jueves, 3 de marzo de 2011

Ictus


El receptor sigma-1 (Sig-1R) presente en el cerebro, contribuye a la recuperación de los daños producidos por el ictus resultado de la súbita pérdida de riego sanguíneo y la consiguiente disminución de funciones perceptivas, cognitivas o motrices.

El tratamiento habitual supone administrar fármacos dirigidos a disolver los coágulos de sangre que han provocado el ictus. También se ha comprobado que la estimulación magnética transcraneal (TMS) combinada con métodos de entrenamiento cognitivo, posee un efecto positivo.

Las estadísticas señalan que únicamente una de cada diez personas afectadas se someten al tratamiento adecuado para evitar los daños que se pueden dar con carácter permanente.

Los resultados con el Sig-1R, publicados en la revista 'Brain', se han obtenido estudiando ratas jóvenes, pero se pretende ampliar el estudio con ratas viejas.

Ruscher, K. et al. (2011). The sigma-1 receptor enhances brain plasticity and
functional recovery after experimental stroke. Brain, 134, 732–746.

La secuencia consistió en provocarles un ictus y situarles en dos contextos diferentes: (a) con estimulación extra y (b) con estimulación estándar.

Los científicos observaron que un número relativamente elevado de genes se activaban en las ratas situadas en el contexto con estimulación extra. Uno de esos genes se vinculaba a Sig-1R [por cierto, el Sig-1R se encuentra asociado al colesterol].

Cuando se inyectaba una sustancia que activaba el Sig-1R, las ratas recuperaban más rápidamente las funciones afectadas por el ictus.

Algo que el cerebro hace de modo natural (o espontáneo) puede reforzarse mediante esa inyección. Como concluyen los autores: "la activación del Sig-1R contribuye a la creación de un medio permisivo para la regeneración neuronal en el cerebro de las ratas dañadas por el infarto".

Actualmente se están realizando ensayos clínicos con humanos.

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