jueves, 22 de noviembre de 2012

Trece


¿Qué título más ambiguo, verdad?

Podría corresponder a la doctora que trabajaba con el doctor Gregory House, al temido Martes para aquellos de nosotros que somos supersticiosos (Viernes para los norteamericanos) o al número de campeonatos del mundo de motociclismo que ganó Angel Nieto (aunque él diría 12+1, por supuesto).

Pero no, nos estamos refiriendo al número de puntos que separan a nuestro campeón Fernando (1) Alonso del alemán Sebastian Vettel a falta de una carrera para que concluya el largo campeonato de Fórmula 1 que llevamos disfrutado este año 2012.

Este fin de semana tenemos una cita crucial en Brasil. El bacalao todavía no está totalmente cortado. Todavía queda la pieza esencial.

Dicen que la venganza se sirve fría. Y el dicho puede corroborarse este 25 de noviembre. Para mí sería, simplemente, un bonito regalo de cumpleaños, pero para Fernando significaría el momento de lograr una justa venganza por los sucesos vividos en Abu Dhabi en 2010.

En aquel fatídico día subí con unos amigos al Principado para celebrar el que sería tercer título mundial del asturiano. Hiciese lo que hiciese su principal rival, Mark Weber, a él le bastaba con ser séptimo. Pero, tras una carrera de pesadilla, y una pésima estrategia de su equipo, Fernando, contra todos los pronósticos, quedó octavo. El mundial se le escapó de las manos y no lograba encontrar una explicación racional.

Para quien tenga una memoria frágil quizá convenga recordar que el título de 2010 no lo ganó Weber, sino Vettel, quien no contaba nada en las quinielas pero que, de hecho, tenía oportunidades matemáticas de ser campeón del mundo. Aprovechando el desconcierto de los dos favoritos al título, el alemán se metió el cetro en su bolsillo. Fue su primer título mundial.

Este año, Ferrari (y, por tanto, Alonso) llegan a Interlagos en unas condiciones de clara inferioridad con respecto a Red Bull. El maldito Adrian Newey ha logrado, una vez más, darle una envidiable ventaja a sus pilotos a través de sus geniales ideas aerodinámicas. Las últimas carreras así lo atestiguan. No hay nada que discutir. Los hechos son los hechos.




Pero Fernando, nadie sabe cómo, ha logrado mantener el tipo. En Austin salió séptimo y logró subirse al tercer peldaño del podio. Hamilton ganó merecidamente esa carrera y relegó a Vettel al segundo puesto, lo que ha provocado que los candidatos al campeonato lleguen al país sudamericano con una diferencia que podría calificarse de mínima.

En Abu Dhabi 2010 a Alonso le bastaba ser séptimo y perdió. Ahora, en 2012, a Vettel le basta con ser cuarto (más difícil, ¿no?).

¿Ganará?

Algunos no paramos de cantar 'Asturias patria querida' con una patética entonación para que llueva con entusiasmo y la balanza esté más equilibrada este fin de semana. Que el duelo sea más justo. Y que la venganza se produzca.

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