Hace tiempo que hace aguas (es decir, naufraga) la corriente de Psicología que inició el filósofo Wilhelm Wundt en un oscuro laboratorio de Alemania en el siglo XIX. Desde aquella época otros científicos expresaron una manera diferente de enfocar el estudio de la conducta humana. Mientras que Wundt se mostraba partidario de usar un método denominado ‘introspección’ para conocer los procesos psicológicos, Galton (en Inglaterra) optaba por vincular los conocimientos biológicos de su primo Darwin a la Psicología.
En los últimos quince o veinte años, más o menos, se ha visto, con bastante claridad, que la comprensión de la conducta humana exige buscar respuestas a la pregunta de por qué dos personas cualesquiera, extraídas al azar de la población, actúan de modo distinto ante la misma situación. Es decir, se hace necesario el estudio de la variabilidad.
Las disciplinas de la genética molecular y las neurociencias cognitivas representan ahora la frontera del conocimiento por lo que se refiere a la Psicología. Lo demás suena rancio.
En un reciente estudio publicado en ‘Science’ titulado ‘Relating introspective accuracy to individual differences in brain structure’ científicos del Wellcome Trust Centre for Neuroimaging (S. M. Fleming et al., DOI: 10.1126/science.1191883) presentan los resultados de un estudio en el que se relacionan las diferencias individuales en la sustancia gris y blanca del cerebro con la capacidad introspectiva. Los autores dan simplemente un paso más en la serie de investigaciones que han encontrado relaciones entre esas diferencias cerebrales y las actividades mentales más queridas por los herederos de Wundt (lenguaje, toma de decisiones o memoria son algunos casos).
Se consideró un grupo de 32 personas sanas. Sus diferencias de materia gris en la corteza prefrontal derecha (área de Brodmann 10) así como la integridad de la materia blanca en la parte anterior del cuerpo calloso, se co-relacionaron significativamente con sus diferencias de capacidad introspectiva.
Los datos encontrados son coherentes con el hecho de que la estimulación magnética transcraneal (TMS) dirigida a la corteza prefrontal perturba las capacidades meta-cognitivas de los individuos.
Algunos psicólogos parece que llegan tarde. Pero, recuerden, más vale tarde que nunca.
Los avances en Neurociencia estan siendo espectaculares y aportan nuevas evidencias que destacan la individualidad psicológica a cada paso que dan. No obstante los psicólogos nos quedamos atras en formalizar las funciones y operaciones mentales para seguir dando "pasto" a los neurocientíficos que estan siguiendo, a veces, una psicologia "del sentido común".
ResponderEliminarSaludos
Antonio
Absolutamente de acuerdo. De ahí que los psicólogos tengamos la 'obligación' de estar dentro de ese círculo. ´Darle la espalda carece de sentido. Salu2, R
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