Algunos parecen afectados por su última apuesta presupuestaria. Quizá prefieran invertir más en formación con repercusión doméstica e inespecífica que en investigación mundial y concreta. Quizá omitan que la inversión, para todo, mejorará si somos capaces de vender productos en el mercado internacional. Y vender esos productos exige crearlos a través de la promoción de la innovación científica y tecnológica.
El proverbio chino rezaba que un viaje de miles de kilómetros comienza con un solo paso y daba por hecho, quizá equivocadamente, que el ser humano sería sabio para decidir cuál sería ese primer paso. A mi juicio, Garmendia acierta plenamente y nos orienta hacia el camino correcto.
La investigación debe primar sobre la docencia, lo que no significa que debamos olvidarnos de la segunda. Garmendia no lo hace: la partida destinada a educación superior crece un 2% y la dirigida a la política universitaria también aumenta un 8%. No es un incremento extraordinario, pero se trata de una mejora a pesar de la austeridad a la que obliga la actual situación económica.
Jesús Vázquez, portavoz de Universidades del Partido Popular –no confundir con el presentador de OT—sostiene que Garmendia yerra. Discrepo. Y soy universitario. Vázquez no dice por qué Garmendia se equivoca en su apuesta. Me gustaría conocer sus razones.
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