domingo, 16 de mayo de 2010

¿Apretarse el cinturón o estimular la economía?

Nadie (mortal) entendió la decisión de invertir una extraordinaria cantidad de dinero público (es decir, de esos mortales) en resolver el problema de una banca especuladora que, una vez con el dinero en el bolsillo, salió corriendo para evitar que el ciudadano pudiera pedirle lo que era suyo.

Resulta difícil imaginar a un ciudadano anónimo, al que llamaremos Emilio para despistar, socorrido prestamente por el Estado después de haber tratado de enriquecerse haciendo gala de la más brutal especulación inmobiliaria. Imaginar cómo Emilio juega con el futuro de nuestros jóvenes, que a duras penas puede echarse algo al coleto para poder financiar la absurda cifra del coste de una mísera vivienda, pone los pelos de punta. Pero, una vez en esa posición, los pelos se nos caen al comprobar que cuando Emilio no tiene lo que quiere, el Estado le pone un mullido colchón para amortiguar su leve caída, mientras les dice a esos jóvenes que deben apretarse el cinturón. Como diría mi admirado APR, “manda huevos”.

El Catedrático de la Universidad Pompeu Fabra, Vicenç Navarro López, ha escrito un artículo discutiendo la recomendación de la Unión Europea para los países mediterráneos que se supone están próximos a la bancarrota (Grecia, España y Portugal). Se les exige apretarse el cinturón reduciendo al máximo el gasto público.


Sin embargo, el gasto público de estos países se encuentra entre los más bajos del grupo de los 15 países más ricos de la Unión.

El verdadero problema es que (a) sus sistemas de recaudación de impuestos son ineficientes, (b) la carga fiscal es escasa y (c) el fraude fiscal llega hasta el 25% del PIB. Además, la economía de estos países se basa en el crédito y el colapso de este sistema de créditos ha generado una reducción de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, y, por tanto, la famosa recesión económica.

Por cierto, la deuda pública de Grecia es similar a la media en los países de la OCDE. Su problema es la ineficiente capacidad recaudatoria, por lo que su déficit proviene de la disminución de los ingresos del Estado, no del incremento del gasto público.

Como no podía ser de otro modo, el papel de la banca en todo este embrollo es crucial. Su lamentable conducta especuladora creó la llamada burbuja, la que dio lugar a la falta de crédito y ahora produce la burbuja de la deuda pública.

Las ayudas que recibe la banca del Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo les están reportando, cómo no, pingües beneficios. Dice Navarro López: “mientras la banca está pidiendo a las clases populares que se ‘aprieten el cinturón’, tales instituciones ni siquiera tienen cinturón”.

Recurre a las palabras de Joseph Stiglitz para expresar la tesis de que “con todos los fondos gastados para ayudar a los banqueros y accionistas, se podrían haber creado bancos públicos que ya habrían resuelto los problemas de crédito que estamos experimentando”.

En resumen, el mayor problema en la Unión Europea no es una elevada deuda, como la banca quiere hacernos creer, sino (a) el bajo crecimiento económico y (b) el aumento del desempleo. La solución no vendrá de acciones como el recorte del salario de los funcionarios un 5% mientras arrecie el temporal o de quitarles la ayuda a las madres solteras, sino de aplicar políticas de estímulo económico y crecimiento del empleo.

4 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo en todo contigo Roberto pero el problema con el que se han encontrado nuestros astutos gobernantes es que la caja fuerte está absolutamente vacía y, o consiguen efectivo rápidamente, o vamos a la quiebra. De este modo cualquier solución razonable que pase por generar consumo y disminuir empleo (que tendría que haberse aplicado mucho antes en lugar de ir comprando votos a 400 euros) no les sirve. Su solución es pegar una patada a la piedra para mandarla más adelante, es decir, conseguir efectivo rápidamente (y la única manera es tirando de los presupuestos destinados a pagar a los funcionarios) y después ya veremos que hacemos. A modo de ejemplo de lo mal que está la caja no se si sabes que este año los sexennios nuevos no los van a resolver en Junio sino que han publicado un decreto en el BOE en el que se notifica que por la complejidad del sistema informático utilizado podrán resolverlos hasta el 31 de Diciembre, es decir, patada a la piedra y el año que viene ya veremos que hacemos con ella y como lo pagamos. Curiosamente el mail notificando este hecho llego al mismo tiempo que ZP intervenía en el congreso.

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  2. Podía imaginarse que se requería dinero rápidamente y tu comentario, con su ejemplo, es elocuente. A menudo me pregunto quién diantre asesora a los gobernantes. No se les puede pedir a los políticos que sepan gestionar la economía de un país porque, desgraciadamente, carecen de los conocimientos necesarios. Pero al menos deberían saber a quién juntarse para mejorar su proceso de toma de decisiones. Y ese conocimiento si se les supone. También que sean capaces de aprender de la experiencia, aunque esta no tenga todas las claves para resolver situaciones novedosas, podría ser un buen punto de partida. Salu2, R

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  3. Otro ejemplo de esa visión a corto plazo es que hace apenas unos meses se firmó un acuerdo con los sindicatos en el que no se contemplaba esa rebaja de salarios a los empleados públicos. Y meses más tarde es imprescindible hacerlo. ¿En qué previsiones se basaron para firmar ese acuerdo?

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  4. Obviamente en ninguna previsión, sino en que en ese momento les dejaba en buen lugar, les caían simpáticos a los líderes sindicales, necesitaban su apoyo para alguna movida, etc. Luego, más adelante, ya veremos... Ayer estuve viendo Robin Hood, la versión de Ridley Scott, y uno se da cuenta de que las cosas esenciales apenas cambian. Cuando el Rey necesita capital, ordeña al pueblo en lugar de darle libertad para que pueda generar riqueza.

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