Los Profesores de
Economía José Antonio Pérez García y Juan
Hernández Armenteros publicaron
hace unos días un interesantísimo artículo en el diario El País sobre la reforma de la Universidad en España que planea el
ministro de educación. Eso sí, asesorado por una comisión de personas notables.
Lo que Pérez y
Hernández sostienen, acertadamente, es que la comisión
no podrá hacer un buen trabajo basándose en datos incorrectos que
conduzcan a un diagnóstico equivocado de la actual situación.
Reformar puede ser
absolutamente necesario para mejorar, pero se errará el objetivo si los
problemas a reparar no se encuentran adecuadamente definidos.
Algunos ejemplos de los datos que Wert parece no tener claros:
1.- Los ranking de mayor productividad de las
Universidades, entre las que no se encuentran las españolas, usan la
investigación como criterio, no la docencia.
2.- Las 100 mejores Universidades de ese ranking se ubican en países cuya inversión en I+D supera el 2.3 %
del PIB.
En España contamos con
el 1.3% del PIB.
3.- El abandono de
estudios universitarios no es del 30%, sino del 12%.
Un 79% de
los universitarios españoles se gradúa cuando se debe, frente a un 70% de la
OCDE.
4.- La tasa de
desempleo entre los universitarios es del 12%, pero la del mercado laboral
general es del 24%.
5.- Es
falso que España tenga demasiadas Universidades.
El Estado de
California no tiene 10 sino 146 Universidades, prácticamente el doble que en
España.
Estados
Unidos cuenta con 309 millones de habitantes y alberga 3.277
universidades. O sea, una universidad por cada 94.000
habitantes.
Reino Unido
tiene 61 millones de habitantes y 241 universidades. Esto es, una universidad por cada 253.000 habitantes.
España
cuenta con 47 millones de habitantes y hay 79 universidades. Es decir, una universidad por cada 582.000 habitantes.
6.- España dedica a
becas la tercera parte de lo que se asigna en los países de la OCDE.
Pérez y Hernández
concluyen que la Universidad española es claramente
eficiente, aunque pueda mejorarse. Se invierte aquí un 20% menos en
docencia e investigación que en la media de los países de la OCDE, pero los resultados están muy por encima de lo que cabría esperar
de esa menor inversión.
Y para mejorar quizá
convenga fijarse en los mejores.
¿Qué hacen
los mejores?
Disponer de una fuerte
autonomía académica, una excelente cualificación profesional de los máximos
responsables, capacidades de auto-organización para elegir estudiantes,
profesores, investigadores y gestores, un marco laboral flexible y estable, y una
libre fijación de precios y salarios.
En suma, se necesita
"más
flexibilidad, menos regulación, menos
intervencionismo administrativo, menos
obligaciones burocráticas y más evaluación externa rigurosa y objetiva, cero de
intervención política, menos subvenciones, pero mucha más financiación pública y
privada por resultados".
Sin duda la universidad española necesita reformas importantes, pero no tengo nada claro que lo que propone José Antonio Pérez García sea lo más oportuno. De hecho, como consta al final del blog, defiende políticas neoliberales, que son las que aplican el gobierno, mejor o peor.
ResponderEliminarPodéis consultar un trabajo de un catedrático de la Universidad de Valencia, con nombre muy parecido, Francisco Pérez García, y con varios trabajos importantes, que son fuente de inspiración para quienes están haciendo la actual reforma. Ese informe es el realizado para la Fundación del BBVA en http://www.ivie.es/downloads/np/PP_universidades_FBBVA_Ivie_2012_04_17.pdf
Una de las reformas fundamentales que necesita la Universidad en España es mejorar seriamente la docencia, empezando por dejar de llamarla "carga" docente.
La docencia universitaria no es equiparable a la de los demás ciclos educativos, en mi opinión. Mejorarla puede no tener nada que ver con la estrategia que se está adoptando de hacerla similar a la de secundaria, de convertir la Universidad en una especie de academia. Mientras que la educación 'obligatoria' debe basarse en mejorar el nivel educativo general de los ciudadanos, la Universidad consiste en algo distinto, debe basarse en compartir el pasado desde el presente para planificar el futuro. A mi juicio los cambios sociales que cabe esperar deben tener bastante relación con lo que suceda en la Universidad. Y lo que pase en ella no debe relacionarse con los políticos, sean del signo que sean, sino con la tecnología y las ideas.
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