martes, 17 de enero de 2012

Hierro, genes y cerebro

Un equipo de científicos dirigido por el Profesor Paul M Thompson, de la UCLA, acaba de publicar un magnífico artículo titulado 'Brain structure in healthy adults is related to serum transferrin and the H63D polymorphism in the HFE gene'.

(www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1105543109).

Es un estudio complejo, hecho con casi 600 participantes, en el que se explora si el hierro se asocia a la integridad de la materia blanca del cerebro. Se combina información genética con las diferencias cerebrales y su relación con la presencia de hierro en el organismo durante el desarrollo.

Por tanto, la investigación cae dentro de la disciplina denominada 'imaging genetics'. Puede encontrarse más información sobre este apasionante campo en el siguiente enlace:

http://enigma.ini.usc.edu/

En el estudio que en concreto estamos comentando, se observa que la proteína que transporta el hierro en el cerebro (transferrin) se encuentra influida por los genes y que esos mismos genes también contribuyen a la micro-estructura del cerebro.

Los niveles de hierro son particularmente importantes durante el desarrollo, pero también en las enfermedades neurodegenerativas. El organismo debe encontrar un nivel óptimo: poco es negativo, pero demasiado también.

Los niveles inadecuados de hierro influyen en las capacidades cognitivas, y, por tanto, en la inteligencia.

Este grupo de científicos predice que una dosis inadecuada de hierro durante el desarrollo debería reducir la integridad de la materia blanca en una época posterior de la vida. Además, el volumen cerebral también se verá afectado negativamente, especialmente en las estructuras subcorticales, incluyendo el famoso hipocampo.

Los tres principales resultados son:

1.- Los niveles de la proteína que transporta el hierro durante la adolescencia se asocia a las variaciones neuro-anatómicas observadas una década después.

2.- Estas asociaciones con la integridad de la materia blanca se encuentran mediatizadas por los mismos genes.

3.- El polimorfismo HFE H63D influye tanto en los niveles de la mencionada proteína como en la materia blanca.

Sin embargo, la deficiencia de hierro se asocia a la reducción de algunas estructuras cerebrales, pero también al aumento de otras, algo inesperado para los investigadores. Además, la influencia genética resultó significativamente mayor en los varones que en las mujeres de la muestra.

Estas inconsistencias están detrás de la nota de precaución con la que los autores cierran su trabajo: deben existir otros genes implicados en interacción con el HFE H63D, algo que cabría esperar por lo que sabemos sobre los complejos resultados que generalmente se derivan de la combinación de la información genética y la obtenida con neuroimagen.

En suma, una interesantísima investigación que, como cabe esperar, también abre algunos apasionantes interrogantes.

Véase:

2 comentarios: