Los ciudadanos españoles tenemos una cita con las urnas este 20 de noviembre.
El cara a cara de Rajoy y Pérez demostró lo complicado que lo tenemos para decidir nuestro voto quienes --incomprensiblemente para algunos-- carecemos de una tendencia ideológica marcada a fuego en la frente.
Algunos profesores universitarios envían regularmente mensajes electrónicos a sus colegas apoyando a Pérez y rechazando a Rajoy, a través de una asociación denominada 'plataforma ciudadana'. Se argumenta que Pérez es el candidato ideal a la Presidencia del Gobierno (a) por su capacidad de liderazgo, (b) porque es un dirigente eficiente, (c) porque es un auténtico progresista, (d) porque es un hombre realmente contemporáneo, y (e) porque es un integrador.
La plataforma ciudadana sostiene, en algunos de sus documentos, que los socialistas no han podido hacer lo que deseaban para sacar a España de la actual crisis porque las circunstancias se lo han impedido; "frenar el poder de la derecha es lo único coherente que podemos hacer los progresistas en estas elecciones".
Carlos Cué --admirado, según parece, por esa plataforma ciudadana-- escribe para el diario El País repasando el programa electoral de los populares. Según Cué es un programa liberal obsesionado con las privatizaciones de lo público que sea rentable, en una línea similar a lo que en su momento hizo Rato para que pudiéramos entrar, a tiempo, por la puerta grande en la Europa del euro. A Cué parece molestarle que los populares quieran fomentar una mayor libertad y responsabilidad individual en los servicios públicos.
Algunos ciudadanos desconfiamos de algunos políticos, pero pensamos que los gestores honrados --más que honestos, como sabiamente matiza Pérez al hablar de su colega Blanco-- son necesarios.
Los socialistas piensan, sinceramente, que ellos son progresistas y los demás no. Pero quizá sea más complejo de lo que se piensa delimitar el significado preciso de progresismo en el siglo XXI. Avanzar mirando hacia atrás puede llevarnos a empotrarnos contra la farola.
No me cabe duda de que Pérez, y, en general los socialistas, quiere hacer lo que piensa que puede ayudarnos a superar la actual crisis. Pero en los últimos años lo hicieron mal, muy mal, y volver a apostar por el equipo que hizo una pésima gestión en el inminente pasado no parece demasiado sensato para el inminente futuro.
Darle una oportunidad a los populares es una estrategia arriesgada, pero la democracia también se basa en la confianza. Como sucede con cualquier gobierno, algunas de las cosas que puedan llevar a la práctica los populares logrará crisparnos los nervios, pero seguramente otras resultarán eficientes.
Pienso que es un signo de madurez ciudadana aceptar y apoyar la alternancia. Mañana podemos quitar a quien pusimos hoy.
El 20 de noviembre los ciudadanos podemos castigar a quienes han puesto al país en una terrible posición en Europa --y en el mundo-- y confiar en quienes declaran que pueden empujarnos en una dirección más saludable.
Como decía un periodista experto en economía en una obra que comentamos en este blog hace algunos días, los socialistas han jugado a la ruleta rusa con el país, en lugar de aplicar, a tiempo, las medidas correctoras que han funcionado en otros lugares. La velocidad de respuesta es relevante.
Decir ahora que se va a hacer lo que tuvo que hacerse hace tiempo es obligado si se desea conservar el poder. Pero los ciudadanos podemos dudar de las promesas de un equipo que no hizo lo que debía y que se dedicó a confundirnos con decenas de medidas supuestamente populares que se demostraron inútiles.
Pérez podría declarar públicamente que su gobierno hizo un pésimo trabajo y las plataformas que le apoyan podrían aceptar que hay vida más allá del socialismo y que esa vida puede ser también digna.
La indignación está de moda y sentarse a discutir en la puerta del sol es una manera de expresarla, pero, desde luego, no es la única. Confiar en distintas opciones y dejar de hacerlo cuando nos disgustan, es algo que la democracia permite.
Estimado Roberto:
ResponderEliminarhttp://www.p-lib.es/
un saludo
Realmente interesante César. No puedo estar más de acuerdo con la tesis básica de este partido de reducir el intervencionismo estatal y devolver al ciudadano el papel que legitimamente le corresponde. No puedo resistirme a recordar la propuesta de Charles Murray que comentamos en este blog hace tiempo:
ResponderEliminarhttp://robertocolom.blogspot.com/2007/12/en-nuestras-manos-ms-all-del-estado-de.html
Extraordinariamente coherente con este partido, a mi juicio.
