¿Por qué tanta gente necesita apoyo psicológico?
Esta es una pregunta realmente interesante. Los legos que la propusieron dieron por sentado que, en efecto, en la actualidad hay mucha gente que necesita lo que ellos decidieron llamar “apoyo psicológico”.
Mi sensación es que esa percepción puede derivar, quizá, de su propia experiencia personal. Cuando uno se encuentra rodeado de personas que han tenido un accidente de tráfico, tiende a pensar que ha existido un incremento en el número de siniestros. Cuando nuestros compañeros de trabajo son fieles seguidores de un determinado programa de televisión, tendemos a pensar que su “share” es enorme. Si, en época de crisis económica, nuestros vecinos parecen seguir disfrutando de una envidiable calidad de vida, aceptaremos que, realmente, los medios de comunicación son alarmistas y que, por tanto, la sangre no llegará al río.
En el mismo sentido, si varias personas de nuestro círculo de amistades han coqueteado con la idea de acudir al psicólogo, posiblemente supondremos que la gente cada vez esta “peor de la chaveta”.
Sin embargo, como es de sobra reconocido, las experiencias personales son, como su nombre indica, “personales”. Lo que sucede a nuestro alrededor, en el entorno que solemos frecuentar, no tiene por qué ser aplicable al resto de la humanidad. De hecho, eso es lo que suele ocurrir porque, queramos o no, vivimos en guetos.
Reconociendo que es francamente complicado obtener datos fiables sobre esta pregunta, mi opinión, que es a lo que me veo obligado a recurrir, es que puede estar ocurriendo algo similar a lo que sabemos que ha pasado con el incremento, presunto, en el fallecimiento por cáncer de pulmón o por demencia senil.
¿Es que la gente no se moría antes por cáncer de pulmón? ¿Es que no fallecían porque su cerebro degenerase? Naturalmente que si. Lo que sucedía es que no se diagnosticaba o, simplemente, la esperanza de vida era bastante menor que en la actualidad.
En el caso de la necesidad de apoyo psicológico puede estar ocurriendo algo similar. Cuando, hace años, alguien se encontraba psicológicamente mal, ni siquiera se planteaba acudir a la consulta de un psicólogo. Entre otras razones porque, o no existía esa figura profesional, o eran demasiado escasos, o solamente eran accesibles para los ciudadanos acomodados que habían oído hablar de un tal Sigmund Freud.
Si, por supuesto, existían los psiquiatras y los centros de reclusión para personas con problemas realmente graves, como la depresión mayor o la esquizofrenia paranoide. Pero esta pregunta no se refiere a esta población, sino a la gente que, aunque puede seguir llevando una vida más o menos normal, declara necesitar “apoyo psicológico”. Ese apoyo no implica que se pueda plantear, ni lejanamente, su internamiento en ningún centro de salud mental.
Se trata de casos de personas que no se encuentran a pleno rendimiento psicológico, que no se sienten satisfechos, que no obtienen placer de las relaciones humanas cuando antes disfrutaban de ellas, que viven problemas de pareja de un tiempo a esta parte, que conviven con un adolescente conflictivo que antes era un niño modelo o que presentan un estado de ánimo con tendencias depresivas tras el fallecimiento de un ser querido.
Antes, ese tipo de problemas eran gestionados charlando con los allegados, acudiendo al párroco o, simplemente, se producía una remisión espontánea (el tiempo lo cura todo). Ahora que la figura del psicólogo está en la mente de una gran parte de la ciudadanía, ese mismo tipo de persona se plantea recurrir a un profesional con el que compartir lo que le está sucediendo y que le dificulta llevar la vida que le gustaría. Y hace bien, por cierto.
Hace bien porque el apoyo psicológico ayudará a esa persona a superar su situación. Es mejor acudir que no acudir al psicólogo cuando uno no se encuentra a sí mismo, psicológicamente hablando. Quizá no sepamos muy bien por qué, como comentamos en alguna pregunta previa, pero el hecho es que existe un efecto positivo de la psicoterapia. Quizá no se haya incrementado el número de gente que necesita apoyo psicológico, pero la que lo necesite que no dude demasiado en utilizar los servicios de este tipo de profesional. Y si es bueno, tanto mejor.
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