jueves, 6 de enero de 2011

Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) y Guy Fawkes

Circula por Internet un mensaje de la USCA para combatir la campaña desatada contra ellos desde los sucesos que todos recordamos. Si, ese momento de la historia reciente de España en el que unos ciudadanos fueron obligados a trabajar a punta de pistola.

José Blanco, el ministro de fomento --que sabe de ingeniería tanto como mi suegra conoce sobre Lao Tse-- está emperrado en terminar con los presuntos privilegios intolerables de los controladores. Es un extraño fenómeno pero cada vez que Blanco sale en pantalla me invaden unas extraordinarias ganas de vomitar.

Según la USCA, desde la llegada de este gobierno AENA ha pasado de tener superávit a superar los 13.000 millones de € de déficit. Personalmente puedo confirmar lo primero. Al supuesto déficit se llega porque el gobierno desvía el capital de AENA para financiar empresas afines al poder --nada nuevo bajo el sol.

Ese déficit, generado artificialmente, tiene consecuencias graves para que España pueda mantener el control de los aeropuertos del país, un sector clave para quien obtiene grandes beneficios del turismo. Hay empresas norteamericanas y británicas que no ven llegado el momento de comprar la deuda de AENA para hacerse con el control del tráfico aéreo en la península y 'evitar el escándalo de lo que supondría un embargo'. ¿Nos suena de algo esta clase de prácticas? La economía es tan simple sobre el papel...

Conviene recordar que la red de aeropuertos nacionales es propiedad y patrimonio de los españoles, pero los tejemanejes políticos --con Blanco a la cabeza-- entregarán ese patrimonio al mejor postor.

Hasta la llegada del PSOE en 2004, AENA nunca tuvo problemas financieros: ni por los sueldos de los controladores, ni por los cursos de formación, etc. Se formaba y contrataba regularmente personal, evitando así que se tuvieran que hacer demasiadas horas extra --que es de donde proviene su gran sueldo, por cierto. El dinero para hacer lo que debía llovía de las compañías que usan los aeropuertos españoles. Nada suponía al erario público.

En resumidas cuentas, se está usando a los medios para que el ciudadano odie a los controladores aéreos y acepte, sin rechistar, que AENA sea comprada por capital extranjero, sea privatizada. Y lo que hoy es nuestro, mañana será suyo.

Comienzo seriamente a coquetear con la idea de sugerir la aplicación masiva del correctivo de Guy Fawkes.

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