas en los medios de comunicación.

Solamente un juicio con garantías puede condenar firmemente a alguien que será inocente hasta que en ese proceso se demuestre lo contrario. Y es estúpido que nos cabreemos porque ese proceso sea demasiado lento. ¿Demasiado lento para qué o para quién?

Lamentablemente nos falta capacidad empática cuando, alimentados por los medios, ya hemos decidido que alguien es culpable.

Un juicio es un acto extraordinariamente importante para la vida de las personas y es más que natural que los profesionales de la justicia hagan caso omiso de las presiones mediáticas y se centren en hacer bien su trabajo. Condenar o exculpar a alguien es realmente trascendente, no solamente para ese alguien, sino para el conjunto de la ciudadanía que reside, presuntamente, en un país democrático.

¿Serán los políticos capaces de actuar como los jueces?

Yo confío, me resisto a perder la esperanza en que ese día está a punto de llegar.

http://www.transparency.org/cpi2012/results