martes, 28 de septiembre de 2010

El ‘suicidio’ de Alemania (según Thilo Sarrazin)

Un psicólogo alemán (Volkmar Weiss) ha enviado a un colectivo de científicos –entre los que me encuentro—su revisión del libro de Thilo Sarrazin (miembro del banco central alemán) titulado ‘Deutschland schafft sich ab’.

Su principal tesis es que, más o menos, el futuro de Alemania es malo, muy malo. El libro ha sido duramente criticado y Weiss dice que el ataque carece de fundamento. Su revisión se publicó en Amazon, pero el gigante de Internet decidió eliminarla de la web.

El libro está teniendo un éxito arrollador en Alemania, a pesar del acoso de los medios de comunicación, aunque es de poco a nada probable que se traduzca a otro idioma.

Sarrazin sostiene que Alemania se encuentra en la fase final de una edad de oro. Las cosas empeorarán rápidamente. El país llegó a esa época dorada porque su población ha sido, hasta ahora, “trabajadora, educada e inteligente”, según sus propias palabras.

Sin embargo, el número de graduados universitarios en matemáticas, informática, ciencias e ingenierías no ha parado de reducirse en los últimos años. Y sin una masa crítica de ingenieros Alemania se hundirá.

Ha comenzado una pandemia intelectual en el país que derivará pronto en una pobreza material, dice el autor. Seguidamente presenta el resultado –proveniente del famoso estudio PISA—de que el aumento del número de ciudadanos que deciden cursar estudios universitarios se relaciona con un empobrecimiento general del nivel educativo del país.

Sarrazin rescata los datos de cuando él mismo fue responsable de economía en Berlín. La ciudad hacía una inversión por alumno notablemente superior a otras ciudades y poseía la mejor ratio profesor-alumno. Sin embargo, Berlín presentaba los peores resultados en PISA. ¿Por qué? Apela al declive en los niveles de capacidad básica exigida en lectura y matemáticas. Los libros de texto se han simplificado hasta un extremo hilarante, concluye.

Y la situación se agrava, según Sarrazin, por la llegada masiva de inmigrantes poco cualificados que se reproducen con mucha mayor frecuencia que los nativos, presuntamente más inteligentes. Naturalmente esto promueve una poderosa tendencia hacia la disgenesia (empobrecimiento genético) que no hace sino alimentar la pronta llegada del caos.

Personalmente no leí el libro de este autor porque mi dominio del alemán es semejante a mi proximidad a las dotes atléticas de Usain Bolt. Sin embargo, el comentario de Weiss es tremendamente exhaustivo y permite opinar.

Hay varios científicos obsesionados por el declive intelectual de los ciudadanos. Sin embargo, esto contrasta dramáticamente con el hecho de que las generaciones recientes son más inteligentes que las anteriores. Un fenómeno que se ha documentado a nivel mundial y que se conoce como ‘efecto Flynn’.

Se puede admitir que las generaciones recientes son más inteligentes, pero más incultas. De acuerdo. Puede que así sea. Pero entonces estamos fallando en algo que no es lo que suponen estos autores. Fracasamos en mimar el capital humano que poseemos. Y eso poco tiene que ver con nuestro stock genético.

Sería deseable dejar de tirarse los trastos a la cabeza y ponerse a pensar seria y fríamente sobre estas cuestiones de indudable relevancia social. ¿Será posible?

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