lunes, 22 de octubre de 2012

Medida en las escuelas


La Profesora María José Navas, de la UNED, ha escrito un artículo sobre la medición psicológica para la revista 'Psicología educativa' editada por el Colegio Oficial de Psicólogos.

Navas, M. J. (2012). La medición en el ámbito educativoPsicología Educativa, 18(1), 15-28. http://dx.doi.org/10.5093/ed2012a2

Así, de entrada, demuestra una extraordinaria valentía porque no son pocos quienes piensan (pensar es gratis) que medir no se limita a cuantificar la variabilidad del aula, sino que, sobre todo, la crea y contribuye a producir una terrible discriminación.

Distingue las autora dos grandes tipos de evaluaciones: las que se producen dentro el aula (y que suele hacer el profesor) y aquellas dirigidas a gran escala para comparar centros e incluso países (generalmente hechas por organismos independientes). Medir no es fácil y, por eso, se hace preciso contar con especialistas en medición. Aquí entra en escena el llamado psicólogo educativo, presunto experto en los factores psicológicos relevantes para comprender por qué algunos chavales lo hacen bien y otros mal, por qué algunos aprenden lo que deben y otros no.


El profesor no está preparado para medir (adecuadamente) lo que sus alumnos aprenden (o dejan de aprender) pero tampoco tiene por qué. Es el psicólogo educativo quien debería asesorarle. Debería, porque no está nada claro que pueda o quiera. A menudo no puede porque no aprendió lo que debía durante su formación universitaria. Y con frecuencia no quiere porque eso de medir le parece discriminatorio.

Felizmente Navas subraya la relevancia de la variabilidad en el aula, aunque ella usa un término que, vaya usted a saber por qué, resulta más 'correcto': diversidad. Llámese como se quiera, pero el hecho indiscutible es que los alumnos son diferentes y el docente debe admitirlo abiertamente si quiere alcanzar el objetivo para el que está ahí: que los chavales aprendan lo que deben. Pero ¿cuáles son las características psicológicas que producen una diferencia relevante en el aprovechamiento escolar? ¿cuáles de ellas pueden medir fiablemente los psicólogos educativos?

Como suele ser habitual en nuestro país, entre esas características psicológicas no se encuentra la variable 'inteligencia'. En el artículo de Navas solamente aparece el término en una ocasión y solamente para referirse a una nota histórica en la página 1. Mal asunto. Tampoco aparece el término 'capacidad', pero, por supuesto, el término 'competencia' es omnipresente.

En 1999 denuncié esta situación en un breve artículo de réplica a un monográfico preparado por expertos en psicología educativa y publicado por el Colegio de Psicólogos:


En esencia, mi mensaje fue que cualquier intento de mejora educativa fracasará si se ignora el factor psicológico que mejor da cuenta de la variabilidad en el aprovechamiento escolar, es decir, la capacidad intelectual. Obsérvese que uso los términos 'capacidad' e 'intelectual', cuyo significado es muy preciso.

Las competencias, tan de moda ahora, son un infumable batiburrillo incapaz de sacarnos de atolladero. Y la razón reside en que las competencias meten distintas categorías psicológicas dentro del mismo saco (habilidades cognitivas, de procedimiento, actitudes, etc.). Es realmente penoso que el esfuerzo de tantos psicólogos del pasado sea ignorado para satisfacer los peculiares gustos de un puñado de 'expertos' politizados.

Me consta que Navas es una excelente profesional y quizá por eso me cuesta encajar que, por lo que parece, se haya acoplado a una moda que será pasajera, pero que, por el camino, dejará muchas víctimas educativas. Llamar a las cosas por su nombre es más importante de lo que parece.

A menudo tengo la sensación de que los responsables educativos están ahí para probar sus particulares gustos pese a quien pese. La sensación de inquietud se transforma rápidamente en tristeza, primero, e ira, después, porque a esos responsables no les importa hacer daño a los chavales. Con tal de poner a prueba sus peregrinas ideas son capaces de emular al famoso médico del Tercer Reich.

2 comentarios:

  1. Podría hacerse una historia de la educación a partir de las palabras que se van dejando al margen: virtud, voluntad, esfuerzo, mérito ... y, efectivamente, ahora hemos de añadir capacidad intelectual. El fetichismo de las palabras se ha impuesto sobre el sentido común. Un desastre, porque cada vez que se intenta explicar algo hay que ocultar tanto, que aumentamos la confusión... aunque, eso sí, mostremos nuestra beatería moral.

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  2. Anímate con esa historia Gregorio. Seguro que el resultado es fascinante. El problema de la 'beatería moral' es que la aceptamos sin más tal y como llega de no se sabe dónde. Saludos, R

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