En el Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona) se ha diseñado un videojuego (ISLAND) dirigido al tratamiento de pacientes que presentan adicción al juego o trastornos de la alimentación.
ISLAND interactúa con el mundo emocional del paciente usando sensores biológicos. Concretamente, se dirige hacia las emociones de ira y aburrimiento.
Se trata de ayudar a gestionar las emociones negativas, la tolerancia a la frustración, el estrés, así como factores tales como la planificación, la demora de las recompensas, la toma de decisiones y la relajación.
Las sesiones terapéuticas son semanales y se prolongan durante cuatro meses. Antes de acudir a cada sesión, el paciente juega con ISLANDS durante media hora, supervisado por un profesional.
Durante el juego se registran las pulsaciones, el ritmo respiratorio, los tonos de voz y las expresiones del rostro. El juego se va adaptando a las reacciones del paciente.
El objetivo en ISLANDS es salir de una isla, pero tomándose su tiempo, lo que obliga a practicar el autocontrol cuando aparecen situaciones de estrés o de frustración.
Según parece, se produce un éxito del 80% en el caso de los ludópatas.
En el caso de la bulimia, el porcentaje es algo menor (65%).
Desde luego, se trata de un magnífico ejemplo de una provechosa aplicación de las llamadas nuevas tecnologías a campos tan relevantes como la terapia psicológica. En cualquier caso, sería interesante disponer de datos sobre su efecto añadido con respecto a las terapias convencionales.
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