Cuánto nos gustaría ingerir algo (inocuo) y mejorar nuestra inteligencia, ¿verdad?
Nunca tenemos suficiente. Siempre queremos más.
Comer adecuadamente es importante para mantenernos intelectualmente a tono.
Uno de los primeros efectos de la anorexia es el declive intelectual. Quienes padecen el trastorno no pueden seguir estudiando, por ejemplo.
En un estudio publicado en el 'Journal of Epidemiology and Community Health' se ha informado de los resultados de un seguimiento, desde los tres hasta los ocho años de edad, de un grupo de niños.
Los padres informaron de los hábitos alimenticios de sus hijos, dividiéndolos en tres categorías: (1) alta en grasas y azucares, (2) rica en carnes y vegetales y (3) ensaladas, pasta y arroz.
Basar la alimentación en la primera categoría reduce las puntuaciones en inteligencia valoradas por las escalas Wechsler (una conocida medida para los psicólogos). Por el contrario, la tercera categoría las aumenta.
En suma, evite el cocido y los pasteles, y degluta espagueti y paella para promover su inteligencia.
Por otro lado, en la revista 'Neuron' se ha publicado que el zinc es crucial para la comunicación de las neuronas especialmente asociadas a la memoria y el aprendizaje ubicadas en una región del cerebro denominada hipocampo.
La reducción experimental del zinc en las neuronas del hipocampo impide los procesos de memoria y aprendizaje, pero se ignora la dosis adecuada para potenciar esos procesos cognitivos. Pasarse de cantidad puede inducir epilepsia.
A esto se añade el fascinante mundo de las denominadas smart pills:
Lamento ser un aguafiestas, pero la empresa de mejorar nuestras capacidades es compleja porque se soportan en un órgano que no terminamos de comprender adecuadamente.
Comer paella puede estar bien, pero ¿cuánta es adecuada para una óptima regulación?
Como es habitual, la respuesta correcta será 'depende'.
El fenómeno natural de la variabilidad biológica interactúa con el impacto de lo que ingerimos, por lo que la dosis óptima también será variable. De hecho, hasta es posible que no tenga absolutamente ningún impacto en determinados organismos.
Igual que es cada vez más frecuente el recurso a la denominada medicina personalizada, el efecto de determinadas sustancias sobre nuestros intelectos dependerá de nuestras peculiaridades biológicas.
Las recetas no pueden ser más que una orientación.
Búsquese un entrenador personal y puede que vislumbre algún resultado positivo.
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