El psicólogo J. Philippe Rushton falleció la semana pasada a consecuencia de la
enfermedad de Addison. Desde hace
días el email no cesa de dar salida y entrada a comentarios sobre el genio y
figura que le acompañó hasta la sepultura.
Phil se hizo famoso tras la publicación de su
obra 'Race, evolution, and behavior. A life story
perspective'. Famoso en el peor sentido de la palabra. Al igual
que sucedió con otros científicos como Jensen,
Herrnstein o Gottfredson, quien nos ocupa en este post fue acosado por estudiar el espinoso problema de las
diferencias de raza.
Ante las amenazas de que fue objeto tuvo que
dejar de impartir clases y se sometió a un examen de integridad por parte de
las autoridades académicas de su universidad canadiense. Fue sospechoso de mala
conducta científica por el mero hecho de atreverse con esta clase de delicados
y sensibles tópicos.
La pregunta que intentó responder Rushton
fue: ¿por qué los caucásicos se sitúan entre
orientales y sujetos de origen africano en variables relacionadas con el tamaño
cerebral, la competencia intelectual o el desarrollo madurativo?
Las protestas llegaron al paroxismo cuando
propuso que las evidencias sobre la heredabilidad de la inteligencia, la
personalidad o la psicopatología apoyaban una explicación genética para las
diferencias entre esos tres grupos raciales.
Fue más allá al sugerir que los sapiens que
abandonaron África y colonizaron climas más fríos y, por tanto, mucho
más hostiles que el benigno nicho africano, evolucionaron
para sobrevivir desarrollando una mayor competencia mental. O sea, que
se hicieron más inteligentes para soportar las presiones del entorno. Eso
supuso un mayor tamaño cerebral, grados madurativos menores y otra serie de
rasgos diferenciados. Ese gradiente climático contribuiría a explicar el 'orden'
de sus tablas de evidencias: orientales, caucásicos y africanos.
Por plausible que pueda resultar la hipótesis
de Rushton, no deja ser un ejercicio de considerable especulación, como sucede,
en general, con los argumentos evolucionistas. Bastaría con exponer este
carácter especulativo para minimizar la relevancia de su aportación. Pero
cuando se une la inteligencia a la raza siempre afloran las reacciones más
virulentas por parte de determinados colectivos, con la expresa colaboración de
los medios de comunicación. Véase este post
sobre el caso del Premio Nobel, James Watson,
como ejemplo más reciente:
Mi opinión personal sobre Rushton es similar
a la que tengo sobre los demás científicos que han dedicado su carrera
profesional a explorar, usando los métodos de la ciencia, las similitudes y
diferencias entre las denominadas 'razas'. Y usaré las palabras de Jensen porque
resultan clarificadoras:
"de la enorme cantidad de temas de investigación dentro de
las ciencias sociales y de la conducta, uno de los que se justifican con mayor
facilidad es el de la disparidad estadística Afroamericanos-Caucásicos en
capacidades cognitivas, dadas sus consecuencias sociales, económicas y
educativas.
¿Deberíamos
no aplicar los instrumentos de nuestra ciencia a estos temas socialmente
importantes tan eficazmente como podamos?
El
éxito de este esfuerzo demostrará que la Psicología puede conducirse realmente
como una ciencia al considerar temas socialmente sensibles, en lugar de
limitarse a racionalizar los prejuicios populares y la ideología social".
La discrepancia noble debería ser una marca
de la ciencia. También de los científicos. Rushton trató esos temas socialmente
delicados y fue duramente castigado por ello. Mientras que su perspectiva
podría haber sido criticada sobre una base puramente científica, el debate se
condujo hacia otro tipo de terrenos, ignorando las palabras de la genetista Sandra Scarr:
"creyendo que protegían a los grupos desfavorecidos, algunos
científicos sociales solo han conseguido retrasar el diseño de programas de
mejora social".
A mi juicio, al sentirse injustificadamente
atacados, científicos como Rushton (o Jensen) se han obsesionado hasta llegar a
convertir la investigación de las diferencias raciales en su único objetivo
vital. Buscaron la información disponible para demostrarle a la comunidad
científica que su perspectiva era verosímil y que nada tenía que ver con sus
preferencias personales. De nada sirvió porque cuando
la pobreza intelectual llama a la puerta la razón salta por la ventana.
Quisiera terminar este breve comentario con
una anécdota personal que creo apoya la anterior apreciación. Rushton publicó
en 1994 un artículo sobre el famosísimo fraude del psicólogo educativo Sir Cyril Burt cometido, presuntamente,
al inventarse datos sobre gemelos criados por separado.
Rushton, J.P. (1994): Victim of the
scientific hoax (Cyril Burt and the
genetic
IQ controversy). Society, 31, 3, 40-45.
En ese artículo se hace un esfuerzo por desmontar
las acusaciones dirigidas a Burt. Cuando le pregunté por qué se empeñaba en
rehabilitar un caso claramente perdido (casi nadie estaba dispuesto a
escucharle) me respondió que no era capaz de soportar lo que, en su opinión,
era una injusticia. Me dijo que se sentía obligado a decir lo que creía
correcto porque se negaba a vivir en una sociedad gobernada por la censura de
pensamiento y de palabra.
Probablemente la teoría que le hizo famoso es
incorrecta. Si eso es lo que pensamos los científicos, digamos por qué. Caer en
descalificaciones viscerales debería ser ajeno al juego de la ciencia. La
discusión basada en evidencia debe ser nuestra arma.
Si disponen de tiempo, no se pierdan este debate:
http://www.youtube.com/watch?v=i9FGHtfnYWY
Si disponen de tiempo, no se pierdan este debate:
http://www.youtube.com/watch?v=i9FGHtfnYWY
Fidel Castro escribió una obra titulada: "La Historia me absolverá"....
ResponderEliminarYo solo espero que algún día la Historia de nuestra disciplina otorgue al profesor Rusthon el papel y la relevancia que le fueron negados en vida. Su productividad científica es impresionante: más de 200 papers y 5 manuales, alguno como el que señala el post, especialmente famosos.....
Descanse en Paz
Descansará en paz pero la comunidad científica en general ignorará su esfuerzo. Salvo, por supuesto, los miembros de la ISIR. O, para ser más exactos, algunos miembros. Será recordado solamente cuando a alguien le vaya bien para acusar de algo grave. Así son las cosas y así seguirán hasta que no las cambiemos.
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