¿Dónde se encuentra la clave para situarse en la elite de la educación mundial, es decir, al mismo nivel que Canadá, Finlandia, Japón, Singapur o Corea?
El informe McKinsey, recientemente publicado, sostiene que el gasto en educación es irrelevante.
Hay que refinar dónde y cómo se gasta.
Una vez analizados los 10 mejores sistemas educativos y los siete que más han avanzado en los últimos años, el informe propone cuatro puntos básicos:
(1) La relevancia capital de los profesores.
En Finlandia hay que estar entre el 10% de los mejores alumnos para solicitar entrada en los estudios universitarios de magisterio.
En Corea hay que estar en el 5% superior.
(2) Mejora año a año.
Hay que actuar con una lógica similar a los médicos residentes.
Los profesores deben compartir su experiencia pedagógica.
(3) Estándares de calidad.
Saber dónde y cómo intervenir para apoyar a estudiantes y profesores.
Los sistemas educativos más eficientes son los que prestan más atención a los alumnos con más retraso.
(4) Líderes escolares.
Es casi irrelevante lo que se decida en el Ministerio de Educación.
El director del colegio es quien dirige el centro, y, por eso, debe ser una persona de alto nivel con capacidad de liderar el cambio.
Por cierto, el permanente cambio de sistema educativo en España es un grave freno para el logro de la calidad.
Es necesario un mínimo de 10 años para cambiar eficientemente el rumbo educativo de un país.
La ausencia de consenso político en España sobre la educación impide la consistencia necesaria para mejorar.
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