viernes, 25 de diciembre de 2009

Las propiedades endocrónicas de la tiotimolina resublimada


Isaac Asimov dio una interesante lección a los científicos hace más de 60 años, justo antes de doctorarse, en 1948: (a) cuidado con la lectura que se hace de los artículos científicos y (b) no se dejen seducir por el nombre de sus autores.

Asimov logró publicar un estudio sobre bioquímica absolutamente delirante. Algunas de las frases no tienen desperdicio:

En los casos en que las características físicas de dos compuestos dados sean iguales, el tiempo de disolución disminuye con el grupo de hidrófilos presentes”.

Feinschreiber y Hraviek han sostenido que al aumentar el hidrofilismo, el tiempo de disolución tiende a cero (…) la tiotimolina compuesta se disuelve en agua (en la proporción de un gramo por mil) en menos de un segundo doce décimas. Es decir, se disuelve antes de que se haya añadido el agua”.

“¿Cómo podía saber por adelantado la tiotimolina si el agua le será añadida luego o no?”.

El tiempo de disolución varía enormemente con el estado mental preciso del experimentador. Un periodo de titubeo, aunque levísimo, en la adición de agua, reduce el tiempo negativo de la disolución y no es infrecuente que lo deje por debajo de los límites de detección”.

Esta sarta de barbaridades va acompañada de tablas y figuras en las que se puede comprobar empíricamente el fabuloso fenómeno de la capacidad de la tiotimolina para saber por adelantado (1.12 segundos antes) que el experimentador está a punto de añadir agua, y, por tanto, disolverse antes de que se produzca físicamente el vertido del líquido elemento.

Muchos de los lectores del artículo se entretuvieron tratando de encontrar las referencias bibliográficas que Asimov se había inventado para darle verosimilitud a artículo…

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