Estuve leyendo un documento escrito
por Pablo Iglesias, antes de las elecciones municipales y autonómicas de Mayo, para ‘New Masses, New Media’. Como él mismo comenta, en un contexto
así puede expresarse liberándose del estricto corsé que imponen los mass media.
El partido que lidera (Podemos) surge como reacción a la
terrible situación actual en Europa. Subraya el papel que tuvieron países
comunistas como la URSS y China para compensar la voracidad norteamericana:
“Desde los años 70, Washington y los otros poderes
occidentales estimularon políticas destinadas a resolver sus problemas
económicos: combatir la resistencia sindical, apoyar al sector financiero,
privatizar bienes públicos y acelerar la reubicación del sector productivo en
zonas pobres del planeta (globalización)”.
La caída del muro de Berlín supuso un
espaldarazo a estos procesos.
En Europa se fiaron los recursos al
Banco Central Europeo, la moneda única y la hegemonía alemana. La economía
comenzó a basarse en la reducción del gasto público, los recortes salariales y
la privatización. Los países perdieron protagonismo y cedieron el poder a los
organismos centralizados de gobierno.
El pensamiento crítico tuvo que ser
asumido por profesores universitarios,
como es su caso.
Por fortuna, según Iglesias, los
neoliberales tuvieron una vida más incómoda gracias a los movimientos sociales
y a determinados estados de, por ejemplo, Iberoamérica. Venezuela es uno de
ellos.
La crisis iniciada en 2008 estimuló
nuevos horizontes, especialmente en el sur de Europa. Los planes alemanes
tuvieron horribles efectos en Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España (pérdidas
de trabajo, desahucios y privatizaciones de bienes públicos). La división
Norte-Sur es evidente, escribe Iglesias. Esos países del sur (PIIGS) se ven
obligados a acatar
“políticas de austeridad que Alemania y sus aliados del norte
nunca impondrían en su casa
(…)
pero la crisis ha despertado nuevas fuerzas políticas –Syriza en Grecia y
Podemos en España—abriendo la puerta a un cambio político real y a la recuperación
de los derechos sociales.
En
las actuales condiciones históricas, esto no tiene nada que ver con la
revolución o una transición a un socialismo desfasado”.
Iglesias conecta el origen de Podemos
con el movimiento popular del 15 M, en 2011.
Repasa este profesor de la UCM la
transición española (usando el calificativo de ‘Régimen del 78’) a la que
se opusieron, según él, los partidos nacionalistas vascos y catalanes. Ahora es
el momento de superar ese ‘régimen’, escribe.
Y ese proceso de superación conlleva
el rechazo de las élites políticas y económicas dominantes, generalmente
corruptas. Las pasadas elecciones al parlamento europeo (así como las recientes
elecciones autonómicas y municipales) han demostrado que el sistema bipartidista
ya no se sostiene en España:
“los insistentes ataques a Podemos, con una violencia sin
precedentes en España, demuestran que somos vistos como una auténtica amenaza
al sistema (…) pero no hay vuelta atrás”.
Iglesias se refiere a dos programas
de televisión (La Tuerka y Fort Apache) como los verdaderos orígenes de
Podemos:
“nuestra lucha política en el terreno más fundamental de
producción ideológica: la televisión”.
La producción de programas
televisivos abonó el terreno:
“en Mayo de 2013 mi presencia en los medios era constante,
así que comenzamos a pensar en la posibilidad de usar ese hecho para promover
una intervención política nacional
(…)
los estudios de TV se han convertido en el verdadero Parlamento
(…)
y eso hizo que imprimiésemos mi foto en las papeletas de las elecciones al
Parlamento europeo”.
Se acercaron a Izquierda Unida, pero
fueron despedidos con cajas destempladas, así que tuvieron que volar por su
cuenta. En ese vuelo, el uso de las redes sociales supuso un claro acierto:
“es una de las características distintivas de Podemos
(…)
nuestra presencia en los medios ayudó a identificar al enemigo: las viejas
élites
(…)
lo que nos hace fuertes es nuestra resistencia a que el núcleo militante se
aísle de los deseos de la sociedad”.
Hacia la parte final de este escrito,
Iglesias comenta que los salvajes ataques que recibe Podemos tienen un efecto
contrario al esperado.
Ante las elecciones generales de
finales de año, este profesor de la UCM propone simplificar las opciones
políticas:
“(el ciudadano) deberá elegir entre el PP y Podemos
(…)
nuestro objetivo vital es superar al PSOE –una precondición esencial del cambio
político en España, incluso si no logramos aventajar al PP”.
Las posibles coaliciones PP-PSOE que
Iglesias prevé tras las elecciones municipales y autonómicas (recuérdese que este
escrito es anterior) “reforzarán el papel de oposición de Podemos, aunque serán
desastrosas para España”.
Si puede lean el documento original
para opinar con conocimiento de causa.
Me llama la atención que Iglesias
mantenga inicialmente que el sistema bipartidista está acabado, pero que su
principal estrategia política para las elecciones de finales del año en curso
sea contraponer su partido al PP, ignorando/aislando a fuerzas como el PSOE.
Invita a ‘simplificar’. El enemigo es el PP. Podemos es la solución. Los
demás no juegan. El PSOE debe ser sustituido por Podemos para acabar con las
fuerzas del mal representadas por el PP y satisfacer, así, los ‘deseos de la sociedad’.
El bipartidismo es válido para
Iglesias siempre que sea su partido el que juegue.
No tengo un elevado número de
reservas esenciales para con Podemos, como comentamos aquí
hace algún tiempo. Incluso me parece sensata la que se supone que puede ser su
aproximación a la economía (gran preocupación de los ciudadanos, por obvias
razones) como también expusimos aquí.
Pero me cuesta encajar los fallos de razonamiento de un líder que, además, presenta una querencia patológica por la imagen.
Permítanme recuperar un post
de hace unos años que puede ser interesante recordar ahora y otro
algo más reciente.
Diferentes perspectivas históricas pueden orientar distintos futuros.
Diferentes perspectivas históricas pueden orientar distintos futuros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario