El New York Times publicó a finales de Febrero una serie de comentarios sobre la respuesta a esa pregunta.
En esa especie de debate participaron cinco autores (se supone que para evitar empates técnicos). Algunos de ellos son bastante conocidos en el estudio científico de la inteligencia humana, como James Flynn o Linda Gottfredson. Contribuye también Steven Pinker, así como la humorista Erin Jackson y el periodista Ritch Duncan.
Flynn, como casi siempre, a lo suyo. Sostiene que las ganancias generacionales de inteligencia, documentadas a nivel global, rechazan una respuesta positiva a la pregunta. Pero confiesa que eso no significa que seamos más inteligentes ahora que antes. Dice que nuestro cerebro no ha mejorado, pero que la sociedad en la que vivimos ahora impone mayores retos. Eso promueve que nuestras mentes sean más modernas. Vivimos en un mundo mas abstracto, mientras que antes habitábamos un ambiente óptimo para el pensamiento concreto.
Gottfredson concuerda en la mayor complejidad del mundo actual. Los listillos de nuestra sociedad nos complican la existencia cada semana. Sus métodos no reducen nuestra inteligencia, pero nos hacen sentir un pelín estúpidos. Según ella, únicamente un 3% de la población posee la mente necesaria para hacer frente, con éxito, a los nuevos retos intelectuales. Subraya la relevancia de esa clase de retos para cuidar de nuestra salud.
Pinker piensa que pueden apreciarse síntomas de que somos más inteligentes ahora. Los avances en ciencia y en tecnología serían coherentes con ese aumento. Vivimos en una época de extraordinarios logros. Pero no solamente se observan mejoras en la ciencia, sino en la cultura general. El apoyo a la guerra o a la discriminación racial, así como el rechazo a determinadas tendencias sexuales, es agua pasada. Nuestro pensamiento se ha sofisticado. La educación ha promovido que ahora apoyemos, de hecho, la igualdad de derechos, la libertad de expresión y la superación de trasnochadas tradiciones.
Jackson, en cambio, responde positivamente a la pregunta. Como humorista se muestra encantada ante el hecho de que haya gente mas estúpida. Es bueno para su negocio. Sin embargo, confiesa que la situación es incómoda fuera de los escenarios. Opina, además, que la tecnología nos hace estúpidos.
Finalmente, Duncan también responde afirmativamente. Él es testigo de delincuentes que cuelgan fotografías de sus fechorías en Facebook, por ejemplo. Aunque, en realidad, lo que hace la tecnología es amplificar nuestra estupidez de siempre. Si obtienes la máxima puntuación en el SAT, apenas recibirás visitas en Twitter. Pero haz cualquier tontería y recibirás tantas visitas como Lady Gaga. Seguirle la pista a algo inteligente cuesta cierto esfuerzo, pero observar la estupidez es ahora algo instantáneo (y fácil).
En resumen, vivir en la sociedad actual es más complicado que hace algunos años. Esa sofisticación creciente ha podido estimular la inteligencia de un segmento de la población. Pero en otro, difícil de cuantificar, se acrecienta el efecto negativo de su escasa capacidad. De ahí que algunos científicos propongan adecuar el contexto al usuario. Terreno abonado para los psicólogos especialistas en la manifestación de nuestras capacidades. Si es que esos psicólogos existen.
Sospecho que los mas listos tienden a esconderse....habria que hacer algun estudio sobre g y la capacidad para pasar desapercibido.
ResponderEliminarDepende de lo que se entienda por 'esconderse', pero a lo mejor tienes razón. Si los más listos manejan el cotarro sirviéndose de los demás pero manteniéndose en la sombra, quizá tu apreciación sea estrictamente correcta.
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