El hipocampo es una pequeña estructura cerebral situada en el lóbulo temporal del cerebro que parece estar implicado en numerosos factores cognitivos y emocionales.
Ahora se pretende haber demostrado que los cuidados maternales --o su calidad-- en la infancia influyen sobre el volumen del hipocampo en ambos hemisferios cerebrales.
Luby, J. L. et al (2012). Maternal support in early childhood predicts larger hippocampal volumes at school age. www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1118003109
Se estudiaron 92 niños con y sin síntomas depresivos. La interacción con la madre se valoró, mediante observación, cuando los niños contaban entre 3 y 5 años de edad. Las imágenes del cerebro se registraron cuando esos mismos niños tenían entre 7 y 13 años de edad.
Se trata, por tanto, de un estudio prospectivo en el que se explora la relación entre las diferencias en la calidad de la interacción con la madre en la infancia y las posteriores diferencias de volumen en el hipocampo.
Los autores concluyen que el "apoyo materno temprano ejerce una influencia positiva en el desarrollo del hipocampo de niños sin síntomas depresivos".
Sus hipocampos son un 10% más grandes.
Sin embargo, como ellos mismos reconocen "estos datos no permiten descartar la posibilidad de que la relación observada entre apoyo materno y desarrollo del hipocampo pueda atribuirse a factores genéticos, es decir, que las madres que son más atentas tengan unos mayores hipocampos que heredan sus hijos".
Pero no importa, se animan a concluir que deberían orquestarse campañas sanitarias a gran escala dirigidas a concienciar a la población (a las madres) de la necesidad de ofrecer un apoyo de calidad a sus retoños.
¿Suponen que las madres son generalmente negligentes?
Es igual que esta clase de resultados contrasten con el reconocido reducido efecto a largo plazo de la crianza en la futura personalidad de los chavales.
La falta de comunicación entre las diferentes disciplinas científicas es un mal endémico.
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