martes, 13 de abril de 2010

El Colegio de Psicólogos y la prevención de la violencia doméstica

María José Díaz-Aguado, Profesora de la UCM, expresa las pautas que deberían seguirse en la escuela para, supuestamente, concretar esta labor de prevención. Tales pautas se construyen sobre un modelo de enseñanza basado en la igualdad, el respeto y el rechazo a la violencia.

Hay dos principios básicos: (1) el fomento del aprendizaje cooperativo y (2) el establecimiento de grupos heterogéneos de alumnos.

Vayamos con las recomendaciones básicas de la Profesora:

-. Reconocer la naturaleza compleja del fenómeno.

Comentario de Blogger: ¿por qué es complejo este fenómeno? ¿en qué sentido debe complicarse el hecho de que algunas personas maltratan a otras? ¿no se trata de un delito que debe ser castigado?

-. La educación es necesaria, pero se necesitan recursos específicos para combatir el problema de la violencia.

Comentario de Blogger: es decir, los psicólogos educativos, para hacer su trabajo, ¿deben recibir una compensación económica extra? No sé, me parece un poco raro. Es como si a un funcionario de prisiones le dijeran que le van a subir el salario por velar por los internos. Aunque quizá el término ‘recursos’ no se refiera a dinero…

-. Sustituir el modelo dominancia-sumisión.

Comentario de Blogger: ¿dónde está ese modelo? Las relaciones de dominancia o sumisión se producen entre dos personas o dos grupos de individuos. Desde esta perspectiva, los modelos no son nada y combatirlos servirá para poco (o nada).

-. Conocer la aparición y evolución de la violencia doméstica.

Comentario de Blogger: una abstracción más. La violencia doméstica, como sucede con la violencia en general, aparece cuando el agresor comprende que ejercerla puede ser una estrategia para obtener un beneficio. Esta es una idea de un buen amigo y colega de profesión. Me consta que está trabajando en ella desde una perspectiva realista. Ojala su enfoque se encuentre pronto disponible, a pesar de que no será fácil concretar la naturaleza de esa ‘estrategia’.

-. Conocer las medidas disponibles para atajar esa violencia.

Comentario de Blogger: soy pesimista para los casos graves. La prevención de la violencia funcionará cuando el proceso de socialización haya actuado como es debido. Ese proceso se basa en el castigo, tanto familiar como escolar. Y la mecánica es relativamente sencilla: cuando el niño hace algo mal, debe recibir, de modo contingente, un castigo ponderado al acto. La próxima vez que sienta la tentación de hacer algo que no debe, predecirá el castigo probable. Punto. Pero ni siquiera este sencillo mecanismo funciona en los casos que más nos preocupan porque nos olvidamos del peso del temperamento de quien debe ser socializado.

-. Promover una educación integral que acentúe los valores de igualdad y no-violencia.

Comentario de Blogger: declarar la igualdad deja la conciencia muy tranquila. Proclamar ‘NO a la violencia’ también. Sin embargo, de poco sirven ambas cuando (a) la desigualdad social es evidente y (b) la violencia es, de hecho, una estrategia para lograr objetivos.

En suma, a mi juicio, hay que hablar menos y actuar más. Las declaraciones pomposas no resultan particularmente útiles y, me temo que, de hecho, son gravemente perjudiciales para la población vulnerable. Actuemos seria y responsablemente haciendo nuestro trabajo eficazmente (y, de ser posible, sin que los focos nos iluminen más de lo estrictamente necesario –corremos un riesgo serio de deslumbrarnos con nuestra propia verborrea).

10 comentarios:

  1. No tiene usted ni idea de lo que está hablando.
    Haga el favor de leer alguno de sus programas. Puede descargarlos desde la página web del ministerio de educación.

    Lo mínimo es documentarse un poco, esto que ha hecho usted es como criticar una película sólo leyendo el título.

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  2. Víctor, quizá debas leer fríamente la entrada. Dudo que esos documentos digan algo diferente a la esencia de los puntos comentados aquí. Desconozco el título de esta película. Mis comentarios a esos puntos no provienen del sentido común, sino de lo que conozco sobre la violencia. Se puede dudar de esos conocimientos en igual medida que de las propuestas comentadas, ¿no crees? Tener o tener ni idea depende de los resultados, no de cuánto logres documentarte. Hasta dónde yo sé, los programas de esa naturaleza no han logrado reducir la violencia. Al contrario, no paran de incrementarse. A menudo intentar cuestionarse lo que hacemos es útil. Gracias por tu comentario.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Siendo mucho más escueto y comedido que en mi entrada anterior, me gustaría observar que su crítica denota que usted no ha leído con atención a la autora que critica, ya que su entrada es superficial y poco ajustada a los argumentos que ella expone.
    Creo que si usted se documentase más podría hacer una crítica mucho mejor.