Saludos, R
Celebro que te guste. Sé de uno que está afiliado :)
ResponderEliminarCreo que si de algo puede jactarse este partido, es de hecho, de coherencia. Aunque supongo que cualquier grupo (político o no) cuya razón de ser sea un ideal, lo lleva en la sangre.
un saludo
No eres muy justo en este comentario. El PSOE no lo ha hecho bien, pero casi nadie lo está haciendo bien en el mundo, o lo están haciendo bien a favor de unos intereses muy concretos que no son los de la mayoría. Rajoy era miembro del gobierno que inició lo que dio origen al desastre: la burbuja inmobiliaria; se liberó suelo y se construyeron viviendas sin mesura. También se saltó sus principios apoyando sin fisuras la intervención militar en Irak, gracias a la cual decenas de miles de iraquíes han sido definitivamente liberados (se llaman daños colaterales, pura estadística que no empaña la justicia de la causa). Y su partido es partidario de la absoluta libertad de los mercados financieros que ha dado pie a la especulación financiera que nos está destruyendo. Y su partido en Madrid predica el liberalismo radical (nunca por cierto a su televisión, fuertemente partidista y controlada) y va deteriorando paso a paso los servicios públicos.
ResponderEliminarEl PSOE es malo, pero el PP es más de lo mismo, aunque en peor.
Si no lo ha hecho bien, entonces debe ser castigado, como ha ocurrido ayer.
ResponderEliminarExactamente lo mismo deberíamos hacer cuando los populares lo hagan mal, o, simplemente, cuando pensemos que los socialistas pueden hacerlo mejor.
Yo más bien diría que en el PSOE hay políticos lamentables, normalitos y decentes, igual que en el PP.
Una clave del éxito, en mi opinión, reside en saber elegir a los decentes, como hizo Azcuna en Bilbao o han hecho los navarros (la Alemania española).
Cuando no se sabe elegir responsablemente se produce lo que hemos visto estos últimos años.
Saluos, R
El asunto es,,
ResponderEliminar¿ realmente creéis que estamos en democracia ?
Puede que en "democracia" una farsa utilizada para encubrir la absoluta falta de democracia en una dictadura, que, no sé lo que duró la de franco,, pero esta se está acercando ya a superarla,
y con lo de ayer no hemos hecho, si no reforzarla ( según sus usuarios, esos que hablan del "estado de derecho" ( sin decir a qué entienden que les da derecho ));;
Teniendo en cuenta que la constitución defiende a la banca ladrona en vez de a los habitantes del país al que pertenece,
que la ley electoral es profundamente antidemocrática,
que no hay separación de los clásicos tres poderes,
que los escaños no representan los votos y abstenciones reales,
que nos estamos quedando sin libertades ganadas ( y ya perdidas sin que nadie diga ni haga nada ),,
¿ os parece normal que la generación de mis padres sea la última que ouede decir que vivió mejor que las anteriores, y nosotros ya no podemos estar a su nivel, y aún nos tienen que ayudar, además de ayudar a sus padres ) ?
se puede seguir, obviamente,,
Gracias por los magníficos Aportes,,
Abrazos
Varin: gracias por tu comentario. Si nos dejamos comer el terreno que nos corresponde es porque así lo queremos. Protestamos, pero generalmente de palabra y poco debido a las onmipresentes leyes mordaza, que, por cierto, también hemos aceptado. También, creo, caemos con frecuencias es las falsas dicotomías del tipo 'empresario/explotador-trabajador/santo'. El documento de Moore --Capitalismo, una historia de amor-- expone algunos interesantes ejemplos de la compatibilidad entre empresarios y trabajadores, de cómo pueden viajar en el mismo barco cuando se lo proponen. Nos dejamos enredar y luego protestamos, pero de modo descafeinado. Saludos, R
ResponderEliminarEstimado Varin:
ResponderEliminarHay que cuidar el lenguaje grandilocuente. No voy a negar las carencias democráticas de este régimen y de cualquier otro, pero está claro que el actual existente en España es el más democrático que hemos tenido en la historia. Los datos son inapelables, a nada que definas con rigor algunos indicadores de la democracia, incluido el índice de desarrollo humano. Mi experiencia personal bajo el régimen de Franco avala la tesis de que aquello era una dictadura y esto es una democracia.
Siempre conviene atender a lo que dice Félix, pero aquí está especialmente sembrado. Saludos, R
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