martes, 20 de marzo de 2012

My Precious...

No, no se trata del anillo de Gollum, sino de nuestro ADN.

'Nuestro' en el sentido literal.

La empresa 'Life Technologies', liderada por  Jonathan M. Rothberg, anuncia que el secuenciador 'Ion Proton' puede secuenciar el genoma de un individuo en un día y por aproximadamente 750 € (más o menos el precio de un registro de resonancia).

Rothberg es quien estuvo detrás de la secuenciación del ADN de James Watson, pero, en aquella ocasión, el coste fue de un millón de dólares.

Eso sí, para variar, una cosa es tener la información y otra saber interpretarla.

El gigante farmacéutico suizo (Roche) acosa a la empresa de Rothberg, y, también, a una de las más conocidas (Illumina) para hacerse con las patentes que, según se predice, acabarán siendo cruciales para apoyar la llamada medicina personalizada.

Una de las aproximaciones más atractivas se asocia a los tumores. La idea se basa en
analizar el genoma de las células de un tumor y el de células normales del paciente, para poder comparar el espectro de mutaciones e identificar los genes del cáncer, diseñando, seguidamente, drogas que vayan directamente al grano.

El fármaco personalizado reduciría costes, sería menos agresivo y atenuaría los efectos secundarios.

Pero hay sobredosis de información. El número de alternaciones genéticas oscila entre las mil y las cien mil. Encontrar el orden en ese berenjenal será complejo. Pero ¿por qué imposible?

Los tumores son más propios de personas de más edad. El proceso de envejecimiento se asocia a una acumulación de cambios en el genoma del individuo. Algunas pueden ser cancerígenas. Otras inocuas. Hay cambios en los genes que provocan cáncer, los llamados conductores, y otros que no lo tienen, los pasajeros.

El Consorcio Internacional para el Estudio del Genoma, creado en 2008 por once países (España entre ellos) pretende coordinar esfuerzos. Actualmente analizan el mapa genético de 500 pacientes por cada uno de los 50 tipos de cáncer más frecuentes.

¿Y cuando tengamos el mapa qué hacemos?

Quizá pudiéramos servirnos de nano robots para dirigirnos a las células cancerígenas.


Nano robots fabricados con ADN y basados en el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico. Esos nano robots se dirigirían a las células dañadas y las reprogramarían para que se autodestruyesen.

Douglas, S M et al. (2012). A Logic-Gated Nanorobot for Targeted Transport of Molecular Payloads. Science 335, 831 (2012); DOI: 10.1126/science.1214081

Las células tumorales se suicidarían (apoptosis) gracias al mensaje transmitido por el nano robot.

No hay comentarios:

Publicar un comentario