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  5. ¿Por qué habla como si conociese datos cuando no los conoce?

    Gracias por los comentarios Víctor.
    El documento del COP que uso como referencia no incluye datos.

    Si en verdad hablase con rigor sabría que los especialistas en criminología coinciden en que esta es la época menos violenta de la historia del mundo occidental, lejos de ir en crecimiento, la violencia ha experimentado un descenso respecto a épocas anteriores.

    Cierto, pero ¿se debe a los programas de cambio de actitudes?

    Por otra parte, los programas de intervención educativa tratan de actuar sobre las actitudes, las cuales si consiguen cambiar.

    ¿Dónde están los datos?
    ¿Cómo se valora el cambio de actitudes?
    ¿Cómo se sabe que dependen de intervenciones planificadas?
    ¿Cómo se controla el efecto de la genética? (las actitudes poseen una significativa heredabilidad).

    De hecho estudios demuestran -como usted sabría si hubiese seguido mi consejo y se hubiese pasado por la página del ministerio de educación- que los programas de prevención tienen efectos significativos en la probabilidad de que un hombre que ha pasado por estos termine ejerciendo violencia de género, por poner un ejemplo.

    No comprendo. ¿Pasar por un programa de prevención fomenta la violencia?

    Por otra parte, sus críticas ni siquiera atacan a los argumentos que Aguado propone y algunas se basan en lecturas completamente erróneas como en el aquel punto en el que insinúa que lo que está reivindicando es un aumento de sueldo.

    No critico a Aguado, persona que me merece todos los respetos, si no su enfoque. Considero que la crítica es buena y que quienes defienden una perspectiva deberían considerar otras posibilidades.

    Creo que he leído con suficiente frialdad su entrada, le invito a que haga usted lo mismo con los textos que critica.

    Tienes razón, debería hacerlo.

    Siendo mucho más escueto y comedido que en mi entrada anterior, me gustaría observar que su crítica denota que usted no ha leído con atención a la autora que critica, ya que su entrada es superficial y poco ajustada a los argumentos que ella expone.
    Creo que si usted se documentase más podría hacer una crítica mucho mejor.

    Repito que no critico a la autora, si no a su perspectiva. Su esencia se recoge en el documento que uso como referencia, aunque falten muchos detalles.

    Sea como sea, si mis críticas son tan desenfocadas, debería ser muy sencillo poner los puntos sobre las íes. ¿Sería posible contrarrestar mis comentarios en concreto?

    Saludos, R.

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  6. Ya que usted me lo pide comentaré cada uno de sus puntos.
    Para empezar, dijo que la violencia, según su experiencia, iba cada vez en aumento, lo que ha reconocido como falso. Que se deba o no a los programas es algo muy discutible.

    Sé que usted critica los argumentos, en ningún caso a la autora, pero aun así pienso que usted no los ha podido comprender en su totalidad al no haber leído sus textos con cierta atención, paso a enumerar los puntos de su crítica:

    Reconocer la naturaleza compleja del fenómeno.


    Comentario de Blogger: ¿por qué es complejo este fenómeno? ¿en qué sentido debe complicarse el hecho de que algunas personas maltratan a otras? ¿no se trata de un delito que debe ser castigado?


    En este punto se refiere a que las causas de la violencia son muchas, el problema es complejo y compuesto por muchas variables. El juicio moral sobre la violencia no, la autora rechaza frontalmente la violencia y no la considera aceptable. En ese sentido su crítica no está suficientemente enfocada.

    -. La educación es necesaria, pero se necesitan recursos específicos para combatir el problema de la violencia.


    Comentario de Blogger: es decir, los psicólogos educativos, para hacer su trabajo, ¿deben recibir una compensación económica extra? No sé, me parece un poco raro. Es como si a un funcionario de prisiones le dijeran que le van a subir el salario por velar por los internos. Aunque quizá el término ‘recursos’ no se refiera a dinero…

    No, no se refiere a un aumento de sueldo.



    -. Sustituir el modelo dominancia-sumisión.


