E. M. Tucker-Drob y T. C. Bates publican un
interesante meta-análisis en el que se contrasta la idea de que los
ambientes socioeconómicos (SES) deprivados dificultan la expresión de las
potencialidades genéticas. El efecto contrario, es decir, una facilitación de
esa expresión, se observaría en los niveles de SES más favorecidos.
Existiría, por tanto, una interacción entre los genes y el SES:
la influencia de las diferencias genéticas que separan a los individuos
aumentaría conforme mejora el nivel socioeconómico. Las diferencias genéticas
tendrían poco que decir en los niveles más bajos.
Los autores separan la evidencia
observada en los Estados Unidos de América y en otros cinco países,
generalmente europeos.
El resultado es que esa interacción gen
x SES se aprecia en el primer caso, pero no en el segundo.
La idea en la que se basa este
estudio se expuso en un
trabajo del grupo de Eric Turkheimer bajo la denominación de “hipótesis de Scarr-Rowe sobre la interacción
gen x SES”:
“Las puntuaciones de CI (capacidad intelectual) que separan a
los individuos de grupos socioeconómicamente privilegiados serán explicadas en
mayor grado por sus diferencias genéticas que por factores ambientales.
Lo
contrario sucederá en los individuos de grupos en desventaja socioeconómica.
Se
predice que la desventaja ambiental reducirá la correlación genotipo-fenotipo
en grupos de bajo SES”.
Este meta-análisis se dirige a
averiguar por qué se han observado resultados contrarios al contrastar esa
hipótesis en distintos estudios. Una de las explicaciones se basa en
diferencias socioculturales vinculadas al acceso universal a la educación o la
sanidad, y, en general, al estado de bienestar (bastante diferente en los
Estados Unidos de América y en Europa).
Los países de los que obtienen datos,
no necesariamente publicados previamente, para calcular el meta-análisis son: Alemania,
Australia, Holanda, Inglaterra, Suecia, y, por supuesto, Estados Unidos (USA).
Se exploran 43 tamaños del efecto obtenidos de casi 25 mil pares de gemelos y
de hermanos (es decir, 50 mil individuos) participantes en 14 estudios
independientes. Más o menos la mitad se hicieron en USA y el resto en los demás
países.
Una de las interesantes cuestiones
que se discute es si el efecto observado en USA se puede explicar por una
presunta mayor heterogeneidad étnica que en el resto de los países. Y la
respuesta es negativa, porque la interacción se observó también en estudios
étnicamente homogéneos hechos en USA (aunque el efecto no pudo contrastarse
formalmente).
Conviene comentar que el interés por
esta clase de interacción proviene del provocador estudio del
equipo de Turkheimer publicado en 2003 en el que se apreció un efecto
bastante más poderoso que el encontrado en este meta-análisis. Los autores de
este meta-análisis concluyen que la optimista conclusión de Eric proviene del
reducido tamaño muestral de su estudio, muy por debajo del adecuado.
El efecto interactivo observado en
USA (es decir, que las diferencias genéticas son más relevantes en niveles más
altos de SES) se compara con el conocido incremento de la relevancia de las
diferencias genéticas con la edad. Sabemos que la influencia familiar propende
a disiparse a medida que las personas se hacen mayores, a la vez que aumenta la
relevancia de sus diferencias genéticas:
“ambos fenómenos pueden reflejar un proceso en el que los
efectos de las transacciones gen-ambiente aumentan y se acumulan con el incremento
de las oportunidades asociadas, tanto al nivel socioeconómico como a la edad”.
Un ejemplo bastante interesante de
una posibilidad sobre la que hablamos hace algún tiempo en
este mismo blog.
En último término, ¿por qué el efecto
se observa en USA, pero no en el resto de los países?
Estas son algunas posibilidades: a) calidad
de la educación, b) niveles de acceso al sistema sanitario, c) características
como la movilidad social, y d) el sistema de seguridad social.
La nula interacción gen x SES en los
países considerados en este estudio en su relación con la inteligencia y el
rendimiento escolar, señala hacia una mayor igualdad social fuera que dentro de
los Estados Unidos de América. Las diferencias de SES interactúan con las
diferencias genéticas (en los USA) de modo que solamente se expresan las
segundas cuando mejoran las condiciones sociales.
Una sociedad justa debe minimizar el
impacto de los factores sociales. Si eso sucede, entonces se maximiza, por
definición, el impacto de los factores personales. La heredabilidad expresa
estos segundos factores. Desde esta perspectiva, el país de la libertad y de
las oportunidades sale mal parado, ¿no creen?
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