miércoles, 28 de noviembre de 2012

Muerte al Powerpoint

El uso de este famoso programa de Office está terriblemente extendido. Quien no recurre a él no reside en este mundo. Es un marciano. Muchos serían incapaces de decir nada interesante sin ese recurso. A menudo ni con esas.

Precisamente por su omnipresencia, su uso conlleva a menudo un abuso.

Son pocos quienes saben servirse inteligentemente de ese programa.

Una regla de oro que se olvida con facilidad es:

"Muy poco texto y abundancia de imágenes".

Las páginas repletas de texto deberían estar prohibidas por ley, o, en su defecto, por real decreto.


Las imágenes tienen un potencial evocador muy superior al texto (Picture Superiority).

El cerebro humano extrae más información cuando se combinan imágenes y (un poco de) texto. Usar únicamente texto es una pésima idea comunicadora.

Además, las imágenes deben ubicarse a la izquierda y el texto a la derecha.

También deberían incorporarse videos cortos porque enganchan, son muy fáciles de memorizar y (muy importante) de recordar.

La superioridad comunicadora de las imágenes vale para cualquier clase de presentación, incluso para un material altamente abstracto. Si realmente deseamos comunicarnos, se ha de recurrir a imágenes. El texto es irrelevante. Y, en último, término, el texto debe ser lo que sale de nuestra boca, no de la pantalla.

Esta consigna general es algo que el presentador o conferenciante avezado puede deducir por sí mismo, siempre que le preocupe comunicarse. Sabe lo que funciona y lo que no.

Para el menos despierto, para quien es inasequible al desaliento, o para aquel que opina que el público tiene una alta responsabilidad en el éxito de la comunicación, déjenme recomendarles los trabajos de Carmine Gallo, asesor de comunicación de las compañías multinacionales de mayor éxito.

Algunas de sus obras son:


También tiene un curso on-line sobre presentación: The New Rules of Persuasive Presentations.

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