viernes, 15 de octubre de 2010

Intervención con perspectiva de género en mujeres víctimas de violencia machista

La casualidad ha propiciado que caiga en mis manos un documento preparado por cuatro profesoras de Psicología básica, de Psicología social y de Pedagogía. Ese documento, que lleva el título que encabeza este post, está dirigido a formar, a distancia, a profesionales que deben enfrentarse al espinoso problema de la que genéricamente se podría denominar violencia doméstica.

Respeto escrupulosamente, y apoyo sin reservas, como es natural, el objetivo de erradicar esa clase de trágicos sucesos. Existe la necesidad de atajarlo a la mayor brevedad. Tampoco tengo dudas sobre el hecho de que quienes se encuentran implicados en el proceso de formación de los profesionales albergan las mejores intenciones.

Sin embargo, discrepo de su perspectiva.

El documento, de 21 páginas, no expresa ninguna duda sobre que su perspectiva es ‘la perspectiva’.
Sin embargo, hay declaraciones que llaman la atención del analista neutral:

-. Los derechos de las mujeres también se deben considerar derechos humanos.
-. No solamente existe el machismo y la violencia, sino también el micro-machismo y la micro-violencia.
-. El orden social imperante ratifica la violencia que ejerce el hombre.
-. A las mujeres se las educa para que se entreguen al amor, mientras que a los varones se les educa para dominar a las mujeres.
-. Los maltratadores de todo el mundo piensan que las mujeres son inferiores, y, por tanto, deben ser castigadas.
-. La socialización es la clave –no importa la naturaleza de los individuos implicados.
-. Cambiar la cultura es la estrategia para paliar el problema.

En la segunda parte del documento se revisa el caso de España y se aportan pautas para la intervención.

Se asume que la violencia del hombre contra la mujer está respaldada por la sociedad. El individuo no cuenta. Se huye de “explicaciones y planteamientos simplistas centrados en la psicología individual”.

Pero, sorprendentemente, después de concluir que la sociedad respalda la violencia del hombre contra la mujer, se declara que ese tipo de situaciones “no son normales, no forman parte de las relaciones de pareja”. Si no son normales, si, desde luego, no es lo habitual, ¿no será que la sociedad no respalda en absoluto ni esta ni otra clase de violencia?

Dejando a un lado lo que la investigación psicológica ha permitido averiguar, se dice en el documento que “las mujeres han de ser tan autónomas como los hombres y ellos tan cariñosos y expresivos como las mujeres”. Como declaración de intenciones es interesante, pero los datos conocidos dicen que existe una tendencia marcada a que ellos sean instrumentales y ellas expresivas. Con excepciones significativas, qué duda cabe. Pero ignorar esa evidencia no parece particularmente sensato.

Antes decían las autoras que hay características de los “maltratadores de todo el mundo”, pero algo después manifiestan que “no existen perfiles que aboquen a la violencia”. Francamente, me hago un pequeño lío.

En definitiva ¿no sería una estrategia inteligente convocar una comisión de expertos, que representasen a las distintas corrientes de las disciplinas encargadas de estudiar la conducta humana, solicitándoles una revisión exhaustiva e imparcial de las evidencias disponibles?

Los resultados derivados del trabajo de esa comisión permitirían preparar programas de acción exhaustivamente informados, y no únicamente bien intencionados.

Cabe la posibilidad de que esa comisión llegue a las mismas conclusiones y estrategias propuestas por el documento que estamos comentando. Pero también es posible que no sea así.

Se puede tener dudas sobre muchas de las cosas que rodean el tratamiento de este fenómeno presuntamente social, pero ninguna reserva sobre el hecho de que toda persona de bien –la mayoría de los ciudadanos, no se olvide—desea su desaparición. Aún así, la estrategia con la que nos enfrentemos a ese fenómeno puede ser verdaderamente importante. A lo mejor, y solamente a lo mejor, tratarle a él también como a una víctima contribuye a destensar la cuerda.


9 comentarios:

  1. Me encantaría que todos estos informes me explicaran porque en países tan machistas según ellos como España o Italia hay mucha menos violencia de contra las mujeres que en países evolucionadísimos (desde este punto de vista) como Finlandia, Dinamarca, Alemania, Austria, etc.

    http://www.centroreinasofia.es/informes/11Informe.pdf
    (pág. 33 y 40)

    Todos estos informes que vemos últimamente son preciosos y políticamente correctos pero en la mayoría de ocasiones no resisten la contrastación con los datos y mientras tanto perdemos el tiempo sin abordar muchas otras variables relevantes.

    ResponderEliminar
  2. Andreu: no puedo estar más de acuerdo. Los datos son bastante elocuentes, pero hay que tener la disposición a prestarles atención. La gente (psicólogos) que está trabajando sobre el terreno merece un exquisito respeto. Seguramente sucede como en la terapia convencional: los manuales --editados por el COP o no-- pueden decir muchas cosas, pero el día a día lleva a que los buenos profesionales hagan lo que consideran mejor para paliar el problema según su experiencia. Naturalmente, sería conveniente menos política y más investigación imparcial, puesto que esto podría contribuir a mejorar la situación. Ahora soy escéptico, pero los hechos son tozudos y terminarán imponiéndose. Salu2, R

    ResponderEliminar
  3. Tengo muchas dudas de que los hechos se impongan. En el campo de la violencia de género existe una tendencia radical a la corrección política en los términos que has visto en ese informe. Además, las Administraciones no van a sacar adelante una publicación que dijese algo distinto y que puede salir en el telediario y costarle el puesto a alguien. Fuera de las explicaciones sociales y de la idea del machismo, el terreno está minado. Tampoco explica nadie otro fenómeno como el hecho de que las mujeres de los maltratadores encarcelados quieran comunicar con ellos en prisión y haya que impedírselo por existir una orden judicial de alejamiento.

