viernes, 20 de julio de 2012

Pan y Circo --por Sergio Escorial Martín


Ya lo hicieron los romanos “Panem et circenses” (Pan y Circo). Se trata de una práctica que realizaban los gobiernos para mantener tranquila a la población y desviar la atención de los ciudadanos de asuntos “comprometedores o incómodos”.  Emperadores como el gran Julio César regalaban trigo y entradas para fastuosos juegos circenses como forma de mantener al pueblo distraído de las “cuestiones” políticas. La frase, en espera de que me corrija algún erudito, se atribuye al poeta romano Juvenal y aparece por primera vez en su Sátira X (81 d.C).

En la actualidad, casi veinte siglos después, está expresión ha sido sustituida por la no menos celebre de “pan y futbol”. En una Sociedad democrática como la española, en pleno siglo XXI, y con la tasa de analfabetismo más baja de nuestra historia, lo que esta pasando con la ciudadanía solo se puede entender como una “pandemia de falta de ética”. Es cierto que necesitamos un rescate, pero a lo mejor, más incluso que el meramente económico, necesitamos un “rescate moral”.


Los ciudadanos de este país estamos gravemente enfermos, en la UCI de la dignidad y el civismo.

Mi diagnóstico, quizás discutible por ser excesivamente simple, se basa en el hecho de que durante los pasados meses de Mayo y Junio tuvieron lugar en España muchas movilizaciones para protestar contra el desmantelamiento del Estado del Bienestar (Educación, Sanidad y Servicios Sociales) o contra una Reforma Laboral que supone un paso atrás de por lo menos 40-50 años en los derechos de la clase trabajadora. Pues bien, todas esas movilizaciones (justas y necesarias) fueron mucho menos numerosas que la celebración de la Liga del Real Madrid, o la celebración de la Europa League del Atlético de Madrid, por no mencionar la de la reciente Eurocopa conseguida por la selección.

¿Qué mensaje transmite el pueblo con este tipo de “demostraciones” a su “democrático”  gobierno? Algo así como “dame futbol, que mi equipo gane, y me la podrás meter sin vaselina que no protestaré” Permítame el administrador de este blog esta licencia expresiva, pero ¿acaso no es este un claro ejemplo de enfermedad moral? ¿dónde se quedaron nuestros valores cívicos?

Los políticos son el fiel reflejo de la Sociedad, solo así se entiende que tengamos los dirigentes que tenemos. A una Sociedad mediocre le van a corresponder gobernantes mediocres. Hace tiempo vengo constatando la inmoralidad y falta de ética de los políticos de este país, a todos los niveles de la Administración y de todas las siglas y/o colores. De nuevo mi diagnóstico es esencialmente simple. Fíjense, dejando de lado el tema de la “corrupción y robo en las arcas públicas” (que ya en si mismo es un ejemplo de inmoralidad) me baso en el hecho de cuestionar la legitimidad que tiene un individuo que gana unas elecciones con un programa electoral determinado y que, en la práctica, hace todo lo que dijo que no haría, o incluso hace lo contrario a lo que dijo que haría. Los programas electorales deberían ser contratos vinculantes, y el incumplimiento de los mismos motivo de cese o dimisión. ¡Ah no, que somos una sociedad inmoral! ¿Quién va a exigir una política de rendición de cuentas? ¿Para qué? Pues nada, barra libre de decadencia moral.


La “buena” noticia es que en el diagnóstico está la solución. Este país necesita con urgencia una sociedad responsable y activa en todos los frentes de la lucha social. Una sociedad compuesta por ciudadanos inteligentes, formados, libres, comprometidos e involucrados en la creación de una sociedad más justa, más solidaria ¡Una sociedad mejor! Solo esta clase de personas podrá elegir dirigentes que se impliquen en los problemas de los ciudadanos y que rindan cuentas por cada uno de sus actos (o ausencia de los mismos).

Mientras tanto, y en espera de que esto suceda, si seguimos reforzando la picaresca, evitando pagar impuestos y haciendo toda clase de trampas y argucias en los aspectos más elementales de nuestra vida cotidiana, pero sobre todo, si seguimos concediendo más importancia a que España haya ganado una Eurocopa que al incremento en el número de desahucios o a los ataques a la Sanidad y la Educación públicas, por ejemplo, no deberemos sorprendernos luego de que nuestros políticos sean “inmorales”, pues ellos son fiel reflejo de la Sociedad que los ha elegido, son un fiel reflejo de la sociedad española actual.


¿O acaso a algún político le preocupa el hecho de que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el número de suicidios al año se haya incrementado en España casi en un 50% desde que comenzó la crisis económica? (ver figura, nº de suicidios en España entre los años 2000-2010, Fuente: INE)¿Le importa a nuestra Sociedad? Aquí ya no se está hablando de personas que han perdido su trabajo o su casa (o quizás ambas cosas).

Han perdido lo único que no van a poder recuperar nunca: su vida.

1 comentario:

  1. Guillermo O. Molas y Molas8 de febrero de 2013, 3:47

    Me gustó la nota, muchas coincidencias con lo que pasa en Argentina. Deduzco que esto debe pasar en innumerables países de nuestro planeta.

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