Identificar la Alta Capacidad en la Escuela

Ahora está de moda aceptar que la 'alta capacidad' implica superioridad simultánea en inteligencia, motivación y creatividad.

Según los datos del Ministerio de Educación en nuestro país existen 300.000 alumnos que encajan en esta definición, pero únicamente se han identificado 2.000. Estos datos se pueden encontrar en la publicación del año 2000 'Alumnos precoces, superdotados y de altas capacidades'.

Manzano, Arranz y Sánchez de Miguel han hecho un estudio con más de 500 escolares de diez años de edad, encontrando que el 3% presenta una alta capacidad, es decir, la cifra que cabe esperar según lo observado en otras investigaciones.

Manzano, A., Arranz, E. y Sánchez de Miguel, M. (2010). Multi-criteria identification of gifted children in a Spanish sample. European Journal of Education and Psychology, 3, 1, 5-17.

Hasta aquí todo (casi) correcto.

El problema viene cuando nos preguntamos ¿y ahora qué? Una vez se ha identificado al superdotado hay que actuar.

Y es ahí donde se hace aguas. Los programas de enriquecimiento, cuando existen, no parecen demasiado claros. Se le quiere dar un peso a la familia, pero, en la mayor parte de los casos, los padres no saben qué hacer (y aunque alguien se lo explique, están demasiado preocupados).

Pero algo debe hacerse porque estos niños son nuestro capital humano más preciado. Son ellos los innovadores que nos sacarán del atolladero, salvo que lo hagamos tan mal que prefieran emigrar a las Seychelles a las primeras de cambio.

¿Qué se puede proponer?

Segregarles para poder atenderles adecuadamente, cuando lo deseen, igual que sucede con los deportistas de élite. Los segundos nos dan unas alegrías increíbles. Con los primeros sucedería algo similar si se actuase como cabe esperar, con entusiasmo y determinación, sin dejarse impresionar ni por el lenguaje ni por rancias retóricas románticas.