En los
sondeos que realiza periódicamente la empresa Gallup para medir la opinión y tendencias de la sociedad, es curiosa y preocupante la relativa a la postura frente a
la Teoría de la evolución de las especies de Darwin. En los últimos 30 años, el porcentaje de
personas que creen que el mundo y las distintas especies aparecieron en su
forma actual durante los últimos 10.000 años, nunca ha bajado del 40%. Del
resto, casi otro 40% opina que la evolución es real pero está dirigida por la
voluntad de Dios, y sólo un 15% se decanta por una
evolución natural sin intervención divina.
La
evolución de las especies es una teoría formulada hace 150 años, que en este
tiempo ha sido ampliamente comprobada a través de la paleontología, y más
recientemente con el descubrimiento de los mecanismos de la herencia, el ADN y
la secuenciación del genoma. Sin embargo, a pesar de los medios de divulgación
y el amplio acceso a la información actuales, un 40% de la población rechaza la
evidencia. Conviene anotar que las encuestas se realizan en los Estados Unidos de América, aunque por la creciente movilidad y
globalización de la cultura, los resultados a nivel mundial se van
uniformizando.
No podemos
criticar a los que recurren a una conciencia superior para explicar el proceso.
Mejor aceptado por las bases cristianas que por la ortodoxia religiosa, ya lo
hizo Theilhard de Chardin a mediados
del siglo XX, y desde entonces muchas personas
conviven sin conflicto con la realidad física y el plano espiritual. Lo
preocupante es el porcentaje – casi la mitad de la población - que forjan su
opinión con argumentos metafísicos ajenos a la experiencia real, que puede verse
en la visita a cualquier museo de ciencias naturales.
Durante
nuestros años de estudio hemos aprendido a aceptar los hechos, analizarlos y
buscar una teoría que los explique, pero ¿Cómo podemos
contrarrestar el efecto de los medios de comunicación alineados con una visión
parcial e interesada, y la creciente penetración de religiones que supeditan la
realidad a una interpretación subjetiva de la voluntad divina?
Vemos
hoy cómo en foros serios se rechazan argumentos evidentes a favor de la
evolución, la llegada del hombre a la Luna o los efectos catastróficos del
cambio climático, sin que asome el rubor a las mejillas de quien de esta forma
rechaza las pruebas evidentes que están encima de la mesa a la vista y la
experiencia de todos.
La
evidencia ya no es un argumento suficiente en una argumentación, pero para los
que nos hemos formado en el método científico resulta un duro cambio de
paradigma bajar a esta arena que ignora la realidad en aras a otras
experiencias que no podemos tocar ni discutir.
En los
próximos meses se actualizarán los resultados de esta encuesta, pero aun siendo
optimistas y esperando que la tendencia de la última década continúe mejorando
los resultados, queda todavía mucho camino por recorrer.
Interesante perspectiva. Tanto que estoy preparando un post alternativo basado en que la experiencia religiosa es la única solución inteligente al problema de nuestra existencia consciente. R
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