    Comentario de Blogger: ¿dónde está ese modelo? Las relaciones de dominancia o sumisión se producen entre dos personas o dos grupos de individuos. Desde esta perspectiva, los modelos no son nada y combatirlos servirá para poco (o nada).

    Como buen teórico usted sabe que los modelos no tienen entidad como usted bien apunta, pero son herramientas útiles para enteder una realidad y actuar sobre ella. El modelo dominancia - sumisión explica satisfactoriamente muchas situaciones de violencia y puede utilizarse para la intervención. Como todo modelo es criticable.
    Realmente no entiendo bien qué intenta decir con esa frase y no veo muy bien dónde está la crítica. Usted dice -las relaciones de dominancia o sumisión se dan entre personas o dos grupos de invididuos-. Esto lo contempla, como es evidente, el modelo, luego no supone una crítica. La consecuencia "atacar al modelo no ayudará" parece arbitraria.



    -. Conocer la aparición y evolución de la violencia doméstica.


    Comentario de Blogger: una abstracción más. La violencia doméstica, como sucede con la violencia en general, aparece cuando el agresor comprende que ejercerla puede ser una estrategia para obtener un beneficio. Esta es una idea de un buen amigo y colega de profesión. Me consta que está trabajando en ella desde una perspectiva realista. Ojala su enfoque se encuentre pronto disponible, a pesar de que no será fácil concretar la naturaleza de esa ‘estrategia’.

    Completamente cierto. Lo que usted dice, la violencia como instrumento de dominación, es justamente lo contemplado por el modelo citado en el anterior punto. Aparentemente está usted de acuerdo con los argumentos de la autora.

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  7. -. Conocer las medidas disponibles para atajar esa violencia.


    Comentario de Blogger: soy pesimista para los casos graves. La prevención de la violencia funcionará cuando el proceso de socialización haya actuado como es debido. Ese proceso se basa en el castigo, tanto familiar como escolar. Y la mecánica es relativamente sencilla: cuando el niño hace algo mal, debe recibir, de modo contingente, un castigo ponderado al acto. La próxima vez que sienta la tentación de hacer algo que no debe, predecirá el castigo probable. Punto. Pero ni siquiera este sencillo mecanismo funciona en los casos que más nos preocupan porque nos olvidamos del peso del temperamento de quien debe ser socializado.

    Gran volumen de investigación sobre el castigo demuestra que, en ausencia de alternativas a la conducta castigada que sean reforzadas, el castigo en si mismo puede incluso agravar el problema o solucionarlo sólamente de manera cosmética y temporal. El castigo ha sido el método utilizado desde hace muchos años y como usted dice, desde su experiencia, no ha solucionado el problema. Esto también es discutible por supuesto.
    Como usted, soy pesimista en los casos más graves.



    -. Promover una educación integral que acentúe los valores de igualdad y no-violencia.


    Comentario de Blogger: declarar la igualdad deja la conciencia muy tranquila. Proclamar ‘NO a la violencia’ también. Sin embargo, de poco sirven ambas cuando (a) la desigualdad social es evidente y (b) la violencia es, de hecho, una estrategia para lograr objetivos.

    Muy cierto. Ahora, ¿puede usted proponer un mejor escenario para intentar cambiar esto que la escuela? Desde luego no existe la panacea, pero creo que es responsabilidad ética del psicólogo educativo tratar de afrontar este problema, sean sus esfuerzos más o menos fatuos.


    En suma, a mi juicio, hay que hablar menos y actuar más. Las declaraciones pomposas no resultan particularmente útiles y, me temo que, de hecho, son gravemente perjudiciales para la población vulnerable. Actuemos seria y responsablemente haciendo nuestro trabajo eficazmente (y, de ser posible, sin que los focos nos iluminen más de lo estrictamente necesario –corremos un riesgo serio de deslumbrarnos con nuestra propia verborrea).

    La autora ha desarrollado una gran cantidad de programas de intervención. No se ha dedicado sólo a hablar. Aunque usted pueda o no pueda estar de acuerdo con su postura y aunque le pueda sonar a charla demagógica de lo políticamente correcto, lo cierto es que se ha estado actuando.

    En conclusión. Creo que su postura es legítima, aunque difiera con usted en la utilización del castigo como herramienta para solucionar el problema de la violencia. Lo que he detectado es que usted está fundamentalmente de acuerdo con muchos de los argumentos de la autora, solo que no lo ha podido ver, ya que no ha debido de leer con atención sus publicaciones.

