Estamos saturados de información, y, hay que reconocerlo, nos cuesta asimilar conocimiento. Escuchamos música sin prestarle la atención que merece, casi como ruido de fondo. Al mismo tiempo, navegamos por la red a la busca de no se sabe muy bien qué (videos de YouTube sobre Lady Gaga, fotos comprometidas de las hijas del Presidente, o el top less de Inma Cuesta en la playa de Comillas). Quizá nos descarguemos alguna película, legal o ilegalmente, que almacenaremos en nuestro desbordado disco duro de 1 TB después de echarle un vistazo, si acaso.
Apenas prestamos una verdadera atención, pero existe un valioso conocimiento en las cosas que hacen nuestros semejantes.
Pensando en la clase política, hiperactiva desde hace tiempo por las elecciones de Mayo --de elección en elección y tiro por si llega la ocasión-- me vino a la mente un diálogo de la película escrita y dirigida por Randall Wallace (guionista de la excelente 'Braveheart') y protagonizada por Leonardo DiCaprio, Jeremy Irons, John Malkovich, Gerard Depardieu y Gabriel Byrne.
En la escena en cuestión, Athos (Malkovich), Porthos (Depardieu) y Aramis (Irons) le piden al hermano gemelo del despiadado Rey Luis XIV (DiCaprio) que le sustituya siguiendo una conspiración trazada por la Congregación de los Jesuitas dirigida por Aramis.
Reproduzco el diálogo que, como comprobarán, no requiere ningún comentario.
-. Aramis: Te ofrecemos la oportunidad de ser Rey.
-. Phillipe: No, me ofrecéis la oportunidad de fingir ser Rey, un Rey al que odiáis.
-. Athos: No todo el mundo le odia.
-. Phillipe: ¿Vosotros no? ¿Por qué debo convertirme en él? Si no me dais un motivo, no lo haré. No puedo.
-. Aramis: Todos somos instrumentos de Dios, nos guste o no. No podemos si no mantener la fe, aunque reconozco que a veces me resulta difícil.
-. Porthos: Todos fallamos en la fe, Aramis, ¿sabes? por eso debemos comer, beber y hacer el amor a la vida.
-. Athos: Phillipe está en lo cierto. No le hemos dado ninguna razón para hacer lo que le pedimos.
-. Phillipe: Comprendo tus razones Athos.
-. Athos: ¿Comprendes mis razones?
-. Phillipe: Porthos me ha contado lo de tu hijo.
-. Athos: ¿Y tú crees que estoy aquí por eso? Si, Raúl es mi razón, pero no en el modo que tú crees.
Hubo un tiempo en que nosotros creíamos en el sacrificio de nuestra vida al servicio de algo más grande que nosotros mismos.
Aramis tenía su fe, Porthos sus ansias de vivir, D'Artagnan su devoción, y yo tenía a Raúl.
Pero todos teníamos un sueño común: que algún día podríamos servir por fin a un rey que de verdad fuera merecedor del trono.
Es lo que soñábamos, por lo que fuimos heridos y lo que durante toda una vida hemos esperado poder ver.
Yo enseñé a Raúl a creer en ese sueño y ahora mi hijo está muerto.
Y yo me encuentro aquí para averiguar si su vida fue en vano.
Y el único que puede responder a esa pregunta eres tú.
-. Aramis: Athos, si fracasamos en este intento, y posiblemente así sea, será un honor morir a tu lado.
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