No es exagerado afirmar que cientos de miles de ciudadanos ‘acosan’ a otros cientos de miles de ciudadanos sin que los segundos puedan hacer absolutamente nada para defenderse, generando algo que los psicólogos denominan desde hace tiempo ‘indefensión aprendida’. Los primeros poseen un objeto animado conocido con el nombre de ‘perro’. Se dice que tal objeto les reporta un enorme placer.
Una característica de esos objetos animados, que resulta especialmente perturbadora para los acosados, es que liberan extraordinarias cantidades de algo llamado, popularmente, ‘mierda’. Por razones desconocidas a día de hoy –y la cuestión ha sido investigada incluso por expertos de la NASA—los acosadores se muestran muy reacios a recoger las, finamente denominadas, deposiciones de sus objetos animados.
Se debe reconocer que existe un subconjunto de acosadores que portan una cosa llamada ‘bolsa’ y que usan prestamente para librar a los acosados de los desagradables daños colaterales de la libertad excretora de sus retoños sin mente. Pero el subconjunto de impresentables ciudadanos incapaces de actuar cívicamente es sustancialmente más elevado, con las consecuencias conocidas por todos.
Los acosados no tienen nada en contra de los perros. Es incluso posible que les parezcan seres entrañables. Pero la conducta de sus dueños puede, llegado el caso, desencadenar una guerra civil. Las dos Españas del siglo XXI ya no corresponden a la izquierda frente a la derecha, sino a quienes polucionan las calles haciendo uso de los objetos animados conocidos con el nombre de ‘perros’ y a los que deben padecer las consecuencias de la presencia de montañas de mierda, viéndose obligados a practicar una especie de esquí urbano destinado a evitar acabar pringado de excremento de perro hasta las rodillas antes de hacerse fuertes en su domicilio.
Algunos acosados acarician la idea de proponer a las autoridades de la Unión Europea –que disfrutan con estas cosas—un nuevo indicador sobre el nivel de civilización al que ha sido capaz de llegar un país. Ese flamante indicador se basaría en el recuento de mierdas de perro diseminadas por la superficie ocupada por el país. Una simple división nos ofrecería el número que permitiría ordenar a las naciones según su proximidad al extinto Neandertal. La predicción de este Blogger es que la península ibérica ocuparía posiciones destacadas.
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