Schank
fue uno de los autores que tuve que estudiar en su momento por ser bastante
activo en el campo de la inteligencia artificial
(IA). Una disciplina que, por aquel entonces, parecía que iba a darnos la
solución a la pregunta de cómo funciona la mente humana.
Una
promesa rota porque, créanme, seguimos con más preguntas que respuestas. Los ordenadores no han ayudado, y, posiblemente, nos
despistaron.
El
caso es que ahora Schank arremete salvajemente contra los sistemas educativos
occidentales. Sin pelos en la lengua declara que deberíamos
cerrar las escuelas. En su lugar, deberíamos usar una educación
práctica, un sistema de enseñanza basado en la experiencia directa en lugar de
en la teoría.
Estuvo
recientemente en España para presentar los másteres de la Open University del Campus de La Salle, en Barcelona. Esta
formación se cimenta sobre los cursos on-line.
No solo eso, sino que la docencia presencial vive una muerte lenta y dolorosa. Ir a clase es tan perjudicial como fumar. Abandonar
ese hábito prolongará nuestras vidas como discentes.
Este individuo rechaza
el elitismo de las Universidades norteamericanas. Critica a los profesores que
enseñan lo que han memorizado sin llevarlo jamás a la práctica. Tampoco se
libra de la quema el e-learning: "con
la aparición de Internet la comunidad educativa se volvió loca subiendo
contenidos a la Red. Tiene la misma basura que antes, pero sin un profesor al
lado". Es decir, esa tecnología agrava el problema, según él.
Pero,
un momento, ¿no serán on-line los másteres
on-line de La Salle?
Sí,
claro, pero en este caso no habrá basura. Los estudiantes trabajarán en grupos y
se simularán situaciones reales: "puede que un alumno reciba un correo de una cadena de
televisión pidiéndole que diseñe una web para su programación de fútbol. Habrá
un profesor disponible por correo, teléfono y Skype que, en lugar de ofrecer
respuestas, les hará nuevas preguntas". Muy socrático.
La Salle invirtió 15 millones de euros para activar sus másteres y cobra
15.000 € por curso. No existen las aulas y todo ocurre en la red. A Schank le
importa bastante poco que no haya contacto humano. A los jóvenes de ahora
tampoco, dice él. Abraza, así, el espíritu de los tiempos.
De sus declaraciones
se desprende que quien tarde en aceptar sus propuestas perderá el tren que
gente como él dirigen. Y la pérdida será irreparable. Sólo por recordarlo, el
efecto de perder el tren por una hora o por un minuto es exactamente el mismo.
¿Está Schank en lo correcto? ¿Deberíamos sustituir la
enseñanza presencial por la on-line?
En concreto, ¿por 'su' enseñanza on-line?
A lo
mejor. Igual que usamos cada vez más Internet para comprar, podríamos servirnos
de la red para aprender. Amazon está
sustituyendo nuestras visitas a las librerías y a las tiendas de discos. ¿Por
qué no debería sustituir un portal de enseñanza al hábito de estar sentado en
un pupitre durante seis horas al día sometiéndose a una extraordinaria variedad
de patéticos docentes?
No
tengo evidencia empírica para demostrar cuál es la alternativa más adecuada
pedagógicamente hablando. Dudo de que Schank la tenga. Por ahora es una
cuestión de gustos, de preferencia o de argumentación más o menos razonable.
Pero discrepo del hecho de que la enseñanza práctica
tenga que ser necesariamente preferible a la teórica. La teoría promueve
el razonamiento abstracto, mientras que la práctica se basa en la solución de
problemas más o menos concretos. Es esta una distinción que puede ser más importante
de lo que pensamos. O no.
Difícil tema, he participado en muchos cursos on-line no presenciales y creo que depende mas de quien de el curso, que el medio donde se de.
ResponderEliminarPero me ha venido a la mente una noticia de un profesor en Standford de IA que anunció una "universidad" online gratuita para todo el mundo, el proyecto se llama Udacity, http://www.udacity.com/.
Un saludo.
Interesantisimo Luis. Observo, de todos modos, que las materias son tecnicas. No hay nada de ciencias biologicas y sociales. Thx, R
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