El libro de Matt Ridley (Genome. The autobiography of a species in 23 chapters) es simplemente magnífico.
Los siguientes extractos son muestra de las excelentes ideas que se destilan:
-. Los genes no son suficientes para comprender la conducta humana, pero, desde luego, son necesarios.
-. En igual medida que sabemos que es inútil pensar en el agua como una serie de átomos, es inútil pensar en los cuerpos como el producto de una serie de genes aislados.
-. El principal objetivo de las ciencias sociales en el siglo XX ha sido descubrir cómo el ambiente social influye en nuestra conducta. Sin embargo, se podría preguntar en qué medida el ambiente social es resultado de nuestros instintos sociales innatos. La cultura podría ser el producto de la psicología individual y no al revés.
-. Todos los seres humanos poseen el instinto del lenguaje, mientras que ningún mono lo tiene. Ahora bien, ese instinto no se desarrolla igual en todas las personas.
-. La gente varía en su resistencia a cosas como los trastornos coronarios. Quizá estas variantes genéticas se relacionan también con la resistencia a las infecciones. El Proyecto Genoma Humano se basa en una falacia. No hay nada semejante al genoma humano. Nada en el espacio o el tiempo permite definirlo. En cientos de diferentes lugares de los 23 cromosomas existen genes que difieren de persona a persona. La variación es una parte intrínseca e integral del genoma humano. El genoma que desciframos en esta generación es una instantánea de un documento que no para de cambiar. No hay una edición definitiva.
-. La palabra colesterol está impregnada de peligro: la causa del ataque al corazón, un mal negocio, la carne roja. Si lo comes, te mueres. Nada puede ser más erróneo que equiparar colesterol con veneno. Existe un gen en el cromosoma 10, el CYP17, que fabrica una enzima que permite al cuerpo convertir el colesterol en cortisol, testosterona y estradiol. El cortisol se usa virtualmente en todos los sistemas corporales. Es una hormona que, literalmente, integra cuerpo y mente mediante la modificación de la configuración del cerebro.
-. Los genes no son la causa del estrés. La muerte de un ser querido o un examen importante no hablan directamente a los genes, sino que son información que procesa el cerebro humano. El hipotálamo envía señales que invitan a la glándula pituitaria a liberar una hormona que le dice a la glándula adrenal que fabrique y secrete cortisol. El hipotálamo recibe órdenes de la parte consciente del cerebro, la que, a su vez, obtiene la información del mundo exterior.
-. La gente varía en su susceptibilidad al estrés. A algunas personas los exámenes les parecen terribles, mientras que a otras les suponen un desafío. ¿Cuál es la diferencia? El mundo está plagado de sistemas interconectados que resultan intricados y están astutamente diseñados, pero que no poseen centros de control. ¿Por qué? Porque las decisiones centralizadas sobre dónde invertir han sido desastrosamente peores que el caos descentralizado del mercado libre. Lo mismo sucede con el cuerpo. Tú no eres un cerebro que dirige un cuerpo que dispara hormonas. Tampoco eres un cuerpo dirigiendo un genoma que dispara receptores de hormonas. Ni eres un genoma dirigiendo un cerebro que dispara genes que disparan hormonas. Eres todas estas cosas a la vez.
-. En un estudio masivo a largo plazo en el que se consideró una muestra de 17.000 civiles se llegó a una conclusión difícil de admitir: el estatus laboral de la persona predecía mejor la vulnerabilidad a padecer un ataque al corazón que la obesidad, el hábito de fumar o la presión sanguínea. Se obtuvo el mismo resultado en un estudio similar patrocinado por la Bell Telephone Company en 1960. Los niveles de cortisol aumentan no por la cantidad de trabajo que haces, sino por el grado en que recibes órdenes sobre lo que debes hacer. En una palabra, a menudo nuestra biología se encuentra a merced de nuestra conducta: la mente dirige el cuerpo y el cuerpo dirige el genoma.
-. Quienes cometen crímenes violentos e impulsivos, o quienes se suicidan, suelen ser quienes poseen un menor nivel de serotonina. Mayores niveles de serotonina te hacen sentir mejor. El tratamiento contra el colesterol reduce en un 14% el riesgo de ataque al corazón, pero aumenta la probabilidad de muertes violentas en un 78%. Es decir, tratar el colesterol tiene sus peligros: la gente depresiva, antisocial e impulsiva presenta niveles más bajos de colesterol que la media de la población: tener bajos niveles de colesterol o reducir demasiado el nivel de colesterol, es muy peligroso para una pequeña minoría, del mismo modo que tener un alto nivel de colesterol y tener una dieta alta en colesterol es peligroso para un pequeña minoría. Los consejos para reducir el nivel de colesterol deberían ser dirigidos a quienes, genéticamente, producen espontáneamente demasiado colesterol, no a la población en general.
-. La gran belleza del desarrollo embrionario reside en que se trata de un proceso totalmente descentralizado. Puesto que cada célula es portadora de una copia completa del genoma, ninguna célula necesita esperar instrucciones de ninguna autoridad. Cada célula puede actuar usando su propia información y a partir de las señales que recibe de sus vecinas. En contraste, nosotros no organizamos nuestras sociedades de esta manera, sino que estamos obsesionados con esperar instrucciones del gobierno central. Quizá deberíamos probar.