    ResponderEliminar
  4. Me gustaría saber si este tipo de estudios también se realizan pero para conocer el número de hombres que también sufren violencia domestica y fallecen como consecuencia. Seguro que no, en estos momentos no interesa.

    Agradezco a Andreu el link que nos ha facilitado, está bien conocer las cifras para así poder rebatir ciertos argumenos.

    Afortunadamente soy mujer, y en la sociedad en la que vivimos tengo las de ganar se mire por donde se mire, pero creo que este favoritismo momentaneo nos hace flaco favor. En estos momentos hay una gran desigualdad, pero no precisamente en contra de la mujer, si no del hombre, y con el tiempo esto se va a volver "de nuevo" contra las mujeres. La ley del péndulo.

    Pd: gran blog Roberto, fántastico.

    ResponderEliminar
  5. Blacksmith: es natural dudar sobre la fuerza de los hechos, pero el pasado dice que suele ser así. La administración quizá pueda inhibirse y delegar el problema en las pequeñas comunidades. Así dejará de salir en los telediarios lo que quizá no debería estar diariamente en el candelero. Si hay minas, entonces habrá que ponerse a localizarlas. Es realmente interesante el intento de comunicación de ellas con ellos a pesar de los pesares. Puede sugerir que, como en otros casos, el problema es compartido y requiere soluciones diferentes a las actuales.

    Gwen es valiente en su comentario. Necesario es que las mujeres digan públicamente lo que piensan sobre esta cuestión. Las necesarias dosis de realidad –escasas en las ‘filosofías’ relacionadas con la violencia doméstica (y otros menesteres) –serán más eficientes cuando ellas hablen libremente. Desgraciadamente, la idea de dejar tranquilo el péndulo debe ser contraria a la naturaleza de la política. Las desigualdades creadas por ingeniería social terminan siendo realmente dañinas para los ciudadanos, sean mujeres o varones, aunque temporalmente pueda parecer que no es así.

    Salu2, R

    P.S. Creo que puede ser interesante el siguiente post:

    http://robertocolom.blogspot.com/2009/05/feminismo-una-vision-politicamente.html

    ResponderEliminar
  6. Llego algo tarde a los comentarios, pero no he tenido tiempo antes.
    Desde luego los hechos terminarán imponiéndose, aunque no lo tengo tan claro como Roberto, puesto que los hechos sociales siempre han tenido algo de construcción. Recordad la aparición y desaparición de las brujas en Europa. Sólo existieron entre los siglos XV y XVIII.
    Entre esos hechos que alguno me diera información sobre los siguientes aspectos:
    a) El número de casos de violencia de mujeres contra hombres (y la estimación de la violencia padecida por hombres que no se denuncia.
    b) La calificación de los tipos de violencia. Mis alumnos en el instituto con frecuencia decían (ellos y ellas) que las chicas eran también muy violentas, pero de otro estilo.
    c) La correlación entre la proporción de violencia machista y población carcelaria masculina. Me sospecho que deben ser muy similares. Esto es, algo más del 90% de los presos son hombres. ¿Ocurre lo mismo con la violencia doméstica?
    d) Alguien me dijo que si se analizaban los casos de violencia doméstica con la variable de personalidad "dureza" la proporción de hombres y mujeres se equiparaba. Esto es, el problema estaría en que hay muchos más hombres violentos y psicópatas que mujeres.
    e) No creo que sea relevante la variante "machismo", concepto difuso que aclara muy poco. Con las estadísticas en mano no coinciden los tópicos de países machistas y violencia. Yo fui educado en un estilo claramente machista y estaba absolutamente prohibido pegar a una mujer. El hombre que lo hacía era despreciable.
    Todo esto, claro está, manteniendo que hay que seguir luchando duramente contra los asesinatos de mujeres (y dde cualquier ser humano)

    ResponderEliminar
  7. Por cierto, revisando datos, recuerdo ahora otra entrada de este blog en la que Roberto publicaba los datos de violencia cometida contra hombres. Confirman mi sospecha de que los hechos señalan que el problema es otro.
    http://robertocolom.blogspot.com/2009/12/francisco-serrano-castro-y-la-ley.html

    ResponderEliminar
  8. Tercera y última intervención: ¿Puedes compartir ese documento?

    ResponderEliminar
  9. FGM. Concuerdo en que, temporalmente, la presión social puede ser relevante, y mucho, para comprender lo que la gente hace o no. Al menos una interesante mayoría. Sin embargo, tengo la sensación de que sucede algo similar a lo que ocurre con la relevancia del contexto familiar para comprender la conducta de un chaval: se disipa con el paso de los años. Si la conducta estuviese a expensas de las normativas sociales vigentes en un determinado momento, seguiríamos en la época de las cavernas.
    Los aspectos que mencionas son realmente interesantes y con frecuencia se olvidan.
    El documento que pides se encuentra en el Colegio Oficial de Psicólogos y supongo que será público.
    Salu2, R

    ResponderEliminar