    Por otra parte, releyendo mis anteriores comentarios -y por eso borré el penúltimo- me he dado cuenta de que me he excedido en el tono de mis intervenciones, por ello pido disculpas.

    Espero que conteste a su vez a este mensaje y este debate pueda resultar enriquecedor para los dos.

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  8. Por otra parte, en su réplica a mi comentario.
    Es muy cierto que los cambios de actitudes -que como usted bien sabe se miden mediante cuestionarios-, no pueden ser atribuídos a los programas con total seguridad.
    Como usted, coincido es que cabe tener una duda mucho más que razonable respecto a los efectos de estos programas, es muy complejo aislar los efectos y hablar de causalidad.

    Si quiere usted más información en ese sentido puede buscar los documentos en la página del ministerio, ahí se explica cómo se evaluó la eficacia del programa.

    Sobre lo de la violencia de género, a lo que me refería es a que era menos probable -significativamente- que el joven resultase ser maltratador después del programa en comparación con un grupo control. Ahora, cabría argumentar que el ambiente en el que se mueven los jóvenes que sí pasaron por el programa ya influye determinantemente en que rechacen o acepten la violencia de género. En todo esto estoy de acuerdo con usted. No era mi intención criticar esos puntos, si no los citados en mis anteriores comentarios.
    Un saludo.

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  9. Víctor:
    Gracias por ser tan exhaustivo en tus comentarios.
    Suele ocurrir que, a menudo, se pueden encontrar puntos comunes con facilidad cuando la gente se lo propone seriamente.
    Pero las discrepancias son también estimulantes. Preguntarse ¿en qué puedo estar equivocado? es útil. Aquino dijo: "es preferible perder una discusión y alcanzar la verdad, que ganarla y permanecer en la ignorancia".
    Pienso que se habla demasiado sobre la violencia doméstica y que eso conduce a la tentación de decir lo que la gente -o, mejor, los medios de comunicación- quiere oír. Eso es definitivamente negativo para avanzar en la comprensión de determinados fenómenos.
    En algunas otras entradas de este blog propuse, entre otras cosas, la creación de una comisión (representativa) que discutiese las evidencias disponibles sobre las potenciales causas de esa clase de violencia, así como sobre las estrategias más eficientes para prevenirla y combatirla.
    http://robertocolom.blogspot.com/2010/10/intervencion-con-perspectiva-de-genero.html
    http://robertocolom.blogspot.com/2010/10/la-violencia-de-la-mujer-es-tambien.html
    http://robertocolom.blogspot.com/2010/05/iii-informe-internacional-de-violencia.html
    Cualquier profesional de la conducta humana desea sinceramente que termine esa lacra social --como muchas otras-- pero la política no debería orientar los programas sino al revés.
    Los casos de violencia doméstica se han triplicado en la última década, hecho que debería servirnos para tomar conciencia de que puede que lo que se está haciendo no solamente no funciona, sino que posee un efecto dañino.
    Enfocar un problema desde distintas perspectivas no solamente enriquece, sino que permite avanzar más deprisa.
    Saludos, Roberto---

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  10. Estoy completamente de acuerdo.
    Aunque es discutible que esa triplicación en los casos de malos tratos en el hogar sean en verdad casos nuevos y no sean, en efecto, casos que ya existían antes y que hoy en día se denuncian, cuando antes se silenciaban. -

    Me alegra ver que ha escrito un artículo sobre la intervención desde una perspectiva de género ya que estoy muy interesado en ese campo en particular.

    Desde luego, creo que la labor del crítico es, sobre todo en el avance de la ciencia, fundamental y reconozco y comparto su malestar por el uso demagógico que en política se pueda hacer de estos asuntos que tan importantes y serios son.

    Este mal uso de estos argumentos es justamente la piedra con la que cargan este tipo de enfoques. Muchos ciudadanos con juicio crítico sospecharán ante sus planteamientos, ya que enseguida pueden ser tachados de zalamerías políticas y bálsamos para calmar la conciencia y mantener a la opinión pública conforme.

    Creo que usted sabrá ver mas allá de estas apariencias y rescatar lo que haya de bueno en estos planteamientos y, desde luego, criticar, como es razonable y necesario, sus puntos flacos.

    Consultaré sus otros artículos al respecto y me daré un paseo por el resto del blog en general.

    Gracias por compartir su tiempo conmigo.

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