jueves, 24 de febrero de 2011

Genes, neuronas y trastornos


Las relaciones recíprocas entre los genes, el cerebro y las conductas constituyen un sistema que parece extraordinariamente complejo.

Ante esta tesitura, algunos científicos, como el catalán Àlex Bayés, del Instituto Sanger, admite que la investigación puede verse derrotada por la naturaleza.

Se presume que el intelecto humano no da para abarcar ese sistema.

Vale, de acuerdo, entonces confiemos en las máquinas, a las que no asusta esa coyuntura porque disponen de una fuerza bruta sustancialmente mayor.

Aunque también se pueden ensayar métodos más rudimentarios. ¿Y si ese sistema complejo obedece a leyes realmente simples?

Una gran parte de la investigación financiada se dirige a comprender los procesos degenerativos, pero en ese esfuerzo suelen considerarse personas sanas de control.

De hecho, en una investigación en la que ha participado Bayés, se tuvo que analizar el tejido sano de los pacientes para concluir que hay casi 1.500 proteínas activas solamente en determinadas regiones de las sinapsis.

Algo se estropea en esas sinapsis cuando aparecen los problemas. Localizar dónde se produce el fallo puede ser la clave para prevenir esos problemas. Y es precisamente ese proceso de localización el que se percibe como inalcanzable.

Los científicos suelen dan por hecho que las sinapsis son tremendamente delicadas, pero también puede pensarse que, muy al contrario, su aparente complejidad está gobernada por unos elementales principios que se ven alterados llegado un momento del desarrollo ontogenético --por ejemplo, cuando dejamos de ser reproductivamente 'interesantes'.

El número de experiencias al que se enfrenta un ser humano desde el momento de la concepción no logra modificar su desarrollo, salvo cuando aparecen los problemas por motivos desconocidos --o existen agresiones del entorno especialmente virulentas.

Esa secuencia sugiere que el entorno no tiene mucho que decir en el proceso. Y es esa inquietante sugerencia la que promueve nuestra descorazonadora evaluación.

No me cabe duda de que lograremos encontrar métodos para alterar la secuencia, pero tengo reservas sobre su previsible efecto positivo. Quizá 'arreglemos' una parte de la ecuación, pero 'desajustaremos' otras porque careceremos del mapa global.

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