No estoy seguro de qué provocó el impulso de volver a leer la novela publicada por el francés Frederic Beigbeder a comienzos del nuevo milenio, y cuyo título encabeza esta entrada.
El autor era un alto ejecutivo de una importante empresa de publicidad y, según se dice, escribió la novela para que le despidiesen. Lo consiguió desvelando los entresijos de su agencia y el compadreo con las corporaciones para 'obligarnos' a desear (y comprar) lo que no necesitamos en absoluto.
Es un relato durísimo, inundado de frases lapidarias, como resulta natural en un consumado publicista:
-. En mi profesión nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume.
-. La gente no sabe lo que quiere hasta que se lo ofrecen.
-. El euro se ha inventado para que los salarios de los ricos parezcan ciento sesenta y seis veces menos indecentes.
-. Creéis que gozáis de libre albedrío, pero el día menos pensado reconoceréis mi producto en la sección de un supermercado, y lo comprareis, así, solo para probarlo, creedme, conozco mi trabajo.
-. Os tienen atrapados con créditos que hay que devolver. ¿Sentís un impulso de protesta? Millones de parados esperan para ocupar vuestro lugar.
-. La publicidad es una técnica de intoxicación cerebral que fue inventada por el americano Albert Davis Lasker en 1899, y que fue desarrollada con gran eficacia por un tal Joseph Goebbels en la década de 1930, para convencer al pueblo alemán de que debía quemar a los judíos.
-. Cuanto mayor es la mentira, más verosímil resulta -- Joseph Goebbels.
-. La publicidad consiguió que Hitler fuera elegido.
-. Los políticos ya no controlan nada; es la economía la que gobierna.
-. Las inversiones publicitarias de los anuncios en 1998 en el mundo alcanzaron los 375 billones de euros.
-. ¿Por qué los americanos controlan el mundo? Porque controlan la comunicación.
-. La caverna de Platón ya es una realidad: se llama televisión.
-. El problema del hombre moderno no radica en su maldad, sino en que odia aburrirse.
-. El día que la gente acepte aburrirse en esta Tierra, la humanidad estará a salvo.
-. Nada coloniza tanto como la publicidad mundial: en el más remoto rincón de la más pequeña choza al otro extremo del mundo, Nike, Coca Cola, Gap y Calvin Klein han sustituido a Francia, Inglaterra y España.
-. El mundo se muestra horrorizado ante la perspectiva de la clonación humana cuando, en realidad, ya existe y se llama cirugía plástica.
-. En un universo de ladrones, el único pecado definitivo es la estupidez (Hunter Thompson).
Algunos datos revelados por el autor:
-. Un individuo inventó medias que no sufren carreras, pero una famosa compañía de pantis le compró la patente para destruirla.
-. El neumático que no se pincha existe, pero permanece cerrado bajo llave, sin importar los miles de accidentes mortales que se podrían evitar cada año.
-. El lobby del petróleo hace todo lo que puede para retrasar la expansión del coche eléctrico.
-. El dentífrico es un producto inútil porque toda la higiene dental radica en la acción de cepillarse.
-. Los discos compactos se rayan tanto como los de vinilo.
-. El papel de aluminio está más contaminado que el amianto.
-. La fórmula de las cremas solares no ha variado desde la segunda guerra mundial (protegen contra las UVB, pero no contra los UVA).
-. Las campañas de Nestlé para distribuir leche en polvo entre los recién nacidos del tercer mundo han supuesto millones de muertos porque los padres mezclaron el producto con agua no potable --por cierto, la palabra felicidad está registrada por Nestlé.
No voy recomendar que lean la novela porque induce una intensa depresión y no está el horno para bollos...
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