-. Más del 70% de los descendientes europeos pueden beber leche de adultos. Sin embargo, menos del 30% de los africanos, asiáticos y habitantes de Oceanía pueden hacerlo. La población con mayores frecuencias de capacidad para digerir la leche posee una historia de pastoreo. Ese factor cultural produjo un cambio biológico. Por tanto, se puede inducir un cambio genético mediante la acción consciente.
-. El cerebro humano es una máquina bastante más impresionante que el genoma. El cerebro es creado por los genes. Es tan bueno como su diseño innato. El hecho de que sea una máquina diseñada para ser modificada por la experiencia está escrito en los genes. El misterio sobre cómo sucede esto es uno de los grandes retos de la biología moderna. Pero no hay duda de que el cerebro humano es el monumento más preciado a lo que los genes son capaces de hacer. Es la marca de un gran líder que sabe cuándo delegar.
-. Una y otra vez, el genoma nos habla de nuestra individualidad. La diversidad de la humanidad es su mensaje principal. Puede no estar lejano el día en el que vayamos a la consulta del doctor con un chip en el que esté escrito nuestro genoma individual, de modo que pueda adaptar el tratamiento a nuestro caso particular.
-. Es curioso que los mismos autores que han rechazado el determinismo genético, han establecido otras clases de determinismo –por ejemplo, el determinismo de la influencia de los padres o del condicionamiento social. Es extraño que los mismos autores que defienden la dignidad humana en contra de la tiranía de nuestros genes, acepten sin reservas la tiranía de nuestro entorno. La distinción entre los genes como programas implacables de una predestinación calvinista y el ambiente como el hogar del libre albedrío es claramente una estupidez.
-. Afortunadamente estamos genéticamente equipados con la tendencia a resistirnos a la autoridad, especialmente en la adolescencia, con la tendencia a preservar nuestro carácter innato frente a los dictadores, los profesores o las campañas del gobierno.
-. Si resulta que soy tímido debido a algo que me sucedió cuando era joven, ese evento no es menos determinista que un presunto gen de la timidez.
-. La conducta humana es impredecible a corto plazo, pero predecible a largo plazo.
-. La libertad reside en expresar tu propio determinismo, no el de algún otro. No es el determinismo el que marca la diferencia, sino la propiedad. Todo el mundo posee una naturaleza propia única y diferente. Un sí mismo.
Como siempre, estas declaraciones no pueden, ni pretenden, reemplazar la lectura directa de este delicioso libro.
Me han resultado especialmente interesantes las siguientes afirmaciones: …
ResponderEliminar“El cerebro es creado por los genes. […] El hecho de que sea una máquina diseñada para ser modificada por la experiencia está escrito en los genes.
Tú no eres un cerebro que dirige un cuerpo que dispara hormonas. Tampoco eres un cuerpo dirigiendo un genoma que dispara receptores de hormonas. Ni eres un genoma dirigiendo un cerebro que dispara genes que disparan hormonas. Eres todas estas cosas a la vez.
Es curioso que los mismos autores que han rechazado el determinismo genético, han establecido otras clases de determinismo –por ejemplo, el determinismo de la influencia de los padres o del condicionamiento social. Es extraño que los mismos autores que defienden la dignidad humana en contra de la tiranía de nuestros genes, acepten sin reservas la tiranía de nuestro entorno. La distinción entre los genes como programas implacables de una predestinación calvinista y el ambiente como el hogar del libre albedrío es claramente una estupidez.
La conducta humana es impredecible a corto plazo, pero predecible a largo plazo”. A ESTO AÑADIRÍA…: QUE LA CONDUCTA ES IMPREDECIBLE ANTE SITUACIONES MUY ESPECÍFICAS (LAS CUALES SON EXTREMADAMENTE DEPENDIENTES DE LA SITUACIÓN, O, MÁS BIEN, DE LA INTERACCIÓN PERSONA-SITUACIÓN, POR DEFINICIÓN) PERO ES PREDECIBLE ANTE UNA GENERALIDAD DE SITUACIONES. ES DECIR, CON UN EJEMPLO PEDESTRE, CONOCIENDO X VARIABLES PSICOLÓGICAS Y SOCIALES DE “FULANITO” QUIZÁS NO PODEMOS PREDECIR CON MUCHO ACIERTO SU REACCIÓN ANTE UN YOGUR CADUCADO QUE LE OFRECE UNA ANCIANA GENTIL, PERO SEGURAMENTE PODREMOS PREDECIR CÓMO REACCIONARÁ, LA MAYORÍA DE LAS VECES, ANTE UN YOGUR CADUCADO EN DIVERSAS SITUACIONES (OFRECIDO POR UN DESCONOCIDO, POR UN VECINO, POR UN AMIGO, POR UN CAMARERO, …ETC.).
Si has disfrutado de esta colección de ideas no dudes en hacerte con el libro y leerlo. Es realmente interesante.
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